Manuel León se ha convertido en los últimos años en uno de los artistas contemporáneos más interesantes de Andalucía. Incluso el futbolista Sergio Ramos se ha quedado prendado del creador y le ha comprado varios lienzos previo encargo. El pintor sevillano es capaz de retratar la Semana Santa de forma gamberra y lanzar un pulla contra la sociedad actual en un mismo cuadro.
El retratista, que expuso de manera individual en el Centro de Arte Contemporáneo (CAC) de Málaga en 2014, ha vuelto al espacio cultural para inaugurar la muestra Plegaria. Para que salgan las cuentas. En ella exhibe una selección de sus obras formada por nueve acuarelas y un lienzo realizados entre 2010 y 2016 que se podrán ver hasta el próximo 28 de febrero.
Esta exposición se encuentra enmarcada como nexo de unión entre las exposiciones El labrador y el astronauta de Patricio Cabrera mediante el paisaje y la colección permanente Neighbours IV conformada por artistas de proximidad, han explicado desde el museo en un comunicado. La trayectoria de Manuel León parte de la vinculación con la cultura popular y urbana con obras en la que destacaba el uso de fuertes contrastes cromáticos y figuras cercanas a la abstracción.
En este caso, la pintura más colorista de esta exposición y que recibe el título de Yo haré que se te aparezca la virgen (2010), hace referencia a una serie de obras que León realizó inspiradas en El Rocío donde muestra una perspectiva algo disparatada de las manifestaciones de la religiosidad popular andaluza. En esta obra, se observa un paisaje colorido en tonos vibrantes rosas, azules y verdes que conforman un laberinto de vegetación en el que se vislumbra una silueta de la Virgen del Rocío.
El artista, con un estilo muy personal, aborda temas actuales desde un punto de vista crítico e irónico a la vez. Con influencias barrocas, las pinturas de Manuel León representan a penitentes con el rostro cubierto, muy arraigados a la cultura popular, en concreto, a la Semana Santa. Estas figuras permiten al artista camuflar los sentimientos que actualmente se palpan en la sociedad, como son la crisis de valores, además de la económica.
La corrupción del poder y la política y sus consecuencias quedan patentes en la selección de acuarelas que conforman la exposición: Amo de un mundo; Bukkake a Europa; Despierta; Siempre adentro; Pájaro Solitario. A Ramón Gayá; No salen las cuentas; San Francisco está así; No salen las cuentas II (todas de 2012).
En esta primera etapa, León recurre a la figura de los penitentes, con cierto tono irónico, mediante la que cualquier espectador puede sentirse identificado al tener el rostro cubierto aunque adoptan expresiones que contrastan con la Semana Santa.
Empleando de nuevo el recurso de los nazarenos, en obras como Amo de un mundo (2012), este personaje aparece con una pose inquietante observando y tocando un globo terráqueo, aparentando un poder factible y real sobre el curso del mundo, con el que el artista realiza una crítica de la consagración de la rentabilidad económica por encima de las personas.
Por otro lado, en Bukkake a Europa (2012) se aprecia a dos nazarenos en un aparente diálogo. Sin embargo, esta obra hace referencia a un cuadro de género en el que la Celestina, de Fernando de Rojas, vende a una mujer. Otro penitente sosteniendo un corazón en llamas protagoniza la obra Siempre adentro (2012) basada en una pintura de San Agustín realizada en el siglo XVII por Champagne, y en la que Manuel León invita al espectador a reflexionar sobre la importancia de los sentimientos en la toma de decisiones.
Poco a poco, los personajes del artista evolucionan descubriendo el rostro para abordar realidades incómodas que se daban en el siglo XVII y han perdurado hasta la actualidad, tales como, crisis éticas y morales, las especulaciones, conflictos, desigualdades y la corrupción del poder. Por ello, en el trabajo de León se produce una evolución en la liberación del rostro de sus protagonistas, ahora interpretados por el actor Fran Torres, así como la combinación de este personaje con los autorretratos del artista.
La obra Vuelven los problemas del siglo pasado (2016) es una reformulación de la iconografía del tema bíblico de Susana y los viejos. En ella, se observa un paisaje de fondo exuberante en el que destaca plantas de la costilla de Adán, con una mujer recostada y rodeada por la figura multiplicada de un hombre que expresa diferentes actitudes y sentimientos, desde la ira hasta el arrepentimiento.