Cada año una nueva generación de jóvenes médicos se adentra en los pasillos de los hospitales para seguir formándose en lo que siempre han querido: cuidar de otras personas y salvar vidas. Estos jóvenes médicos representan el futuro de la medicina que llegan a Málaga de todas partes de España para adquirir experiencia práctica y aportar su energía y conocimientos actualizados a los centros sanitarios de la provincia. 

En los hospitales de Málaga se incorporaron hace tan solo unos días 338 residentes en diferentes especialidades, según los datos aportados por la Delegación Territorial de Salud y Consumo. Estos sanitarios cada día estarán un paso más cerca de cumplir sus sueños. Toda la provincia contará con estos residentes los próximos seis años. Eso sí, en cada centro sanitario hay un número diferente de nuevos médicos. 

En el Hospital de la Axarquía hay 15 residentes. De estos, ocho son médicos de familia, hay dos enfermeros de farmacia y comunitaria, dos FEA de medicina interna, un FEA traumatólogo y dos enfermeros especialistas en enfermería obstétrica/ginecológica (Matrona). 

En el Hospital de la Serranía de Ronda los nuevos residentes son 12. De ellos, dos están en medicina interna, uno en traumatología, uno en cirugía, seis médicos de familia y dos enfermerías familiar y comunitaria. 

En el Hospital Universitario de la Costa del Sol se incorporan 34 EIR y 21 MIR. Estos profesionales han elegido entre más de 20 especialidades, donde destacan medicina familiar y comunitaria, enfermería en la especialidad de matrona o cirugía ortopédica y traumatología. 

Por otro lado, en el Distrito Málaga-Valle del Guadalhorce han entrado 52 residentes, de los cuales son 39 MIR y 13 EIR. 

En el Hospital Universitario Virgen de la Victoria (El Clínico) se han incorporado 75 residentes de un total de 34 especialidades que corresponden a Medicina, Enfermería, Farmacia, Psicología y Biología.

El número de nuevos residentes en el Hospital Regional Universitario de Málaga asciende hasta los 128 profesionales sanitarios diferentes en unas 46 especialidades entre las que están enfermería obstétrico-ginecológica, pediatría, anestesiología y reanimación. Cabe señalar que a este centro hospitalario llegan los jóvenes de MIR (médicos), PIR (psicólogos), FIR (farmacéuticos), RFIR (radiofísicos), QUIR (químicos), entre otros.

El futuro de la medicina

En el Regional, entre las especialidades por la que los residentes han podido optar están medicina intensiva, donde se han incorporado tres médicos. Entre ellos están David Alonso Pérez y Alfredo Rubio Martín, dos jóvenes de 24 y 26 años, que tras presentarse al MIR hace unos meses han logrado entrar en la que era su primera opción para continuar con su formación sanitaria.

David y Alfredo, dos residentes de UCI de primer año del Hospital Regional de Málaga.

David es de Fuerteventura y considera que decidió estudiar Medicina “tarde”. Empezó el Bachillerato de Ciencias Sociales y Humanidades porque le gustaban los idiomas y quería estudiar Relaciones Internacionales, pero al observar a sus amigos estudiar Biología y Química se dio cuenta de que eso era lo suyo y no estudiar Economía. En segundo cambió la modalidad de sus estudios y comenzó con el Bachillerato de Ciencias de la Salud. 

Lo que más miedo le daba era no alcanzar la nota de corte para entrar en Medicina, pero con mucho esfuerzo lo consiguió. Los últimos años ha estado en la Universidad Complutense de Madrid. Al finalizar sus estudios se fue a Oviedo a preparar el MIR, pero sin tener claro qué especialidad quería. 

“Cuando hice el examen, vi mi nota y observé todas mis posibilidades fue cuando me empecé a plantear intensivo”, explica el joven. Además, añade que durante sus prácticas no pudo rotas por UCI, pero al conocer un poco más el trabajo de estos especialistas asegura que le llamó la atención “la versatilidad de la especialidad porque hay cardio, neumo e incluso infecciosa y agudos”.

Por otro lado, sostiene que eligió Málaga porque, pese a haberse enamorado del norte cuando estudió el MIR, la capital de la Costa del Sol era la que más puertas le habría, junto con Coruña y Bilbao. “Al final vi que iba a tener la oportunidad de ver mucha patología y me vine un poco a lo loco porque no conocía la ciudad”, apostilla. 

Su compañero durante los próximos años es Alfredo, malagueño y antiguo alumno de la Universidad de Málaga. Las ciencias llamaron a la puerta de este joven en tercero de la ESO con biología. “A mí siempre me había despertado mucha curiosidad saber cómo funcionaba el cuerpo y cuando me lo explicaron quería saber más, más y más”, explica. 

En un primer momento empezó Enfermería porque no consiguió nota suficiente para entrar en Medicina en la UMA. Al año siguiente optó por repetir selectividad y consiguió una plaza. “Estos últimos años han sido una lucha constante por conseguir el sueño que uno tanto ansía”, asegura. 

Al contrario que su compañero, Alfredo descubrió UCI en tercero de carrera porque fue su primera rotación. “Me plantaron en una UCI y me maravilló”, sostiene el joven. 

Una de las primeras personas que trató había sufrido un ictus hemorrágico que había quedado en coma. El paciente tenía su edad, no hablaba, no se movía y él observó cómo a lo largo de las semanas ese paciente se iba recuperando"

Después de esta vivencia llegó a la conclusión de que esta especialidad era una salida profesional "bonita" porque "al final tienes un paciente que está al filo de la navaja que puede morirse o puede salvarse dependiendo de lo que tú puedas hacer con él”. 

Tras hacer el MIR, su primera opción fue entrar en el Regional de Málaga en medicina intensiva. No barajó otra opción antes de enviar su solicitud. Al igual que tampoco se planteó otra especialidad y no piensa en cambiar algún día, pero si ese día llega “ya buscaría la manera de cambiar”.

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