Los amantes de la buena comida no pueden dejar de lado la conocida Guía Repsol, gracias a la cual es posible descubrir los mejores restaurantes del país, establecimientos en los se puede disfrutar de los mejores sabores y de una experiencia gastronómica de alto nivel. Creada a finales de la década de los años 70, esta guía turística se ha convertido en toda una referencia para quienes buscan disfrutar de elaboraciones de la más alta calidad.

Por este motivo, aparecer en esta publicación no resulta nada sencillo, pues implica prestar un servicio a la altura a todos los niveles, y ofrecer unos platos que verdaderamente sean capaces de cautivar al comensal. Este hecho hace que habitualmente se caiga en el error de pensar que un restaurante que figure en esta guía va a tener un precio muy alto, cuando realmente hay propuestas para todos los bolsillos.

En España, hay muchos establecimientos recomendados por la Guía Repsol que ofrecen una excelente relación calidad – precio, entre los que destaca un restaurante de un pintoresco pueblo azul en el que se come por menos de 30 euros. Este es el caso de La Bodega del Bandolero, un local ubicado en el municipio de Júzcar, en Málaga.

La Bodega del Bandolero, un referente gastronómico

La Bodega del Bandolero se ha convertido en todo un referente gastronómico en la zona tras aparecer en la Guía Repsol, sobre todo teniendo en cuenta sus exquisitas elaboraciones a un precio inferior a los 30 euros. Detrás de sus platos se encuentra el chef Iván Sastre Pascual, quien recibió formación de los mejores profesionales en Le Cordon Bleu, en Londres.

A lo largo de su trayectoria profesional ha trabajado en restaurantes de alto nivel en la capital inglesa, y en la actualidad continúa con su formación mientras la compagina con la cocina de este restaurante malagueño. Iván Sastre es experto en utilizar castañas en platos salados y dulces, así como a la hora de preparar bombones y fabricar helados. Sin embargo, su elaboración estrella es su pan de masa madre.

Iván se ha encargado de la elaboración de los platos de este establecimiento desde el año 2004, aprovechándose desde sus inicios de una zona de castañas como Júzcar para incluir este producto en muchas de sus elaboraciones, como en su famoso solomillo al arrope de cerdo relleno de ciruelas servido en una cama de puré de patatas con crema de castañas o su delicioso aguacate relleno de mousse de aguacate y patatas fritas de castañas.

La Bodega del Bandolero tiene una carta amplia y variada, con distintos entrantes como el salmorejo de mango, croquetas caseras, ensaladas, o milhojas de berenjena y calabacín, además de contar con distintos platos principales entre los que destacan carnes como el cachopo de ternera, la pierna de cordero o el chuletón de Ávila. La especialidad del chef es la Suprema de Cochinillo, que es confitado lento a una baja temperatura y que se sirve junto a espárragos, guarnición, salsa de miel, cinco pimientas y naranja, un plato al que es difícil resistirse.

Asimismo, fuera de carta, también se ofrecen otras propuestas interesantes, como el crujiente de queso brie con mermelada casera, el solomillo de ternera estilo "Wellington" o los champiñones a la plancha, entre otros. También tienen una gran popularidad sus postres, destacando la tarta de queso de pantera rosa y crepe azul.

Este restaurante abre de miércoles a domingo en horario de 09:00 a 16:00, ofreciendo solo servicio de comidas, y además del menú y los platos fuera de carta, pone a disposición de sus clientes menús para grupos para hasta 55 comensales, que se pueden pedir con antelación.

Todo interesado en disfrutar de sus exquisitos platos, puede visitar el local en la Avenida Havaral, 43, en el municipio de Júzcar (Málaga).

Qué ver en Júzcar, el 'pueblo pitufo'

Además de poder disfrutar de un buen almuerzo en La Bodega del Bandolero, es una buena idea aprovechar la ocasión para visitar Júzcar, el curioso "pueblo pitufo" de Málaga, situado a unos 30 minutos en coche de Ronda. Este pueblo saltó a la fama en el año 2011, cuando la productora Sony Pictures lo eligió para promocionar su película "Los Pitufos" al estar totalmente pintado de azul.

Esta pequeña localidad, que se puede visitar perfectamente en un par de horas, tiene mucho que ofrecer al visitante, comenzando por la ruta de los grafitis de los pitufos, que se desarrolla por sus calles y que permite encontrar hasta 14 dibujos, cada uno de ellos con un código QR que se puede escanear para conocer la historia que hay detrás.

También se puede disfrutar de su ruta de aventuras, ideal para quienes lo visitan con niños, pues hay tirolinas y otras actividades aptas para los más pequeños y también para los mayores. De igual modo, en este pueblo se ofrecen talleres infantiles (pintacaras, camas elásticas…), sin olvidar los distintos miradores que tiene el pueblo y que permiten contemplar unas espectaculares vistas de Júzcar y de la Serranía de Ronda.

A todo ello hay que sumar las distintas rutas de senderismo disponibles para los amantes de este tipo de deporte, como son la de Los Molinos, Los Riscos o la del Moclón, así como el barranquismo en la Sima del Diablo. De igual modo, una buena idea es pasear por sus calles azules, en las que se encontrarán distintas estatuas enormes de los pitufos como la de Papá Pitufo, Pitufina y algunas casetas de información en forma de seta.