El pasado sábado en la calle Churruca del barrio de la Trinidad (Málaga) sobre las 17:50 se inició un tiroteo que produjo 5 personas heridas de bala y posteriormente se sumó a este saldo de heridos otra persona que fue alcanzada por disparos en calle Jaboneros. Si no sucedió una masacre fue por puro azar.
Una de las víctimas no mantiene ninguna relación con los dos clanes familiares que se enzarzaron en la balacera. Estaba paseando tranquilamente a su perro esa tarde y le sorprendió todo en el peor momento posible.
Apuntó la agencia EFE que la disputa que provocó que el clan Jordán abriese fuego contra sus rivales fue la adquisición de una vivienda social en esa calle Churruca, en concreto en el número 32.
A todo lo sucedido hay que sumarle que también se dispararon tiros el 22 de septiembre en calle Deva de la Palmilla a modo de intimidación, pero esto es fruto de otros conflictos entre clanes que siguen sin solucionarse.
Desde hace años en la Trinidad hay problemas con algunos inmuebles pertenecientes a la Junta de Andalucía que son ocupados por estas familias convertidas en grupos criminales principalmente con la finalidad de controlar puntos de venta de droga. O directamente venden desde la propia casa.
Son viviendas que deberían estar destinadas al interés social, pero eso no les importa a estos grupos criminales. Y como casi siempre cuando hay un problema que solucionar, las administraciones se pasan la pelota de unas a otras hasta que en este caso ocurre un tiroteo masivo.
Estas ocupaciones de viviendas públicas sucedieron antes en calle Canoa, en calle Bustamante, en la propia Churruca, y en algunas otras. Tras un hecho como el que aquí se detalla, en el que 6 personas acaban heridas por disparos, en bastantes lugares del mundo al menos se espera una respuesta política directa.
La contestación ante unos hechos como estos ha sido el silencio, ni positivo ni negativo, porque directamente se ha aplicado la Omertá. Y esto es fácilmente explicable, aunque se haya logrado detener a otras 6 personas que participaron en el tiroteo.
En la Trinidad hay dos familias que se disputan de vez en cuando su territorio de venta de drogas: los Jordán y los Nieves. Y esto es visible cada ciertos meses por operaciones antidroga o por alguna bala suelta.
En 2021, la Policía Nacional realizó una operación antidroga para desarmar al clan Jordán que mantenía ocupados dos edificios de la Trinidad en los que realizaba venta de droga las 24 horas horas del día.
Aquella investigación también derivó en la resolución de un atraco sonado en una joyería de calle Mármoles en agosto de 2022. Lo más destacable del clan Jordán es que usaban a menores para realizar transacciones de droga.
También en 2022 ocurrió un intento de asesinato en la plaza Pepito Vargas de la Trinidad a un chico que se encontraba en un banco. Lo tirotearon desde un vehículo que circulaba desde calle Carril y se dieron a la fuga. En marzo de ese mismo año también hubo tiros, pero en aquello ocasión nadie acabó herido.
Si se dan una vuelta por el barrio de la Trinidad en ciertas esquinas de calle Jaboneros siempre hay gente a cualquier hora que pase, algunos de ellos están a sueldo de estos dos clanes mencionados aquí.
En Google Street view también es palpable la presencia de un menudeo incesante si navegan un poco por el interior del barrio. Si se puede evitar en el futuro una tragedia como la que podría haber sucedido la semana pasada, alguien con decisión debería decir basta. Sobre todo, por esos niños que están siendo utilizados para vender droga a día de hoy.