El Juzgado de Instrucción número 11 de Málaga, en funciones de guardia, ha decretado el ingreso en prisión comunicada y sin fianza para la propietaria de la agencia de viajes Florín, que ha estafado más de 170.000 euros a malagueños que habían confiado en ella y su empresa sus vacaciones.

Así lo ha confirmado el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. La operación se saldó con la detención de un total de cinco personas, dos que fueron puestas a disposición judicial y otras tres que fueron puestas en libertad por la Policía Nacional, aunque tendrán que comparecer en el Juzgado cuando sean citados.

La empresa tenía sucursales en puntos como el centro comercial Rosaleda, Alhaurín de la Torre o la avenida de la Aurora y contaban con más de 35 años de experiencia en el sector, lo que le hacía tener una fiel clientela. La causa se ha abierto por un presunto delito de estafa.

El testimonio

“Ya no es el dinero, es la ilusión, que nos la han destrozado”, dice resignado Enrique Gómez, uno de los malagueños que ha sido estafado por la agencia de viajes malagueña. Junto a su pareja, Raquel, tenía previsto realizar un viaje de luna de miel a República Dominicana precisamente este 4 de octubre tras casarse hace unos días.

El precio de su viaje ascendía a 3.650 euros, aunque afortunadamente solo entregaron a la agencia 650. “Es un alivio, porque hay otros afectados que han perdido más de 5.000 euros”, lamenta Gómez, que cree que están aún más dolidos porque la mayoría de los afectados llevaban años confiando en esta empresa y habían viajado varias veces con ellos. En su caso, este era el cuarto viaje que contrataban con Florín.

“Siempre nos solían pedir una entrada de 300 o 400 euros en viajes de este estilo, normalmente, ese dinero correspondía a la cuantía de los billetes Málaga-Madrid y Madrid-Málaga. Pero esta vez me dijeron que tenía que ser mínimo 500, algo que nos extrañó mucho”, relata.

En agosto, comenzaron a ver que el viaje se estaba acercando y no tenían ni horarios de salida ni llegada. Para esa fecha, habitualmente, contaban con toda la información. Su mujer estaba muy preocupada, porque no entendían la prisa para recibir el dinero y la falta de comunicación por parte de la agencia. 

Llamaban, escribían mails, pero la tardanza en la respuesta era notoria. Cada vez estaban más enfadados y Enrique explica que su mujer cada día tenía “un peor presentimiento”. Dejaron pasar la semana de la Feria de Málaga, que suele ser caótica en muchas empresas, y volvieron a la carga. Finalmente, el trabajador del local ubicado en el centro comercial Rosaleda se puso en contacto con ellos y les mandó unos horarios del AVE a Madrid que aceptaron. “Aunque eso supusiera salir el 4 en vez del 5, como inicialmente queríamos”, declara.

“Nos dijo que los miraría y que ya nos confirmaría. Y en eso se quedó, en confirmar”, asevera Gómez, muy cabreado. Otro aspecto que les llamó la atención a algunos de los afectados es que la agencia pedía el dinero en efectivo, alegando que el datáfono estaba roto y, de hecho, a ellos le dijeron que no contaban con financiera. “Mis planes eran dejar un número redondo, los 3.000 euros, a financiar. Pero nos dijo que no podía ser… Eso ya olía raro”, recuerda el hombre.

La semana pasada, hartos y sintiendo que se estaban riendo de ellos, decidieron volver a llamar. Ante el rechazo de las llamadas, se personaron en la agencia. La encontraron cerrada. “Nos pusimos manos a la obra, queríamos encontrar a Florinda, a la dueña. Queríamos soluciones. Buscamos otras sucursales en Málaga por Google. La de la avenida de la Aurora, cerrada. La nuestra en La Rosaleda, cerrada”.

Así, por casualidad, por otros motivos, tuvieron que ir a Alhaurín de la Torre unos días después. Allí vieron que una nave industrial de alimentos para animales tenía un pequeño cartel donde ponía ‘Viajes Florín’. No daban crédito. Decidieron entrar. En su interior, localizaron a Florinda, la propietaria de la empresa. Según Enrique, aquella agencia no aparecía en Google, solo salía el nombre de la tienda de pienso canino junto a la que se encontraba.

Siempre según la versión de Enrique, la mujer culpaba a los trabajadores por haberla dejado “sola”. “Decía que se habían llevado los expedientes y que ella estaba volviendo a montar otra vez los viajes de la gente, que los dos trabajadores no habían hecho su trabajo. A la familia que estaba atendiendo en ese momento les pidió el dinero que faltaba para poder montarles el viaje completo a Disney. Les convencí para que no dieran ni un duro. Eso era una estafa y se estaba quitando del medio”, prosigue.

Enrique le pidió que le devolviera el dinero, que quería cancelar el viaje, a lo que la propietaria de la empresa, según palabras textuales de Enrique, respondió que no: “Me dijo que se acababa de jubilar y que era insolvente, con lo cual no tenía ningún dinero”. En un arrebato, el acompañante de Enrique le dijo que iba a llevarse de la nave donde se encontraba el equivalente en muebles a 650 euros si ella no le devolvía el dinero a su amigo.

“Nos dijo que llamaría a la Policía si lo hacía y yo le dije que no se preocupara, que la iba a llamar yo antes. Casualidades de la vida, pasó la Guardia Civil por allí y les llamamos con un silbido. Los agentes estuvieron cogiéndonos declaración a todos. Nos pidieron que hiciéramos ruido porque si verdaderamente había estafado, íbamos a ser muchas personas las afectadas. También dejamos constancia a la Policía Local”, explica.

“Es terrible.Yo me he pensado cancelar mi boda. Porque realmente no quiero tirarme quince días en mi casa. Quería disfrutar esos días de viaje con mi mujer… Esto ha destrozado la ilusión de mucha gente. Hay niños que han estado ahorrando con sus familias para cumplir su sueño para ir a Disneyland… No todo es el dinero, insisto”, zanja.