La obra mediante la que el Gobierno central pretende acortar el viaje en tren entre Málaga y Sevilla, se eterniza. Y, por el estado actual de las operaciones, todo indica que habrá que esperar aún unos pocos meses más para que quede completada. 

Una operación de mucha menor dificultad en tiempo y dinero que la construcción de un nuevo ramal sigue prolongando su calendario de ejecución después de que se hayan superado con creces todas las previsiones originales. 

Hay que recordar que la primera vez que se puso sobre la mesa esta actuación fue en abril de 2017, cuando, coincidiendo con el aniversario de la llegada del AVE a Sevilla, el entonces presidente Mariano Rajoy anunció que en 2018 se iban a poner en marcha los trabajos.

El paso adelante del Ejecutivo suponía validar la opción de dar forma a una solución de bajo coste para mejorar la conexión entre las dos grandes capitales andaluzas. Y, de este modo, rechazar de plano el posible desarrollo de una línea nueva e independiente.

Pese a las buenas intenciones, no fue hasta mediados de 2020 cuando se pusieron en marcha los trabajos de construcción, estableciéndose un plazo de 26 meses. Conforme a ese calendario, todo debería haber estado dispuesto para abrir la conexión en septiembre de 2022. Un hito temporal del que pasan ya dos años, sin que estén finalizadas todas las fases necesarias para la puesta en marcha.

Desde el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) confirman que las obras relacionadas con la infraestructura están "prácticamente finalizadas", incluidos los postes de catenaria y el premontado de la vía sobre balasto, si bien indicaban que se estaba pendiente del suministro y montaje de los desvíos que conectarán el baipás con la línea de alta velocidad Madrid-Sevilla y Córdoba-Málaga.

Imagen de archivo del acopio de material de vía en las obras del baipás de Almodóvar del Río.

Sin embargo, para que el baipás pueda funcionar es indispensable completar la fase correspondiente al sistema de control, mando y señalización. Este contrato fue adjudicado a Thales en junio de 2022, con un plazo de materialización de 17 meses. De ellos, cuatro meses están vinculados a la elaboración del proyecto, mientras que los 14 restantes lo estaban con la obra pura y dura.

Pese al tiempo transcurrido, según indican desde el organismo estatal, no fue hasta el pasado mes de abril cuando se puso en marcha esta etapa de la operación. Entendiendo que el proyecto ya está elaborado, los 14 meses de la ejecución no se completarán hasta mediados del año que viene. A este calendario habrá que incluir los necesarios periodos de pruebas de todos y cada uno de los componentes.

Este baipás tiene aproximadamente 1,8 kilómetros, siendo la inversión prevista cercana a los 30 millones de euros. Su puesta en servicio permitirá, según los datos manejados, rebajar en al menos 20 minutos el tiempo de viaje en ferrocarril. De 1 hora y 55 minutos actuales se pasará a 1 hora y 35 minutos, aunque no se descartan mayores reducciones en el supuesto de que Renfe ponga en funcionamiento conexiones directas, sin paradas.

Esta infraestructura se extiende entre el punto kilométrico 363/302 de la Línea de Alta Velocidad Madrid‐Sevilla y el punto 5/211 de la Línea de Alta Velocidad Córdoba‐Málaga. Su principal virtud es que permitirá que los trenes procedentes de Málaga, por ejemplo, puedan seguir su recorrido en dirección a la capital hispalense sin necesidad de entrar, previamente, en Córdoba. Una circunstancia que viene alargando el trayecto.