Cuando uno piensa en un lugar, son los recuerdos, los olores e incluso el tacto los que le desplazan allí; pero, muy especialmente, los sonidos. La música tiene la capacidad de transportarnos y no son pocas las partituras que llevan a los malagueños a sentirse en comunión con su tierra. EL ESPAÑOL de Málaga ha reunido sin ningún orden en particular algunas de las canciones más célebres e icónicas sobre la ciudad y la provincia para que sean justamente recordadas y celebradas. Como todas las listas de este tipo, es una selección subjetiva y parte de la gracia está en que el lector decida si falta o sobra alguna. Según su opinión, ¿cuál es el himno no oficial de Málaga definitivo?
Pero, antes de nada, ¿cuál es siquiera el himno oficial de Málaga? El Málaga, la bombonera es propiedad de su equipo de fútbol y no vale. Mientras lo vamos pensando, aquí van algunas propuestas:
Málaga - Tabletom
Una elegantísimo y sentido canto a la faceta más canalla de la ciudad, en el que la flauta travesera es protagonista. Rockberto -que, como suelen bromear los que le conocieron, no se peinó en su vida tanto como aparece en la estatua que le dedicaron en la Plaza de San Pedro Alcántara- se deja la garganta para alargar ese Máaaaaaaaas torero, Máaaaaaaaaaas gitano, que define a una parte de la ciudad que todavía no hemos matado. Esta actuación en los Conciertos de Radio 3 es memorable:
Málaga City - Gordo Máster
Un himno para una generación joven de malagueños. Una celebración de la ciudad a pie de calle, de su gente y su regazo ["una segunda madre eres pa mí" o "tu tiempo me ha dado fuerza y coraje"] realizada por uno de los pioneros del rap español. ¿El objetivo? El propio Gordo Máster lo explica; que no hablen mal de la ciudad y sus barrios para luego venir a veranear "en plan tiquismiquis". Muchas barras destacadas, pero por elegir una: "No es Marbella y los casposos / la fiesta de famosos / el tráfico de coca o de costo; / es el sol dando en tu rostro / calitas de gozo / hay gente guapa por tos laos, mostro". La M siempre arriba.
Málaga - Ecos del Rocío
Hermandad andaluza en esta canción de los gaditanos especialistas en sevillanas Ecos del Rocío. "Dicen que el sol es malagueño", es una de las mejores líneas de inicio para una canción que pretenda loar a la ciudad. No se quedan allí y, en realidad, su letra es la más provincialista de todas las seleccionadas en esta lista: "Quien dice Málaga, dice Arriate y Archidona, Benaoján y Alozaina, Montejaque y Estepona", se recita en su intermedio, para después seguir enumerando las localidades malagueñas. Pues eso.
Made In Málaga - Salvi Pérez y Little Pepe
Esta canción ya ha satisfecho el malagueñismo hasta del más pintado en los primeros veinte segundos. Ni han empezado a cantar y ya han mencionado las chorraeras, el pitufo mixto, un sombra doble y han gritado "¡coerla ahí!". El tema continúa y en su "talento exagerao / estamos to colgaos" se reconocen varias generaciones de genios de la Costa del Sol. Little Pepe, puro patrimonio musical de la ciudad, también protagoniza además otro himno malaguita que traspasó con mucho los límites de la provincia, Materia Clásica, en ese caso junto con Jefe de la M. Aunque, como él mismo rapea en esta canción, "recorro el mundo pero vuelvo a mi ciudad / aquí es donde me tienen que enterrar".
Malagueña Salerosa - Chingón
Con más predicamento en Hollywood que en Málaga. Este huapango, que nació en México a mediados del siglo XX y su composición se atribuye a Elpidio Ramírez y Pedro Galindo Galarza, describe el enamoramiento de una malagueña "liiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiinda y hechicera" y se convirtió en parte habitual del repertorio de mariachis; pero adquirió popularidad internacional con la aparición cinematográfica de la versión del grupo Chingón, liderado por el director de cine Robert Rodríguez. Pocas satisfacciones mayores para un inquieto joven malaguita que escuchar de sorpresa ese "Malagueeeeeña salerosa" al final de la segunda parte de Kill Bill. El vídeo que sigue es la escena de créditos de ese filme, así que ahórrense de verlo quienes no quieran que le destripen una de las obras maestras de Quentin Tarantino.
Yo Bokerón - Chandé
Esta se la saben bien los clásicos de La Rosaleda. Se trata de una elección un poco tramposa en esta lista, ya que más bien debería estar en un futuro texto sobre los himnos no oficiales del Málaga CF. Es, en cualquier caso, un temazo de puro amor a la ciudad y su equipo de fútbol, para animar y animarte, heredero de otros hits como la canción al Betis de Fondo Flamenco o el himno del Centenario del Sevilla de El Arrebato. El flamenkito de los 2000, gloria bendita.
Málaga - Fred Bongusto
A Málaga se le quiere en muchos idiomas, ayer y hoy. "Il mio amore è nato a Malaga (...) Il mio cuore resta a Malaga (...) In quella notte di grande fiesta", cantaba Fred Bongusto en 1963, pero podrían ser declaraciones de cualquier Erasmus italiano de estancia en la UMA. El padre de la bossa nova, João Gilberto, se atrevió con una versión tan pulcra del tema que da hasta un poquito de escalofríos.
Málaga - Rocío Jurado
Quien pensara que en esta lista iba a faltar La Más Grande es que no conoce la línea editorial de este periódico: rociojuradismo o barbarie. Bromas aparte, la canción forma parte de la banda sonora original de la película La Lola se va a los puertos, protagonizada por Jurado y basada en una obra de teatro de Antonio y Manuel Machado. Su voz se desliza por la pista con la pureza habitual y, si es para loar el "azul, blanco y añil" de Málaga, bienvenido sea.
Niño del 40 - Mayte Martín
Una elección personalísima para cerrar la lista. La cantaora Mayte Martín adaptó en su disco Al cantar a Manuel una selección de poemas de Manuel Alcántara, entre ellos, su mítico Niño del 40. La instrumentación acaricia y la voz de Mayte Martín sabe modularse para poner música a unos versos que no tratan directamente sobre Málaga, pero nacen inevitablemente en ella:
Una luz por el parque y el pitido
de un barco que se fue, que se está yendo.
Una luz que conozco y que comprendo
y un barco que partió y que no se ha ido.
Palomas. Y biznagas que han querido
serlo para volar. También lo entiendo:
ser otro y ser lo que estuvimos siendo.
Acaso alguna lo haya conseguido.
Un tranvía de sol con jardinera
y en los Baños del Carmen gran carrera,
concurso entre sirenas y delfines.
No se estaba ya en guerra aquel verano,
mi padre me llevaba de la mano,
yo estudiaba segundo de jazmines.