Con casi 80 años de historia, Grupo Insur consolida su presencia en el territorio nacional, con nuevos desarrollos en Madrid, y adquiere un protagonismo creciente en la provincia de Málaga y, de forma destacada, en la capital de la Costa del Sol. Tras poner en marcha la maquinaria de Ágora, el moderno edificio de oficinas que ya se construye junto a Tabacalera, en el litoral oeste, ahora hace lo propio con NOA, otro complejo pensado para 850 trabajadores que nace bajo las torres de 30 plantas de Martiricos.
EL ESPAÑOL de Málaga se sienta a la mesa con Francisco Pumar, director general de Insur. Durante la conversación, que tiene lugar en el restaurante José Carlos García, en Muelle Uno, desgrana los planes de futuro de la entidad y reflexiona sobre el momento actual del sector.
Empecemos por lo último. Primera piedra de NOA, el nuevo edificio de oficinas que Grupo Insur promueve en Málaga capital, que se suma a Ágora. ¿Qué importancia le da Insur a Málaga?
Una gran importancia. Tenemos en marcha un plan estratégico que aprobamos en 2021 y en el que básicamente se dicen dos cosas: crecer en Málaga y crecer en Madrid. Los dos proyectos que ha mencionado son importantísimos para nosotros. Llevamos en la provincia de Málaga 30 años. Nuestra apuesta no es solamente de continuidad, sino de crecimiento. Contamos con un equipo potente, tanto de promoción como de construcción. Creemos que Málaga brinda unas oportunidades bestiales para nuestra actividad de promoción, tanto residencial como terciaria. Y esto no tiene marcha atrás, ni para nosotros ni para Málaga.
Menciona usted que en el plan estratégico se mencionan dos territorios: Madrid y Málaga.
Bueno, eso tiene truco. Somos una humilde compañía que en 2025 cumplirá 80 años. Empezó en Sevilla, nos extendimos a Cádiz, Málaga… Vamos creciendo como mancha de aceite. Nuestro territorio nacional es Andalucía y en 2006 dimos el salto a Madrid. Somos una compañía solvente y conservadora y esa cultura hace que los crecimientos los hagamos desde el conocimiento y el estudio de la plaza. No vamos a cualquier sitio. Exploramos otras plazas para conocerlas y algunas saldrán en el futuro.
Hablaba de planes de futuro. El alcalde de Málaga les ha invitado a seguir desarrollando operaciones en la ciudad.
Estamos analizando todo lo que sale. De lo que se trata es de que lo que salga encaje en nuestro concepto de proyecto y en nuestras condiciones de rentabilidad, que no es fácil. Miramos Málaga en su conjunto, no solo en la capital. Tenemos cuatro proyectos residenciales en la provincia y en la Costa del Sol. Málaga tiene muchas cosas buenas.
Insiste en que el camino iniciado por Insur en la provincia tiene continuidad.
Andalucía en general tiene una proyección de crecimiento importantísima. En Málaga están ocurriendo cosas muy importantes desde hace años y lo que se está haciendo no tiene retorno. Málaga se ha convertido en algo más que el turismo. La gente no viene a pasar quince días de vacaciones, viene a hacer su vida aquí, a trabajar, a generar valor, a crecer.
Pese a ello hay voces que alertan sobre la necesidad de ser cuidadosos con el éxito de Málaga.
Todo esto hay que convertirlo en realidad. Muchas veces sobre ponderamos las expectativas y podemos convertirlas en fracaso. Málaga tiene muchas expectativas, pero tiene muchas realidades y no debemos, entre todos, matar a la gallina de los huevos de oro. Pero están ocurriendo muchas cosas buenas y más que vendrán. Ese riesgo hay que controlarlo. Desde lo público se está canalizando correctamente esa expectativa. O hasta el momento eso es lo que hemos visto. Se ha facilitado que podamos invertir en la ciudad.
La gestión del urbanismo en Málaga ha generado no poco malestar en los últimos años ante muchos promotores, que se quejan de lo largos que son determinados trámites. ¿Qué percepción tienen ustedes?
Los procesos de licencia y urbanísticos son muy lentos. Aquí en Málaga hay una oportunidad clara de mejorar. No voy a entrar a posicionarme más. Sé que el Ayuntamiento ha tomado medidas recientemente de reestructuración de sus servicios. Sus motivos tendrá. Se puede mejorar en Málaga y en todas partes. Nosotros actuamos en varios puntos de Andalucía y en Madrid y hay municipios donde son capaces de hacer los procesos urbanísticos e inmobiliarios más rápido que en ciudades como Málaga u otras.
¿Cree que la gente es consciente de la importancia que eso tiene para los promotores?
Nosotros estamos obligados a reportar la rentabilidad. Una compañía no es sostenible si no es rentable. Y la rentabilidad se mide con dos factores: el resultado y el tiempo que tarda en generarlo. Por supuesto queremos optimizar los resultados, pero lo que nos mueve es la rentabilidad. Con la subida tan abrupta que hemos vivido en los dos últimos años de los tipos de interés, muchos proyectos se han puesto en jaque, se han complicado. Las ciudades que son capaces de generar esa certidumbre en los plazos y en su reducción, son las que más crecen. Tenemos el caso de Madrid, que es una capital muy diligente. La gente quiere ir allí a promover. Allí tenemos un proyecto que entre que lo compramos y nos dieron licencia hemos tardado un año. Por eso estamos buscando otro proyecto en Madrid, porque me ayuda a cumplir la rentabilidad.
¿Cómo ve el 2024? ¿Con incertidumbre?
El sector inmobiliario tiene muchos segmentos. Nosotros hacemos, fundamentalmente, dos negocios: promoción y patrimonial. Somos una compañía que tiene muchos activos patrimoniales en propiedad que los gestiona en arrendamiento. Ahí no tenemos ningún problema. Más allá de que hay una percepción negativa respecto del valor del activo oficinas. Viene de Estados Unidos, donde en ciertas plazas hay mucha desocupación y, por eso, hay préstamos de activos que se han convertido en default. Pero esa percepción cambiará en breve.
Nuestro segmento patrimonial va bien. En el segmento residencial estamos en una situación de clara ventaja hacia la oferta. Se está promoviendo muchísimo menos que la demanda que hay. La demanda viene de la generación de hogares y está por encima de las 225.000 hogares al año, mientras que se terminan apenas 85.000 viviendas. Hay un desequilibrio a favor. Nosotros y todos nuestros colegas tenemos una preventa de lo que estamos construyendo elevadísima.
No tengo temor al respecto. Y a pesar de la subida de tipos, de la inflación, se siguen transaccionando, porque hay demanda, hay dinero. A diferencia del anterior ciclo, en el que España estaba súper endeudada desde lo privado, hoy no. Somos optimistas. Esto no quita que tenemos una batalla con los costes de construcción, con la mano de obra…
Sobre el edificio Ágora. ¿Qué interés está generando desde el punto de vista comercial?
No tenemos cerrado nada con nadie. Cerrar en estos momentos con alguien solo se plantea con alguien que cambia su sede corporativa, con grandes corporaciones. En alguna negociación estamos. La comercialización de edificios como estos se completará cuando se vea la estructura. Cuando quede un año, operadores de 1.000 o 2.000 metros, que suelen ser delegaciones en España… Si alguien viene a ocupar un edificio entero, la decisión se toma hoy. Lo que nos gustaría es que sean varias empresas las que se ubiquen allí. Son decenas las empresas que se interesan.