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Con los brazos bien abiertos y una sonrisa en el cielo. Así han recibido los agricultores de la provincia de Málaga las precipitaciones de este martes, pese a las incidencias que muchos de ellos han vivido en sus municipios con los desbordamientos de ríos, inundaciones de calles y cortes en el tráfico por el desprendimiento de piedras. 

Los trabajadores del campo de la comarca del Valle de Guadalhorce llevan unos años malos, hídricamente hablando, debido a la falta de precipitaciones, a la bajada de pozos y de acuíferos y a la reducción de la dotación de agua de los embalses que han tenido que afrontar. 

En esta última temporada, la cosecha de cítricos y de aceituna han caído y estos días no hacían nada más que mirar al cielo implorando lluvias para poder salvar los árboles y los cultivos de invierno. 

Y sus peticiones han sido escuchadas. En tan solo 12 horas llegaron a acumularse este pasado martes más de 130 litros por metro cuadrado en el embalse de Guadalteba y unos 124 litros en el Conde del Guadalhorce, según los datos de la Red Hidrosur. 

“Esto es vida”, resume Agustín García, presidente de la Junta de Regantes Arroyo Grajea, a EL ESPAÑOL de Málaga. En este sentido, asegura que sus árboles frutales “son otros con toda el agua que han recibido”. 

Su alegría es notable en cada una de sus palabras. Sus árboles no recibían agua desde las precipitaciones de hace unas semanas y antes de eso desde agosto. “Con una gota ya se nota y sobre todo en el suelo”, remarca. 

En este punto, García explica que en su finca, debido a la falta de agua, tenía grietas en el suelo y tuvo que arar el suelo en verano. Ahora “no se puede ni entrar, como pases te llenas tranquilamente de barro hasta el gemelo y eso es una alegría”. 

“Las precipitaciones van a hacer que los pozos cojan agua y van a recargar los acuíferos”, aseguran fuentes cercanas a la dirección de la Asociación Provincial de Regantes de Málaga (Aprema) a este periódico. 

Asimismo, cuentan que el río Guadalhorce no es el único que se ha beneficiado en esta jornada pasada por agua. El río Campanillas, el río Grande y todos los arroyos de la comarca del Guadalhorce “han cogido agua”. 

De igual forma, hacen hincapié en que “estas lluvias para el campo son una alegría y, sobre todo, porque parece que va a aumentar un poquito las reservas de los embalses que estaban ya al límite”.

Eso sí, remarcan que la sequía no está salvada con esta jornada de precipitaciones, pero si se repitiera “no con tanta violencia” a lo largo de todo el verano, la situación mejoraría. “Ojalá suceda este invierno”, señalan.