No es fácil ser profeta en tu tierra. Una prueba de ello la tienen en el estudio de arquitectura malagueño Flow 81. Presentó un diseño para el proyecto del Astoria en Málaga capital y fue rechazado. No obstante, ese mismo diseño acaba de ganar un prestigioso premio internacional en el que también se ha reconocido a figuras como Norman Foster.
Según explican desde este estudio, con bastante retranca dicho sea de paso, el proyecto que realizaron para el Astoria ha sido premiado en los Green Good Design Awards 2024 en la categoría de Arquitectura Sostenible.
Este premio está otorgado por The European Centre for Architecture Art Design and Urban Studies y The Chicago Athenaeum: Museum of Architecture and Design y, según explican, "se trata del premio de diseño más antiguo del mundo, y reconoce internacionalmente a aquellos individuos y organizaciones que contribuyen de manera excepcional al diseño sostenible destacando proyectos que promueven la conservación energética, la reducción de residuos tóxicos y la sensibilidad hacia los recursos naturales del planeta".
El anteproyecto se llamaba Malaka Art Hall y quedó entre los 10 finalistas, aunque el ganador fue finalmente el estudio catalán Barozzi Veiga. El arquitecto José Seguí recurrió además la adjudicación a principios de junio.
Entre sus particularidades, los arquitectos de Flow 81 destacan su innovadora integración de tecnologías sostenibles —que incluyen sistemas fotovoltaicos y térmicos para la producción de energía o cubiertas y fachadas verdes para la gestión eficiente del agua de lluvia— junto con otras tecnologías, también sostenibles pero muy tradicionales, como la teja de cerámica reciclada, usada a modo de macetero para flora autóctona.
"Esta mezcla de vanguardia y tradición reduce drásticamente la huella de carbono del edificio y permite mejorar la calidad del aire y reducir la temperatura ambiental no solo de éste sino del también otros edificios colindantes y plazas públicas, contribuyendo de este modo al bienestar usuarios y viandantes", añaden.
Para gustos los colores y había 10 finalistas. En estos casos siempre hay uno contento, el que resulta elegido, y otros nueve decepcionados. No obstante, no es menos cierto que la elección del diseño ganador ha generado un debate ya que es un lugar emblemático en la ciudad y muchas personas preferían que se dejara diáfano o, al menos, que no fuera un edificio con demasiada carga visual.