Ya sea cuando llega la Semana Santa o cuando, como en estos días, se avecina una DANA, la figura de Jesús Riesco pasa a convertirse en protagonista indiscutible de la actualidad de Málaga. Su condición de director del Centro Meteorológico hace que cada una de sus decisiones sea observada al momento.
Y así ha ocurrido esta misma semana, cuando la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) diese el paso firme de elevar a rojo el aviso por lluvias torrenciales en parte de la provincia. EL ESPAÑOL de Málaga dialoga con él apenas unas horas después de que se desactivase la alerta máxima. Sin embargo, los avisos siguen presentes en la comarca de Ronda y en las provincias de Sevilla y Cádiz.
El Centro de Meteorología está en Málaga, pero tienen que tener un ojo en toda Andalucía, ¿no?
Andalucía, Ceuta, Melilla y Murcia. Es lo que se lleva el Grupo de Prevención y Vigilancia de Málaga.
Una vez pasado el peor momento de la DANA, al menos en lo que afecta a Málaga, ¿qué análisis hace?
La verdad es que sí que ha habido precipitaciones bastante intensas, sobre todo en las dos zonas en las que había activado el aviso rojo. Se ha llegado a la torrencialidad. Hay que tener en cuenta que en la capital se han superado los 60 litros por metro cuadrado en una hora tanto la estación del Puerto como en la de El Cónsul. Sobre todo en esta última, donde se han medido 80,6 litros en una hora, un valor realmente excepcional.
¿Hay un registro semejante a ese?
En lo que es Málaga capital, no
Hablamos por tanto de un dato histórico.
Exacto.
De los datos que han podido analizar en el centro ¿cuál destacaría? Porque hablamos de un episodio que ha dejado, en algunas zonas, casi 150 litros acumulados en 12 horas.
Lo que ha ocurrido es un poco el modelo conceptual de lluvia en el Guadalhorce. Sabemos que cuando se produce una situación así, con un levante marcado y viento del suroeste, se pueden producir precipitaciones muy intensas en el entorno de la capital y en el Valle del Guadalhorce.
Una de las dudas que surgen tras la DANA de estos días y lo sucedido en Valencia es si episodios de este tipo van a ser más habituales. ¿Hay respuesta a eso?
Es difícil saberlo. Venimos de unos otoños, en los tres o cuatro años anteriores, en los que ha habido muy pocas situaciones de DANA en la provincia y, en general, en Alborán. Pero lo habitual es que en esta época del año sí haya una o varias situaciones. No me refiero a que sean tan intensas, pero sí con precipitaciones intensas y tormentas. El tema es que hemos estado unos años sin situaciones así y en tres semanas hemos tenido dos.
No sé si van a ser más frecuentes, pero en el actual contexto de cambio climático, las proyecciones climáticas marcan lluvias que pueden ser cada vez más intensas. Lo que se prevé es que llueva menos, pero que esa lluvia esté concentrada en un menor número de días. Esto es, sobre todo, porque la masa de aire y la superficie del agua del mar tienen temperaturas mayores. Eso hace que la atmósfera absorba más cantidad de vapor. A mayor cantidad de vapor de agua, mayor condensación y mayor cantidad de agua disponible para que precipite.
El problema con el que nos encontramos es que ese proceso lejos de reducirse va a ir a más.
Exacto. Y eso hace muy difícil planificar. De hecho, con la DANA de ahora, la que hubo hace tres semanas y los episodios de Semana Santa, tenemos casi la precipitación normal del año completo. Y el resto del año casi sin lluvias.
¿Cuál es la presión a la que te enfrentas antes de tomar la decisión de elevar a rojo un aviso por lluvias?
La responsabilidad es grande. Es verdad que hay mucha gente que utiliza modelos numéricos de varios tipos y, muchas veces, ni esos modelos se ponen de acuerdo. Un aviso rojo implica una serie de medidas que no dependen de Aemet y es una responsabilidad. No es lo mismo emitir un aviso amarillo, que no tiene mayor repercusión en la sociedad, que uno naranja o uno rojo, que implica la toma de medidas importantes.
Estos avisos no se dan a dos o tres días vista y sobre todo en este tipo de fenómenos de precipitaciones intensas. Lo que tiene que tener claro la sociedad es que estamos hablando siempre de términos probabilísticos. Nosotros veíamos la situación peligrosa desde el domingo. Pero una cosa es lo que ves en un mapa el domingo y otra que veas que se cumple eso el martes o el miércoles. Eso está condicionado a la probabilidad de que ese mapa se cumpla y que el modelo numérico acierte. Es muy arriesgado dar un aviso rojo con mucha anticipación.
"Hablando de lo puramente meteorológico, lo de Valencia fue una situación absolutamente extraordinaria; puede ser una de las más importantes que ha habido en los últimos 100 años en España"
Es decir, que tenéis que apurar hasta horas antes.
Claro. No es lo mismo un aviso amarillo o un aviso incluso rojo de viento, que se ve venir con mucha más facilidad, o uno rojo de temperaturas. No se puede fallar en un aviso rojo. Y es verdad que hay que darlo con toda la antelación suficiente para que, por ejemplo, Protección Civil, tome las medidas oportunas.
Lo ocurrido en Valencia les ha influido a la hora de tomar la decisión estos días o han actuado como siempre.
Lo hemos hecho como siempre. Lógicamente lo que pasó en Valencia fue una situación excepcional. Otra cosa es que la opinión pública tenga en mente el miedo ante la posibilidad remota de que se repita una situación de este calibre. Lo de Valencia no solo fueron causas meteorológicas, también hubo causas hidrológicas, del uso de los terrenos…
Pero hablando de lo puramente meteorológico, fue una situación absolutamente extraordinaria. Puede ser una de las más importantes que ha habido en los últimos 100 años en España. Eso no tiene nada que ver con lo que afortunadamente estamos acostumbrados a vivir por aquí.