Este viernes se volverán a abrir las puertas de la plaza de toros de La Malagueta para rendir el homenaje taurino al genial Pablo Ruiz Picasso. Fue en 2009 cuando se celebró la primera Corrida Picassiana, una iniciativa que unía en el coso del Paseo de Reding al Ayuntamiento de Málaga, como patrocinador del espectáculo, y a la Diputación, como propietaria de la plaza.
Después de más de un año sin toros, los aficionados malagueños reconocerán su plaza, pero la decoración de las tablas que circundan el ruedo será especial, como cada año, para la Corrida Picassiana. De nuevo, las manos del artista francés Loren Pallatier son las encargadas de poner color al ruedo.
En este caso, todos los portalones que circundan el albero están decorados con grandes paneles con los ojos de Picasso. Como en años anteriores, el color se apodera de las tablas y son trazos de pintura negra realizados con el vuelo del capote sobre tablas de diferentes tonos los que alternan en la plaza. En los burladeros, son los tonos grises los que se muestran: imágenes de toreros sin rostro que incrustan el cielo para rememorar el sueño taurino.
Aún falta por culminar la decoración, que, como en años anteriores, colonizarán los redondeles de las barreras. En esta ocasión, serán elementos tridimensionales que el artista ha preferido guardar en secreto hasta la jornada del viernes.
Repertorio de la Sinfónica
La Orquesta Sinfónica de Málaga será la encargada de poner la música a esta corrida que significa la vuelta de los toros a La Malagueta. Por ello, el repertorio está escogido de forma muy especial. Lo que no faltará, como es obvio, es el paseíllo con el pasodoble Pan y Toros, de la zarzuela homónima de Barbieri. Este viernes, sonará, además, el himno de España.
Por otro lado, aunque los toreros han pedido expresamente que durante las faenas sólo suenen pasodobles, entre toro y toro la sinfónica interpretará fragmentos de piezas como la Canción del Fuego Fatuo del Amor Brujo de Falla, la Obertura o la canción del Toreador de Bizet e, incluso, si se da la ocasión, la Malagueña de Ernesto Lecuona.
Sin duda, el formato de la Corrida Picassiana permite estas rupturas con la liturgia tradicional del toreo. En 2017 fue, incluso, más innovadora con la inclusión del espectáculo Crisol proyectado por Enrique Ponce. Fue entonces cuando el diestro valenciano indultó a Jaraiz, toro de Juan Pedro Domecq que en este 2021 recibirá el premio del Colegio de Veterinarios de Málaga al mejor toro de la feria de aquel año.