Este lunes 25 de noviembre es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, una jornada en la que se utilizan habitualmente múltiples informes donde los números demuestran que la violencia de género sigue siendo una grave lacra en España, donde 1.285 mujeres han muerto a manos de sus parejas o exparejas desde el 1 de enero de 2003, 57 de ellas en Málaga.
Aunque los números muestren una realidad innegable, no podemos olvidar que detrás de ellos hay historias personales. Historias de mujeres que vieron cómo sus vidas se apagaban obligatoriamente porque un hombre así lo había decidido. En Málaga, en lo que va de año, cinco mujeres han sido asesinadas en este contexto, convirtiéndose en la provincia andaluza con más casos por segundo año consecutivo: Ana María, Gracia, Petra, Bianca y Laila.
Ana María, 57 años
La primera mujer asesinada este año fue Ana María, una mujer rumana de 57 años. Su cadáver fue hallado en su casa el 12 de enero de 2024, tan solo unos días después de acabar las fiestas navideñas. Fue el primer caso de violencia machista en España este año. Su pareja sentimental la asfixió y luego se marchó a otra vivienda, donde se ahorcó.
Ana María era rumana, pero llevaba dos décadas viviendo en Torre del Mar. Era madre y abuela. Realizaba labores de costura, pero también cuidaba a personas mayores. Tenía mucha paciencia y corazón, tanto, que las trataba como si estas fueran de su propia familia. La misma mañana en la que fue localizado su cuerpo, tenía que haber acudido a la casa de una anciana, sobre las siete de la mañana. Pero Ana no apareció.
Una llamada alertó a su hijo de que no había acudido a trabajar, por lo que este decidió trasladarse al domicilio de su madre, preocupado por si le había ocurrido algo. Allí se encontró el peor de los escenarios posibles. El cuerpo sin vida de su madre se encontraba tendido sobre la cama, en la habitación principal de la vivienda. Él y su familia dieron la voz de alarma al Servicio de Emergencias 112, que movilizó a la zona al 061 y a la Policía Nacional.
De inmediato, al percatarse que la pareja de esta no se encontraba allí ni contestaba al teléfono, el chico decidió trasladarse a una casa que recientemente se había comprado, en la calle Ribera del Duero, a apenas 20 minutos caminando del domicilio de Ana, unos cinco en coche. Allí solía estar trabajando la pareja de su madre, que era muy manitas y le estaba echando una mano con la reforma. Al entrar, localizó el cuerpo sin vida del hombre, que también era rumano y tenía 57 años, como su madre; con signos de ahorcamiento.
Gracia, 49 años
El 18 de marzo se confirmaba el segundo asesinato de una mujer en Málaga: Gracia Casermeiro, de 49 años, fue tiroteada en plena calle por su expareja en el municipio de Pizarra. Su expareja se dio a la fuga tras acabar con su vida y se suicidó con el mismo arma de fuego que la mató.
La madrugada de aquel sábado, Gracia y su hija, de solo 16 años, habían pasado un buen rato en una cena en este pueblo del Valle del Guadalhorce. Volviendo al domicilio familiar juntas, ambas se encontraron con su expareja, también nacido en Pizarra. Este comenzó a tirotearla. Su hija lo presenció todo. Llena de dolor, se llenó de fuerza para escapar y salvar su vida. Luego el hombre se suicidó en mitad de la calle.
s. Fue en este pueblo del Valle del Guadalhorce en el que se produjo el crimen machista, durante la madrugada del pasado sábado. Su hija se encontraba con ella en el momento de los hechos. Posteriormente, el presunto asesino se quitó la vida.
Gracia trabajaba como cocinera en el bar del Mercado El Carmen de Málaga capital y vivía en el municipio vecino de Pizarra junto a sus dos hijos, de 16 y 23 años. Aunque llevaban casi una década separados ella y su asesino, Gracia había iniciado ahora los trámites para divorciarse de él. No existían denuncias previas, pero había sido usuaria del Instituto Andaluz de la Mujer. Su pueblo la conocía por ser una gran mujer, muy trabajadora y amable.
