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El grado de dramatismo de toda catástrofe suele medirse en vidas humanas. Bien lo saben en Valencia, donde las inundaciones han dejado ya unos 215 fallecidos. La provincia de Málaga, azotada de manera contundente este miércoles por una nueva DANA, no tiene que lamentar pérdidas personales. Y pese a ello, la dimensión de este episodio es comparable con el de otros ocurridos en las últimas décadas.

Muestra de su impacto es que han sido más de 4.000 personas las que desde horas antes incluso del inicio de los avisos activados por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) tuvieron que ser desalojados de sus viviendas ante la previsión de que la crecida de los ríos fuese fatal.

Los últimos en ser evacuados fueron 1.000 vecinos de Vélez-Málaga, afectados de manera directa por el desbordamiento del río Vélez en la parte más próxima a su desembocadura. Como consecuencia, fueron desocupados dos campings localizados en las márgenes y que, en el momento de la crecida, tenía a unas 960 personas. A estos damnificados se sumaron otras 100 personas del poblado chabolista Las Casillas. 

Varias horas antes, cuando ya estaba en vigor la alerta roja por fuertes lluvias, se procedió al desalojo de viviendas asentadas en las proximidades del río Campanillas, uno de los puntos sensibles en materia de inundabilidad de la capital de la Costa del Sol. Fueron 180 personas. El movimiento fue semejante en Benalmádena, con 80 vecinos evacuados tras la rotura de un muro en una urbanización de la localidad.

Y antes de estos dos episodios, en la misma noche del martes, antes incluso de que cayese la primera gota, la Junta de Andalucía tomó la decisión de evacuar las zonas habitadas en la ribera del río Guadalhorce, con alrededor de 3.000 personas y un millar de viviendas. 

Una medida drástica con la que evitar el sobresalto que a finales de octubre provocó el desbordamiento del Guadalhorce en la zona de Álora, Cártama y Pizarra, entre otras zonas. Ese suceso provocó la muerte de una persona.

De todos los afectados, 750 fueron realojadas en un albergue puesto en marcha en el Polideportivo de Torre del Mar. Este este albergue va a ser gestionado, como el de Campanillas, por Cruz Roja Española.

Del resto de zonas, solo quedan realojadas 72 personas. En el Pabellón del Tiro Pichón en Málaga, 60 adultos y 12 menores, mientras que en Benalmádena solo dos siguen en el espacio municipal habilitado. El grueso de los vecinos desplazados se ha realojado en segundas viviendas o en casas de familiares, amigos o establecimientos hosteleros. 

El plan de acción desarrollado en estas horas ha estado marcado, claramente, por la anticipación. Frente a lo ocurrido en Valencia, donde las alertas de emergencia fueron lanzadas cuando la tromba de agua ya había caído y las inundaciones estaban en marcha, en Málaga no se ha querido dejar pasar el tiempo y se ha intervenido con mucha prevención.