Un verano de película: el Albéniz dedicará un ciclo al rey de la comedia clásica

Ernst Lubitsch fue uno de los reyes de la comedia clásica. El alemán apostaba siempre por pequeñas historias con un hondo argumento (que sorprendentemente pasaban el filtro de la censura). Su humor negro y su fina ironía lo colocaron entre los realizadores clásicos más importantes. El Cine Albéniz de Málaga le dedicará un ciclo al director, uno de los más elegantes y sofisticados de la historia del cine.

El espacio en calle Alcazabilla lo hará a través de su Filmoteca. Estas proyecciones han obtenido hasta la fecha un significativo respaldo de público y concitan el interés con una programación de películas clásicas en versión original subtitulada y en formato de celuloide (35 milímetros) y DCP. Todas las películas del ciclo dedicado a Ernst Lubitsch se proyectarán los jueves a las 20:30 a precios muy económicos.

Del 12 de agosto al 2 de septiembre, la Filmoteca Albéniz buceará en la filmografía de director berlinés que hizo reír al público con un humor elíptico, sutil y adelantado a su tiempo. El espacio proyectará cuatro obras esenciales dentro del ciclo El toque Lubitsch: Ángel (1937) el 12 de agosto; El diablo dijo no (1943) el 19 de agosto; Ser o no ser (1942) el 26 de agosto; y La viuda alegre (1934) el 2 de septiembre.

Cartel de la película 'Ser o no ser' de Lubitsch.

El diablo dijo no puede ser considerada, según el crítico Ángel Luis Inurra, como "testamento y resumen de toda su filosofía fílmica". "Aunque conserva con vigor y madurez todos los elementos propios de su toque inigualable, el realizador, sin renunciar a la ironía, trata a todos los personajes, sin excepción, con gran ternura y comprensión, algo que enriquece de forma especial el filme", explica en El País.

También destacaSer o no ser donde Lubitsch planta cara al nazismo de forma inteligente: ridulizándolos de forma sutil. La cinta cuenta la historia de una compañía de teatro especializada en Shakespeare que decide intervenir para evitar que el profesor Siletsky, infiltrado al servicio de la Gestapo, entregue a los nazis una lista con nombre de los colaboradores de la Resistencia.