Bianca, 43 años
Bianca, de 43 años, fue la tercera víctima por violencia de género en la provincia. Su fatídica muerte tuvo lugar el pasado 6 de abril en un apartamento turístico de la capital malagueña, donde estaba alojada con su pareja, ambos americanos.
Sobre las 5.30 horas, José, su pareja, estadounidense de raíces latinas y de 50 años de edad, salió de uno de los lujosos apartamentos de The Clock House, ubicados en la plaza de Enrique García-Herrera (Camas), para pedir auxilio. Bianca estaba inconsciente, siempre según su versión. Este explicó que su mujer había quedado en el citado estado tras practicar unos juegos sexuales extremos, pero a la llegada de los sanitarios, estos solo pudieron certificar el fallecimiento de la mujer.
Agentes de la Policía Nacional comprobaron, en una primera inspección ocular, que la mujer había fallecido en un contexto "muy íntimo". En concreto, sospechaban de que el óbito habría llegado tras unas prácticas sexuales "muy extremas" de estrangulamiento junto a su acompañante.
Los informes preliminares forenses confirmaron que Bianca había muerto por asfixia mecánica por estrangulación, un resultado aparentemente compatible con la hipótesis principal de la Policía Nacional. Su pareja fue arrestada desde el principio por la Policía Nacional, a la espera de que se desarrollaran las pertinentes pesquisas, pero unos días después el Gobierno de España confirmaba que Bianca era oficialmente una víctima de la violencia de género
Según se dibuja en sus perfiles en redes sociales, en San Antonio (Texas), Bianca se dedicaba a dar clases de Arte en el instituto MacArthur. Presumía orgullosa de cómo sus alumnos lo daban todo cuando les enseñaba lecciones sobre fotografía, una materia que ella disfrutaba mucho con ellos, pues era su gran hobbie. Bianca tenía tres hijos: Promise, de 22 años; Gavin, de 20 y Graham, de 25. Dos de ellos son universitarios.
Petra, 76 años
El cuarto asesinato en la provincia tuvo lugar el 28 de junio, Petra, de 76 años, murió estrangulada por su marido, Antonio, en Fuengirola, aunque era natural de Córdoba. El presunto asesino intentó quitarse la vida tras dejar una nota de despedida, sin éxito, y fue detenido.
Petra, más conocida como Petri, y Antonio, tenían dos hijos en común y no les constaban denuncias previas. Ambos pasaban largas temporadas en Fuengirola desde hace años. Allí adquirieron su segunda residencia a escasos metros del mar, a la que acudían regularmente desde su Córdoba natal.
Ambos regentaban un negocio de joyería en la capital cordobesa hasta su jubilación. La mujer tenía movilidad reducida y caminaba con ayuda de un andador y según los vecinos era él el que salía a comprar con más frecuencia en los negocios de la zona.
La noche de autos, el téléfono de Emergencias 112 recibió una llamada sobre las 23.20 horas. El aviso se ubicaba en la calle Juan Sebastián Elcano, en un primer piso. Era la vivienda de Petri y Antonio. Los servicios de emergencias y la Policía Nacional acudieron al lugar de los hechos.
Los agentes encontraron el cuerpo sin vida de Petri con signos de estrangulamiento, y una carta de despedida de Antonio, que se intentó suicidar ingiriendo pastillas, sin éxito. El juez decretó su ingreso en prisión tras ser detenido.
Laila, 50 años
Apenas una semana después del asesinato de Petra en Fuengirola, la provincia volvió a sufrir los estragos de la violencia machista. Laila Mercedes, una mujer de 50 años de origen cubano era hallada sin vida en una parcela rural en Antequera. Su pareja sentimental, un hombre español de 61, fue detenido como presunto autor del asesinato.
La mujer presentaba signos de violencia, en concreto, de asfixia. El Servicio de Emergencias 112 recibió la primera llamada que alertaba de la presencia del cadáver en la zona de Partido Alto a las 21.11 horas del pasado 6 de julio. En el aviso, solicitaban que acudieran a una parcela antequerana donde se encontraba en cuerpo de una mujer con evidentes signos de violencia. Presentaba síntomas de asfixia por sofocación.