Imagen de archivo de un grupo de menores.

Imagen de archivo de un grupo de menores.

Málaga

Voz de alarma ante el aumento de los menores tutelados en Málaga: “Nunca en la historia ha habido tantos”

Tanto la Junta de Andalucía como la Fiscalía confirman un descenso en el número de familias directas dispuestas a acoger a estos menores.

19 septiembre, 2024 07:00

¿Imaginan a un padre que quiere renunciar a su hijo por entender que es una "carga"? ¿O a una mujer embarazada que llega a España con el único objetivo de dar a luz y entregar al bebé en adopción? Pues dejen de imaginarlo.

Esta es la cruda realidad con la que trabajan los técnicos del Servicio de Protección de Menores. Trabajadores que conviven a diario con historias de desamparo absolutamente impensables y que ponen en evidencia el desapego emocional al que está expuesta parte de la sociedad actual.

Los datos oficiales manejados por la Administración regional son contundentes. Actualmente hay bajo tutela en la provincia de Málaga 934 menores, de los que casi 500 están con familias de acogida. "Nunca ha habido en la historia tantos", remarca la delegada de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad de Málaga, Ruth Sarabia, afirmación que ratifica Jaime Aguilera, jefe del Servicio de Protección de Menores, quien recuerda que el pico anterior tuvo lugar en 2018, coincidiendo con una llegada masiva de MENAS (Menores Extranjeros no Acompañados) a la provincia.

Una de las causas del alza en las actuaciones sociales que se viene observando en los últimos años encuentra su origen en las consecuencias dramáticas que la pandemia de la Covid ha tenido sobre la salud mental de muchos progenitores, impidiendo que tengan capacidad real para atender las necesidades de sus hijos.

"Siempre tiene que prevalecer la protección del niño o la niña; no pueden estar ni abandonados ni maltratados", remarca la delegada, incidiendo en que esa es la línea a seguir en todo el proceso que se sigue desde que se detecta un episodio de este tipo hasta que se opta por asumir la tutela.

La afectación de la Covid no se ha dejado notar solo sobre los padres, sino también sobre los menores, generando en ellos "una agresividad que ha ido a más". "Y cada vez a edades más bajas; hay padres que dicen que no pueden más, que les pegan", añade Sarabia, quien recuerda episodios tras la pandemia de chavales de entre 12 y 16 años que quedaron "aislados" y que, durante años, se han negado a acudir al instituto y a salir de su habitación.

"Lo que vienen a decir es que no pueden, que están muy ocupados por el trabajo; es como si en lugar de tener un hijo fuese una carga; se ha cambiado el concepto de hijo por carga"

Ruth Sarabia, delegada de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad

¿Qué ocurre cuando el sistema toma la decisión de retirar a un menor de unos padres con problemas de drogas o incapaces de garantizar su mantenimiento, por ejemplo? Lo normal es acudir directamente a la familia más cercana del menor, ya sea un tío o una tía, una abuela… Pero hasta esta realidad se está transformando, porque hay muchos que renuncian a esta obligación.

Desapego familiar

"Estamos notando una bajada en el número de familias extensas (que son las más cercanas) que asumen el compromiso de quedarse con los menores", confirma la delegada. Los números hablan por sí solos, hasta el punto de que, según Aguilera, hay casi tantos menores con familias ajenas, "sin vínculo de sangre o de parentesco", como propias. "Hace años las familias extensas que acogían a los menores podían suponer el 80% del total; ahora se reparten casi entre el 50 y 50", apunta.

¿Y por qué ocurre esto? "Porque cada uno va a su bola, porque no queremos problemas", sentencia Sarabia, quien indica que lo que está ocurriendo con los menores es semejante a lo sucedido con los mayores, "que antes eran acogidos en la casa de las familias en lugar de ir a una residencia". 

Esta realidad queda igualmente reflejada en la memoria de la Fiscalía de Andalucía. La misma pone de relieve la alta ocupación de los centros de protección en Málaga, "tanto por un incremento de las declaraciones de desamparo como por un descenso importante en las familias acogedoras, o renuncias de guardadores a continuar con el acogimiento cuando los menores llegan a la adolescencia y su comportamiento es más rebelde". "En Málaga por primera vez desde hace años, el número de familias ajenas acogedoras superan al de familias extensas", se confirma en el documento.

Esa creciente sensación de desarraigo y separación emocional queda reflejado en casos concretos de padres que llegan diciendo que "no se pueden ocupar de sus hijos, que de lunes a viernes han conseguido colocarlos en una escuela-hogar, pero que el fin de semana se tienen que quedar con ellos y que no se ven capacitados, que si tienen un mal comportamiento…"

"Lo que vienen a decir es que no pueden, que están muy ocupados por el trabajo; es como si en lugar de tener un hijo fuese una carga; se ha cambiado el concepto de hijo por carga, que no le permite hacer lo que le place", insiste Sarabia.

En este contexto, el valor de las familias ajenas crece exponencialmente. Por el momento, la Administración regional cuenta con unas 60 familias, pero la necesidad es mucho mayor. "Necesitamos otras 60 más", comenta la delegada.

Y es ese el motivo por el que se ha puesto en marcha una campaña de concienciación. La necesidad es, si cabe, mayor, por el incremento de menores extranjeros que requieren del acogimiento. Son alrededor de 200 los menores de hasta 32 nacionalidades diferentes.

Lo llamativo del caso es que la mayoría de ellos ya no son MENAS (se pueden contar unos 40 actualmente), sino niños y niñas de familias de origen latinoamericano, finlandesas, ucranianas, inglesas… Y, en muchos casos, derivados de problemas con el alcohol o el consumo de drogas.