Las precipitaciones que llegaron con la DANA de hace unas semanas a Málaga arrasaron con todo. El agua inundó calles, casas, negocios y también se llevó por delante todos los cultivos que había a su paso. En el caso de Málaga, es la provincia de Andalucía donde se han visto afectadas más hectáreas.
En concreto, en Málaga han quedado dañadas 7.537 hectáreas de cultivo, según datos aportados por los afectados a la Junta de Andalucía. En el caso de Almería, hay afectadas 5.149 hectáreas, en Granada 1.355 hectáreas y en Cádiz hay 90 hectáreas. Por tanto, en Andalucía hay más de 14.000 hectáreas dañadas por la DANA.
En este sentido, el consejero de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural, Ramón Fernández Pacheco, ha explicado que a los siete millones de euros en ayudas por sequía extrema que se van a destinar a los ganaderos y agricultores del norte de la provincia de Almería y de Granada, ahora se suman otros 6,6 millones para distintos cultivos en las provincias de Granada, Almería y Málaga.
Según ha detallado, esta nueva cantidad se destinará para los cultivos ecológicos de Los Vélez, Alto y Bajo Almanzora, Río Nacimiento, Campo de Tabernas, Campo de Níjar y Bajo Andarax, en Almería; para Baza y Huéscar en la provincia de Granada, además de la ayuda a la variedad aloreña de olivar en la provincia de Málaga.
Así, Fernández-Pacheco ha hecho una valoración positiva de la aprobación de la medida 23 del Programa de Desarrollo Rural (PDR) de los Fondos Feader por parte del Parlamento europeo este martes, “lo que nos va a permitir a la Junta de Andalucía activar ayudas muy importantes que llevamos reclamando hace mucho tiempo”.
“En definitiva, unas ayudas directas que vendrán a compensar las pérdidas del potencial productivo y para las que habrá que justificar que no haya una sobrecompensación de ayudas por parte del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación”, ha señalado el consejero.
Además, ha remarcado que con la aprobación de esta medida por parte del Parlamento Europeo también se quiere compensar los déficits y pérdidas que han tenido los ganaderos en sus diferentes explotaciones como consecuencia de la enfermedad de la lengua azul; si bien actualmente no se puede hacer una estimación hasta que los efectos de la enfermedad no hayan terminado.