16 de febrero por la mañana. Marta (nombre ficticio) lleva a su hijo a un colegio del distrito Cruz de Humilladero como otro día cualquiera. Cuando lo deja dentro del centro, vuelve a su coche y, cuando iba a marcharse del lugar un hombre se subió al vehículo. Ese hombre era su expareja, al que el juzgado le impuso una orden de alejamiento respecto a ella. La amenazó con un cuchillo y, lejos de venirse abajo, la mujer se enfrentó a él y huyó del vehículo para pedir auxilio. Eso sí, en el intento de evitar que le diera con el cuchillo sufrió un corte en la mano.
Él se dio a la fuga, pero los agentes conocían de sobra quien era, pues la mujer ya lo había denunciado por violencia de género. Agentes del Grupo de Investigación y Protección (GIP) de la Policía Local y de la Jefatura de Cruz del Humilladero se dispusieron a buscar a este varón, de unos cincuenta años de edad y origen marroquí, pero pincharon en hueso.
Al día siguiente, una patrulla de la Policía Local observó a un hombre montado en un coche que se le asemejaba mucho, en la zona oeste de la capital, así que fueron tras él y así fue cómo se inició toda una auténtica y peligrosa persecución policial que se alargó hasta el municipio malagueño de Antequera. La Policía precisó incluso apoyo de la Guardia Civil de Tráfico para darle captura, finalmente, en el citado pueblo.
La Policía Local de Málaga detuvo a un varón que se bajó del coche en marcha, haciéndose magulladuras. Así, más tarde fue localizado el presunto agresor de esta mujer, que fue hallado por la Guardia Civil deambulando por la carretera después de que se estrellara con su vehículo. De la investigación se ha hecho cargo la Policía Nacional, según ha informado la Guardia Civil.