Se hizo público esta semana un operativo de la Policía Nacional contra una organización criminal que controlaba a 29 mujeres extranjeras de alto perfil vulnerable, y en situación administrativa irregular para que se prostituyeran y vendieran drogas en clubes de alterne de Alhaurín de la Torre, Alhaurín el Grande, Coín, y Pizarra.

Se ha detenido a 37 personas, acusadas de delitos tan diversos como la trata de seres humanos con fines de explotación sexual, contra la Hacienda Pública, la Seguridad Social y los derechos de los trabajadores, contra la salud pública, falsedad documental y pertenencia a organización criminal. Supuestamente también crearon un sistema para defraudar a la Seguridad Social a través de empresas ficticias y se han bloqueado cuentas bancarias y propiedades por valor de 2,5 millones de euros.

En cuanto a las mujeres víctimas de trata, usaban los métodos habituales para ejercer sobre ellas una presión máxima. Las aislaban y rotaban de clubes de alterne para que las chicas no entablasen relaciones de confianza ni entre ellas mismas ni con los clientes de esos establecimientos, ya que el objetivo de los tratantes es evitar que a la larga pudieran ayudarlas de alguna forma a salir de esa situación.

Hablamos de mafias que controlan las 24 horas del día a las mujeres, en ocasiones a través de videovigilancia. Además, las drogan para que estén activas el máximo tiempo posible. Para dormir las hacinan en habitaciones en las que viven en condiciones indignas y las obligan a ejercer todo tipo de prácticas sexuales, incluso en días en los que están afectadas por fuertes dolores menstruales o cualquier otro tipo de dolencia.

El año pasado en España 1.180 víctimas de trata fueron liberadas por las Fuerzas y Cuerpo de Seguridad del Estado, pero ahora se intuye un repunte de estas redes criminales por parte de mafias colombianas, paraguayas y venezolanas. Según los datos que maneja el CITCO (Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado), el 73% de las víctimas de explotación sexual en España son de países latinoamericanos. Y los detenidos en estas operaciones fueron un 59% hombres y un 41% mujeres. Este último número es llamativo en relación con el delito cometido. Una gran parte de estas detenidas fueron prostituidas antes, es una cadena que sigue hasta ese final en el que acaban asumiendo el papel de “madames” o “captadoras”.

Al ser las víctimas actualmente en su mayoría procedentes de países latinoamericanos como son Colombia, Paraguay y Venezuela, cabe destacar que al tratarse de territorios donde la violencia de género está muy presente, son mujeres que han crecido dentro de una espiral de violencia en la que la posibilidad de ser atacada por razón de género es considerablemente alta desde que son muy pequeñas. Además, debido también a la precariedad económica, han sido educadas de manera que la prostitución se contempla como una salida posible para ellas.

Hay que recordar que algunas de las víctimas que consiguen salir de la trata no logran salir de la prostitución, ya que aunque cuando tiene lugar un operativo policial como el que se describe en este artículo, se les da la posibilidad de colaborar con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, son pocas las que se atreven a denunciar y dar este paso ya que normalmente conocen el alcance de estas redes criminales y están amenazadas tanto ellas como la familia que han dejado en país de origen.

Sin embargo, el negarse a colaborar hace que no tengan opción de obtener permiso de residencia y trabajo temporal. Este es el principal motivo por el que estas mismas mujeres liberadas se ven desprotegidas, de manera que la única salida a pesar del horror es seguir en contexto de prostitución. A esto, se le suma la particularidad de que reciben presiones familiares, puesto que muchas de ellas han dejado a sus hijos a cargo de hermanos, padres, abuelos… y numerosas veces son sus propias madres las que las amenazan, bajo la premisa de que o siguen mandando dinero o dejarán de cuidar de sus hijos.

Otro dato escalofriante para tener en cuenta es que algunas de las víctimas son menores de edad, siendo especialmente vulnerables las niñas tuteladas o extuteladas. Expertos alertan de una última tendencia por la captación de mujeres y niñas con discapacidad intelectual.

El pasado diciembre se detectó en Ronda otra red similar como la descrita al principio, estando muchas de estas mafias presentes también en municipios costeros como Fuengirola o Marbella. En los últimos años ha cambiado también el lugar donde se explota a las mujeres, aumentando las “casas de citas”. Además, estas redes utilizan ahora pisos en Airbnb para rotar a las mujeres por ciudades y hacen que rastrearles sea una misión casi imposible.

El 60% de las investigaciones contra estos delitos ya se centran en viviendas particulares. La finalidad de esto consiste en ofrecer como si fueran una mercancía novedosa a estas mujeres allá donde estén. Y esto es sólo en España, pero hay clanes que están tan internacionalizados que hacen cambiar constantemente de país a estas mujeres. El espacio Schengen juega a su favor en este caso, y en eso la Mafia Albanesa sigue ejerciendo un poder inconmensurable. Continúan los asesinatos entre estos tratantes, e incluso atentados con explosivos en países europeos. Algo que en España no se percibe.

La clave de este fenómeno de criminalidad es la detección y protección de las víctimas, que se encuentran en una situación de vulnerabilidad extrema. En España hay distintas asociaciones especializadas, que tienen capacidad para detectar a las víctimas y que luchan a diario para que las mujeres tengan acceso a derechos y a recursos. A nivel estatal se han ido aprobando distintas estrategias de lucha contra la trata, y en estos últimos años el Ministerio de Igualdad impulsó el popularmente conocido como Plan Camino, técnicamente Plan para la Inserción sociolaboral de mujeres y niñas víctimas de trata, de explotación sexual y mujeres en contextos de prostitución, que pretende ofrecer acompañamiento psicosocial especializado para la recuperación integral de la salud física, psicológica y reproductiva de estas mujeres.

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