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Hay un pueblo de Málaga, estratégicamente emplazado entre la montaña y la Costa del Sol, en cuyas calles lo raro es escuchar a alguien hablar español. Es tal la dimensión de foráneos censados en este municipio que si le da por preguntar es más que posible que la respuesta la reciba en inglés, por ejemplo.

Benahavís, el pueblo más rico de Andalucía por la renta que manejan sus habitantes y donde se sitúa la calle más cara desde el punto de vista residencial, es, además, una localidad ciertamente singular, al ser la única de toda la provincia en la que su censo tiene más vecinos nacidos en el extranjero que españoles.

Así lo remarca la actualización de los datos demográficos a 1 de enero de 2024 hechos públicos por el Instituto Nacional de Estadística. De acuerdo con esta fuente, en el arranque del año había empadronados en el pueblo 9.256 personas. De ellas, 5.919 nacieron fuera de España (78 menos que el 1 de enero de 2023), frente a 3.337 españoles. 

La presencia de extranjeros no es nueva, pero se ha ido incrementando en los últimos años. Sirva de ejemplo que los datos de inicios de 2024 son un 22,4% superior a los que había en 2021. Una variación muy superior a la de los nacidos en España.

Sin alcanzar las cifras absolutas de Benahavís, hay pequeños pueblos donde la presencia de extranjeros se ha disparado de manera exponencial. El caso más llamativo es el de Igualeja, en cuyo censo aparecen 777 habitantes. 

De todos ellos, 734 son nacidos en España, mientras que los restantes 43 son foráneos. Lo sorprendente es que esta cifra de extranjeros supone un 126% más que los que había a inicios de 2021, cuando solo había empadronados en el pueblo 19 vecinos de nacionalidades foráneas.

Sin alcanzar este porcentaje, otro municipio donde se dobla la cifra de foráneos es El Borge, que en estos cuatro años ha pasado de 40 habitantes nacidos en el extranjero a 81. En Benarrabá, que solo tiene 466 vecinos, pasa algo parecido. Ahora hay viviendo allí 56 vecinos extranjeros, frente a los 28 en 2021.