Mara Guil (Málaga, 1981) atiende al ESPAÑOL de Málaga tras la resaca de los Goya. El buen patrón se ha alzado como vencedora en los premios de la Academia española este fin de semana y la actriz no puede estar más "agradecida, contenta y feliz" de haber formado parte del equipo. "Di un salto alegría en el sofá. Pertenecer a esa película ha supuesto una bendición para mí", cuenta al otro lado del teléfono.
La intérprete ganó hace unas semanas el Premio Carmen del Cine Andaluz por su papel en el filme de Fernando León de Aranoa. Guil también está nominada en los galardones de la Unión de Actores y Actrices. "Hice el casting por Skype. A la semana siguiente me dijo mi representante que Fernando quería verme en persona. Me iba a volver loca. Estuve dos horas con él haciendo otra prueba", recuerda.
Finalmente, le dijeron que el papel era suyo. "No me caí de espaldas de milagro. Disfruté muchísimo con esa experiencia. Siempre me sentiré en deuda con la película y con Fernando porque sólo me ha dado alegrías. Siempre recordaré El buen patrón como una de mis mejores experiencias laborales", destaca la artista, que ha vivido los dos últimos años como los mejores de su carrera a pesar de la pandemia.
Triunfos, éxitos y muchos proyectos
"Casualmente han sido los dos años que más he trabajado en mi vida. Salí de la cuarentena y estuve rodando una película. Hice las pruebas para El buen patrón y de ahí me salió Alegría. No he parado de currar. También grabé otro largometraje en verano. Casualidades de la vida. No me puedo quejar del volumen de trabajo", reconoce la actriz, inmersa también en proyectos relacionados con el teatro.
La malagueña vive "agradecida" este momento tan dulce en su polifacética carrera. "A veces casi no me lo creo. Intento disfrutarlo al máximo y aprovecharme de todo lo que está pasando porque, como sabes, en nuestra profesión nunca se sabe", comenta en alusión a la incertidumbre y la precariedad que reina en su oficio.
La intérprete ha protagonizado recientemente junto a Cecilia Suárez, Adelfa Calvo y Sarah Perles el debut de Violeta Salama, titulado Alegría. La directora granadina afincada en Málaga ha descubierto al público una Melilla desconocida, conciliadora y llena de luz. En esta primera película, ambientada en una boda judia-sefardí, Salama hace hincapié en que todas las tradiciones tienen mucho en común.
Canal Sur estrenó esta semana el segundo capítulo de Desconocidas, una serie donde Mara interpreta a una de las protagonistas. "Ahí lo pasamos un poco mal por el tema del coronavirus. Hubo días de retrasos a causa de problemas asociados a la pandemia. Fue un rodaje muy intenso y lo disfrutamos muchísimo", relata la artista, que espera que el público acoja con los brazos abiertos la producción.
En la serie, Guil interpreta el papel de una ejecutiva (Isabel) que ha llegado muy lejos. "Todavía hay muchas barreras que romper en todas las profesiones, no sólo en el gremio de la interpretación. Al ser mujer tiene muchos más problemas para enfrentarte a cierto tipo de cosas. Eso que hablan del síndrome de la impostora. Las mujeres tendemos a sentirnos más culpables por todo", se lamenta.
El drama íntimo de Isabel es el miedo a decir que no, a decepcionar. "A mí también me pasa. Es un problema que tengo que ir trabajando poco a poco. Nos cuesta mucho decir que no y situarnos en nuestro lugar. Poquito a poco se va logrando haciendo ejercicio", dice entre risas esta artista que va a por todas en sus proyectos. "A todos los que me han ofrecido y me han gustado, he dicho que sí. No me he quedado con las ganas de hacer algo", admite.
La malagueña prepara ahora una obra de teatro, cuyo estreno tendrá lugar en Madrid dentro de cuatro meses. Se trata de una comedia, Un Oscar para Óscar, escrita y dirigido por Mario Hernández. "Es una comedia muy loca, muy surrealista, absurda y divertida. Tengo muchas ganas de empezar ese proyecto", recalca.
La actriz intenta siempre trabajar desde la verdad sea cual sea el reto. "Para mí es igual de complicado hacer un drama que una comedia. En la comedia necesitas sentir que está funcionando con el público. Cuando hay un silencio donde tiene que haber risa tienes que apretar y seguir para adelante", reconoce.
La vocación llamó a su puerta con tan solo ocho años cuando comenzó sus estudios de danza española. "Es algo que siempre he llevado dentro desde pequeña. Siempre me ha gustado. Les pedía a mis padres que me apuntaran a clases de baile y a actividades extraescolares de teatro. Me sentaba encima de la mesa del salón a cantar mientras estaban mis padres en el sofá", hace memoria esta protagonista de mil fiestas de fin de curso escolares.
La Málaga cultural
En 2005 se licenció en la Escuela Superior de Arte Dramático de Málaga. "Me siento muy orgullosa de ser de Málaga. Llevo viviendo en Madrid desde hace seis años, pero cuando vivía en la ciudad tampoco paraba de trabajar. Hay mucha actividad cultural y se pueden hacer muchas cosas. Conozco a muchos compañeros y compañeras de Málaga con mogollón de talento", recalca mientras alaba el proyecto del Teatro del Soho de Antonio Banderas. "Le ha venido estupendamente a la ciudad", subraya.
Entre las mayores aventuras de su carrera está Producciones Monas, la compañía de teatro que en 2013 formó junto con al actor Salva Reina. "Empezamos en 2013. Después continuamos con el espectáculo Barrio Paraíso. Y acabamos de producir película Isosceles, que esperemos que se estrene pronto en Málaga", desea.
La artista reconoce que hay que intentar buscarse la vida y generar proyectos personales, "no puedes esperar en tu casa a que te llamen". "Los que se quieren dedicar a esto deben entender que es una carrera de fondo, y que hay que tener mucha paciencia, además de trabajar y sacrificarse mucho". Ella, tras dos años redondos y recién cumplidos los 40, abrazará todo lo que venga con alegría.