El novelista Olivier Bourdeaut y la autora y traductora Victoire Berger-Perrin apadrinan con su presencia el estreno de este martes de Esperando a míster Bojangles. La directora malagueña Celia Dolci ha montado para Factoría Echegaray la primera versión en español para la escena del célebre bestseller En attendant Bojangles, la historia de una excéntrica familia cuyos engranajes mueven el amor y la fraternidad.
Raquel Infante, Alejandro Morales y Natalia Ruiz encarnan al trío protagonista de la obra, que verá la luz mañana 15 de febrero y estará solo dos semanas en las tablas del Teatro Echegaray (12 funciones, hasta el sábado 26).
"¡Deme el nombre que le dé la gana, pero por favor, diviértame, hágame reír, que aquí todo el mundo está perfumado de aburrimiento!", dice la madre (Raquel Infante) al conocer a Deorges (Alejandro Morales), un caballero que define a su esposa como "las raíces, las hojas, las ramas y la cabeza", mientras que él y el hijo (Natalia Ruiz) son "los jardineros que hacen que el árbol se mantenga de pie y que no termine desarraigado".
Bourdeaut perfiló esa familia triangular tan especial en En attendant Bojangles, libro que escribió en España inspirándose en la disoluta y extravagante vida del escritor Scott Fitzgerald y de su mujer Zelda. Victoire Berger-Perrin adaptó el bestseller para la escena francesa en lo que fue otro rotundo éxito y tradujo al español su propio texto.
El escritor y la dramaturga y directora desembarcan ahora en Málaga para ver sus textos en el Teatro Echegaray, en la primera adaptación de la obra en nuestro idioma según la mirada de Celia Dolci y el trabajo de la productora escénica municipal.
Esperando a míster Bojangles habla "del amor y de fraternidad en el seno de una familia, con el telón de fondo de la salud mental de la protagonista", aunque "no es una obra sobre una mujer loca porque la locura no la define", insiste Celia Dolci.
La directora malagueña, acompañada por Carlota Hernández en la asistencia de dirección y el diseño del vestuario, retrata las vicisitudes de una peculiar familia encabezada por "una mujer poderosa, carismática, encantadora y feliz, que quiere a los que tiene a su alrededor y que cuando no es capaz de dominar sus propios demonios decide acabar con ellos para salvarlos a todos".
"Esperando a míster Bojangles –añade- es como debería ser la vida, un montón de acontecimientos aderezados de música, baile, familia, amigos y risas y que nos recuerda que hasta en los peores momentos hay que mirar al futuro con optimismo".
Un escenario diseñado por Víctor González e iluminado por Pedro Hofhuis enmarca las peripecias de los tres personajes en un montaje que no se parecerá ni a la versión teatral francesa ni al filme de Régis Roinsard recién estrenado en Francia. De hecho, Dolci ha ajustado "levemente" el texto de Berger-Perrin para las necesidades de su puesta en escena, pero "intencionadamente" no ha visto nada de la versión gala, por lo que, recalca, "todo parecido con la obra teatral francesa será pura coincidencia".
La novela de Olivier Bourdeaut
Olivier Bourdeaut escribió en Altea (Alicante) una novela que explora el abismo mental que sufren las personas a partir de una crisis y que se está inspirada en la vida del escritor Scott Fitzgerald y su mujer Zelda. En attendant Bojangles narra desde los asombrados ojos de un niño la vida de su estrafalaria, arrolladora y poco convencional familia: un padre vital que abomina de la monotonía hasta el punto de que rebautiza a su mujer con un nombre diferente cada día, y una madre capaz de interpretar todo tipo de papeles.
La pareja, envuelta en una fiesta constante, plagada de cócteles, libros y manjares, no deja de bailar en su descenso a la locura la versión de Nina Simone de Mr. Bojangles, canción que el cantante de country Jerry Jeff Walker compuso en 1968 inspirado por un encuentro con un artista callejero en la prisión de Nueva Orleans. Del libro se pasó a una versión escénica con la que Victoire Berger-Perrin deslumbró en el off de Avignon en 2017 y que conquistó a continuación las tablas parisinas, y de ahí a una versión cinematográfica homónima que se estrenó hace pocos días con Régis Roinsard a los mandos.
Factoría Echegaray tendrá la versión de Celia Dolci en cartel en el Teatro Echegaray hasta el sábado 26 de febrero. En la producción han colaborado el Jardín Botánico Histórico La Concepción y las estudiantes de la Escuela de Arte Dramático de Málaga Lorena Cerdera, Alba Hernáez y Verísima Aguado, que han apoyado a Carlota Hernández en los trabajos de maquillaje y peluquería.
La obra según su directora
Las costumbres y excentricidades de la familia que baila al son de Bojangles son iguales a las de todas, y es por eso que las bromas y problemas que atraviesan nos hacen reír y llorar con ellos. La historia nos la cuentan dos hombres, George y su hijo adolescente, que desde su perspectiva definen, describen y nos enseñan con admiración a la mujer que rige sus vidas y que los introduce en un mundo propio, lejos de convencionalismos y tan personal que existe únicamente dentro de su hogar.
La obra habla de muchos temas diferentes, pero es la admiración que cada uno de los miembros de la familia siente por el otro lo que los mueve. "Decía Almudena Grandes que no existe el amor sin admiración, y, sin duda, las relaciones entre George, su hijo y la mujer de los mil nombres es una imagen perfecta de lo que esa frase significa. No es una obra sobre una mujer loca porque la locura no la define. Victoire, Madeleine, René y Margerite son una mujer poderosa, carismática, encantadora y feliz, que quiere a los que tiene a su alrededor y que cuando no es capaz de dominar sus propios demonios decide acabar con ellos para salvarlos a todos", explica.
Esperando a míster Bojangles es, aclara, "como debería ser la vida, un montón de acontecimientos aderezados de música, baile, familia, amigos y risas y que nos recuerda que hasta en los peores momentos, cuando ya se acaba todo, hay que mirar al futuro con optimismo, ese que nos hace bailar una y otra vez al son de Nina Simone".