Casi un año después de que el Ministerio de Transporte abriese el camino a analizar la manera de reducir el colapso que empieza a presentar la ronda Este de Málaga capital, el estudio de alternativas echa a andar.
Así ocurre después de que el departamento encabezado por Óscar Puente haya formalizado el contrato con la consultora Ayesa, a la que se ha adjudicado la elaboración de un documento clave en el futuro de las conexiones de los municipios de la zona oriental de la provincia con la capital de la Costa del Sol.
Tomando como referencia los detalles de la proposición, el estudio de alternativas deberá ver la luz a finales del año que viene. La oferta de Ayesa fue la mejor valorada por la mesa de contratación, con 94,93 puntos. El valor económico es de 402.819,86 euros (487.412,03 euros con IVA).
La puesta en marcha de esta contratación pone en evidencia la necesidad de tomar medidas en los accesos a Málaga desde la parte más oriental. Tal y como se recoge en el pliego de condiciones, la Administración central abre la puerta a que se analicen, entre otras opciones, el acondicionamiento de la autovía, el aumento de capacidad, la creación de un carril BUS/VAO o la posible ejecución de una autovía de nuevo trazado.
La adjudicataria tendrá que realizar un diagnóstico de la situación actual del área de estudio, con el fin de proponer las posibles actuaciones y valorar la capacidad de acogida del territorio sobre las que habrán de implantarse.
Esta fase se centrará en el análisis de estudios previos, en la realización de un inventario de la situación actual del tramo, de manera que se fijen las características de la red estatal y sus carencias y problemáticas; en el estudio de los diversos factores ambientales, sociales, funcionales y físicos del área, con el objeto de caracterizar la dificultad de actuar en el territorio por la existencia de zonas de alto valor ambiental, dificultades técnicas, coste social, etc.
A esta primera etapa se sumará una segunda en la que se desarrollarán alternativas de actuación con mayor detalle. Para ello se deberá realizar una cartografía a escala 1:5.000 (nuevos corredores) o 1:2.000 (corredor actual A-7).
Se realizará un estudio de tráfico, en particular para caracterizar la capacidad de captación de nuevas infraestructuras, valorar la mejora del nivel de servicio de la red existente por su ampliación de capacidad o la reducción de tráfico, o para estudiar la implantación de carriles BUS-VAO. Se realizará un análisis multicriterio, valorando factores funcionales, económicos, territoriales, sociales y ambientales, con objeto de seleccionar la mejor alternativa de actuación.
Autovía "congestionada"
El tramo de la autovía de la zona Este se compone de un primer tramo de la Ronda Este de la capital de la Costa del Sol, entre los kilómetros 986 y el 978. Es un tramo de tres carriles por sentido, que fue puesto en servicio entre 1989 y 1992. Fue en 2012 cuando finalizó la obra de prolongación de la ampliación a tercer carril.
Destaca el Ministerio de Transporte que se trata de un trazado sinuoso, con curvas de radios de 400 metros. Existen dos tramos con pendientes del 6%, concretamente entre los pp.kk. 241+1032 a 243+000 y del 245+652 al 246+369. El tráfico de 2019, según datos de la estación de aforos permanente MA-375-0, fue de 81.139 vehículos con un 5,0% de vehículos pesados.
El propio departamento reconoce el crecimiento de la intensidad de tráfico, lo que hace pensar que será una autovía "congestionada" en los tramos en rampa. "La accidentalidad es elevada", se añade.
El otro tramo se extiende por Rincón de la Victoria, entre los kilómetros 978 y 965. En esta parte la autovía tiene dos carriles por sentido, estando las calzadas separadas por una mediana estricta. El trazado es muy sinuoso, con curvas de radio reducido y limitación de velocidad a 80 km/h.
El tráfico es "muy intenso", con una media de 73.028 vehículos/día en 2019, con un 4,3% de pesados. Presenta datos de accidentalidad elevados en comparación con la media de autovías análogas. A esto se suma que es un tramo de carretera "sujeto a una fuerte presión urbanística", por lo que las actuaciones de ampliación de capacidad del tronco y remodelación de enlaces tendrían un alto impacto social y elevado coste de expropiaciones.