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Funcionarios de la prisión de Archidona (Málaga) localizaron hace unas semanas durante una requisa rutinaria en el taller ocupacional de uno de los módulos varios armas peligrosas en diferentes fases de fabricación. Entre los hallazgos se encontraban cinco pinchos carcelarios ya terminados, así como pistolas y subfusiles simulados que estaban en proceso de elaboración.

En las mesas de trabajo del taller se encontraron plantillas y modelos dibujados que los internos utilizaban para construir estos objetos. Según explican fuentes consultadas, las armas eran fabricadas a partir de materiales permitidos o proporcionados por la propia Administración. Las piezas de madera se moldeaban, lijaban y pintaban para darles el acabado deseado.

El responsable de esta actividad, un interno de origen magrebí, no se ha enfrentado a ninguna sanción disciplinaria hasta el momento tras ser descubierto, según fuentes penitenciarias. Las medidas adoptadas se han limitado a la retirada de las plantillas de las mesas de trabajo, y no se le ha restringido el acceso al taller ocupacional del módulo, donde había sido autorizado a realizar manualidades.

La situación ha generado inquietud entre el personal de la prisión, que señala la falta de medidas contundentes frente a este tipo de conductas. El hallazgo subraya los riesgos asociados a la manipulación de materiales en los talleres ocupacionales, un espacio diseñado originalmente para promover la reinserción social.

Este episodio ha reabierto el debate sobre la gestión de la seguridad en las cárceles españolas y la necesidad de revisar los protocolos para prevenir este tipo de incidentes en el futuro.