El anuncio del Gobierno central de modificar la Ley de Propiedad Horizontal para endurecer la implantación de pisos turísticos en edificios residenciales, de manera que sean los vecinos los que los autoricen, ha sido bien recibido por el Colegio de Administradores de Fincas de Málaga y Melilla, cuyo presidente, Manuel Jiménez Caro, lo considera "muy favorable".

La satisfacción que provoca el movimiento del Ejecutivo, que habrá de quedar formalizado en un borrador, no esconde el hecho de que a juicio de estos profesionales el paso adelante llega tarde.

Sobre este particular, Jiménez Caro recuerda que el momento en que se debió dar mayor poder de decisión a los vecinos respecto a la implantación de estos alojamientos fue en la reforma de 2019. En aquel entonces, sin embargo, se optó por dejar en manos de la comunidad de propietarios la prohibición de este uso, para lo que era necesario tres quintas partes de los vecinos.

"El error fue dejar en mano de los propietarios la prohibición y no el que fuesen los que pudiesen autorizar los pisos turísticos en sus edificios", remarca el presidente de la Administradores de Fincas de Málaga. "Lo correcto es lo que se plantea ahora", señala.

Aunque incide en el hecho de que la acción es tardía, la entiende "favorable para los intereses de los propietarios". No obstante, es cauto sobre el modo en que se desarrolla la pretendida modificación de la ley, destacando la necesidad de adoptar medidas que no generen controversia desde el punto de vista jurídico. "A todo el mundo le ha entrado mucha prisa ahora en actuar contra las viviendas turísticas", indica.

En relación con la masiva protesta celebrada el pasado sábado en Málaga capital, en la que se denunció, entre otros asuntos, el problema de la vivienda en la ciudad, Jiménez Caro admite sentimientos encontrados. Aunque rechaza que se "demonice" al turismo, por la prosperidad genera en la provincia, considera que una manifestación de ese calado se produce "porque la situación se nos ha ido de las manos".

"Hay un momento de hartazgo en que el malagueño ve que esto crece como setas, que se sustituye un mercado residencial de vivienda por uno de viviendas turísticas", indica, al tiempo que destaca que se ha tardado demasiado en tomar medidas. A su juicio, ahora se está actuando a golpe de "hachazo", como ocurre en la capital con la limitación de nueva autorización, al tiempo que señala que el momento de regular el fenómeno fue después de la pandemia de la Covid, cuando la mayor parte de estos pisos se había destinado a alquiler tradicional.

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