En torno a una decena de familias siguen estando aisladas en sus viviendas en la localidad malagueña de Álora, la más afectada de toda la provincia por las fuertes lluvias provocadas por la DANA esta semana. Ya ha vuelto el agua potable practicamente en todo el pueblo --unos 1.000 vecinos siguen sin suministro--, y ahora se encuentran centrados en "trabajar en los caminos" aprovechando que el tiempo les ha dado una tregua, según ha informado a EL ESPAÑOL de Málaga el alcalde de Álora, Francisco Martínez.
Sobre todo porque una de las viviendas aisladas es la de un matrimonio de ancianos que tienen que acudir este lunes a una importante cita médica. Esta tarde, el alcalde, junto a todo su equipo, va a tratar de facilitarles un camino alternativo para salir de la parcela donde residen a través de una finca. "Lo haremos para ellos y para otras parcelas más, pero hay que hacer hincapié en que se tratará de algo provisional, pues la zahorra natural de los caminos ha desaparecido por completo", ha dicho.
Al parecer, el camino principal hacia estas parcelas se ha visto afectado por un socavón en el arroyo de unos cinco metros de profundidad, "algo que no se arregla en un momento", ha lamentado. En caso de no conseguir ese camino alternativo, desde el Ayuntamiento buscarían la manera de hacer que el matrimonio pueda acudir al centro sanitario.
La situación en este pueblo malagueño en estos momentos es estable, pero han vivido días complicados. Voluntarios de entidades como Cruz Roja y otros particulares se han sumado a la causa achicando agua, retirando barro y, a fin de cuentas, tratando de ayudar a las víctimas de la DANA en Álora en lo que pudieran, también con donaciones. Varias familias que residían cerca del río han perdido todo y ahora se han visto obligadas a empezar de cero.
Agua potable
En cuanto al agua potable, Martínez ha asegurado que queda un grupo de viviendas en la parte alta del pueblo aún sin suministro debido al alto consumo que hay con las tareas de limpieza que se están llevando en la localidad.
"Puede haber unas mil personas sin agua en los diseminados. El desastre y destrozo de las tuberías están poniendo la tarea difícil. Nos hemos centrado en la red principal y ahora mismo no nos ha dado tiempo a llegar a la secundaria, pero ya estamos trabajando las 24 horas del día en la secundaria", ha indicado.
El regidor reconoce que nunca antes habían vivido unas inundaciones tan complicadas como estas, más allá de las de 2012 o las del 1989. Pero afortunadamente, poco a poco, este pueblo malagueño está volviendo a la normalidad, tratando de pasar página de unos días de absoluta pesadilla.