A menos de media hora de Málaga capital se encuentra la pedanía Barranco del Sol, un núcleo rural perteneciente al pequeño municipio de Almogía. Su emplazamiento se ha convertido en los últimos tiempos en un lugar de atracción para nuevos residentes, vecinos de otros municipios que han comprado casas con el objetivo de disfrutar de su entorno natural y sus extraordinarias vistas.
Pero las evidentes ventajas de habitar en un ambiente rústico, marcado, por lo general, por la tranquilidad, se han tornado este miércoles en incertidumbre cuando la DANA ha descargado buena parte de su furia sobre la zona.
Las imágenes captadas por los propios residentes dan buena muestra de la intensidad del aguacero. El episodio de este miércoles, en el que el aviso rojo estaba activado desde las 10:00 horas, viene a sumarse a lo ocurrido a finales del pasado mes de octubre, cuando otra borrasca poderosa dejó inservibles y en malas condiciones muchos de los accesos a la pedanía.
"Lo que me decían los vecinos es que el 29 de octubre ya hubo familias que se quedaron incomunicadas, que sólo pudieron salir cuando las máquinas entraron a arreglar la zona. Y en los días que han pasado hasta ahora no se ha hecho nada", lamenta Isabel Arrabalí, secretaria de la Asociación de Vecinos Barranco del Sol.
De facto, la fuerza del agua ha provocado de nuevo serios daños en los principales caminos de la pedanía. Y, como consecuencia de ello, se da por seguro que hay familias a las que les resulta imposible abandonar el poblado. Isabel cuenta el caso de una persona que incluso había pedido ayuda para salir. "Decía que tenía miedo y que no quería pasar la noche en su casa porque está cerca del arroyo principal", relata.
Un miedo que se acrecienta por el hecho de que la pedanía se ha quedado sin luz, situación que, por lo que parece, se va a prolongar toda la noche. "Ahora mismo es una zona que está incomunicada, seguro. Y muchas familias se van a quedar sin poder salir, porque se han acumulado los destrozos. Habrá que esperar a que llegue una máquina", expone la representante vecinal.
La nueva DANA, que seguirá dejándose sentir este jueves sobre la capital de la Costa del Sol y su entorno, afecta de lleno a una zona habitada que trataba de, poco a poco, mejorar sus condiciones. "Habíamos empezado a plantear mejoras, pero esto nos obliga a empezar de cero", insiste Isabel, quien, a modo de curiosidad, dice que incluso se habían empezado a dar clases de yoga.