Málaga

Luis Tosar (Cospeito, Lugo, 13 de octubre de 1971) va camino de convertirse en el Gene Hackman del cine español. El actor, reconocido con tres Premios Goya, ha interpretado a muchos villanos en la pantalla y también a personas oscuras con un reverso luminoso. Es el caso de su último papel en Código emperador, un trepidante thriller dirigido por Jorge Coira que inaugurará el Festival de Málaga este viernes. 

El artista gallego se pone en la piel de un agente de los servicios secretos españoles llamado Juan. Él se paseará por las conocidas cloacas del estado y descubrirá al espectador los oscuros recovecos del poder policial, político y empresarial. La película basada en hechos reales, cuyo estreno en salas será este viernes también, competirá en la sección oficial del 25º Festival de Cine de Málaga.

El intérprete cuenta que en su casa nadie se dedicaba al oficio (estaban lejos de ser una saga de actores). "Recuerdo que mis primos me pedían que le hiciera diálogos de películas porque imitaba a los dobladores. Me aprendía los diálogos de memoria de En busca del arca perdida o Loca academia de policía. Es el primer recuerdo que tenga que ver con la actuación", cuenta en una entrevista con EL ESPAÑOL de Málaga antes del estreno de Código emperador.

¿Cree que hay que tener mucho estómago para trabajar en los servicios de inteligencia de un país?

Algo de estómago habrá que tener sobre todo si te hacen ciertos encargos. No sé hasta qué punto en cada país. Seguramente para trabajar en los servicios secretos rusos sí que hay que tener un especial estómago. Ya hemos visto las cosas que le ocurren a los disidentes. Mira algunos exs de la KGB felizmente exiliados y que de repente aparecen envenenados con polonio. Ahí se las gastan de una manera bastante heavy. 

Mira Putin… Empezó en la KGB… 

Putin se ha dedicado a envenenar a los que lo han puesto en tela de juicio, o se han llevado con ellos secretos de estado. Esto no es nada nuevo. Ahora parece que nos sorprende que esté armando una guerra. Este tipo era muy malo hace ya tiempo.

Usted dijo no a la guerra hace 20 años cuando Estados Unidos invadió Irak. ¿Cómo se posiciona ahora con la guerra de Ucrania?

Me posiciono en contra de la guerra. Aquella era una situación para España completamente diferente. En este caso, nosotros éramos los malos. El Gobierno nos estaba metiendo en una guerra basada en una mentira, que luego se demostró que era así, con la excusa de que había armas de destrucción masiva. Ahí nos fuimos. Estábamos involucrados en una guerra siendo los invasores. En este caso, por fortuna, estamos en el lado contrario, viendo los toros desde la barrera mientras la gente está sufriendo y hay un éxodo terrible de refugiados. Claramente el malo es Putin. La situación se está enconando y va a ser complicado que se encuentre una solución.

Su personaje se pasea por las cloacas del Estado. ¿Tras lo ocurrido con Villarejo o Bárcenas, todo es posible en este país? 

Sí. En este país todo es posible y mucho más. Nosotros hemos intentado destilar un poco estas informaciones que han ido apareciendo en los medios. Código emperador está inspirada en hechos que han sido noticia en España, pero hemos intentado darle una pátina de encanto y de thriller. La realidad política de nuestro país es demasiada bizarra y chusca como para hacer una película seria. Igual una comedia nos sale mejor. Nos hemos alejado de ciertas cosas que nos han acostumbrado a ver como falsos curas y cosas por el estilo.

¿Es usted más de Mortadelo y Filemón que de 007?

(Ríe). Sí. La realidad está más cerca de eso que de James Bond. De hecho, James Bond cada vez vive más alejado de la realidad. Hemos intentando no ir a hacia ese lado. Ni hacia uno ni hacia otro. Hemos virado hacia un territorio más propio que esté cercano a nuestra realidad y que nos recuerde cuál es la sociedad en la que vivimos en España. Al mismo tiempo, hemos tratado de hacer un thriller interesante y trepidante para el espectador, con una intriga compleja y que no trate a los espectadores como a idiotas y lo haga partícipe de una investigación. Nos ha salido bastante bien, la verdad.

Ahora que Feijóo se postula como único candidato a la presidencia del PP, ¿daría para una película su relación con Marcial Dorado? ¿Y lo de Casado?

Todo es material narrativo maravilloso. A mí la política siempre me ha fascinado como espectador y como ciudadano. La política española está siempre llenando de titulares a los medios y de muy bien material narrativo para hacer ficción. Otra cosa es poder ordenarla y poderla hacerla verosímil para el espectador. La política española es un material de ficción inagotable. Si tuviéramos a gente tomando notas y escribiendo ficción esto sería interminable.

La película arranca con un incidente que hay que tapar: un importante futbolista le da una paliza a su novia, ucraniana. ¿Para dedicarse a la política hay que ser un mentiroso profesional y una persona sin escrúpulos?

No necesariamente. Hay mucha gente muy buena dedicándose a cualquier cosa. Si es verdad que conseguir el poder incluye una serie de peajes. Uno no puede tener muchísimo poder sin hacer alguna concesión. En algunos casos esas concesiones serán más graves que otras. Habrá gente que le haya importado poco hacer muchas concesiones relacionadas con lo ético y lo moral. Debe haber de todo. Hay muy buenoas personas y moralmente muy asentadas. Pero hay otros que operan con absoluta impunidad y les va muy bien. De esos hay unos cuantos a lo largo y ancho del planeta. No todos los empresarios son inmorales ni todos los trabajadores humildes son mejores que ellos. En todas partes se cuecen habas. Todos somos muy chungos y muy buenos. No me parece una condición sine qua non.

Usted ha hecho en muchas ocasiones de tipo duro, chorizo e incluso pederasta. ¿Qué atractivo le ve a estos papeles?

Prácticamente no existen los papeles de buenos que les pasen cosas. Los guionistas nunca se fijan en ellos porque les parecen aburridos o porque seguramente les cueste sacar un conflicto en la gente extremadamente buena. La gente con conflicto y oscuridades generan buenos personajes. El cine español no se ha identificado nunca con el personaje de héroe perfecto. No nos gustan ese tipo de personajes, ni nos los creemos mucho aquí. A mí me gusta que tenga zonas de sombra y contradicciones que le hagan pensar al espectador. Un personaje que habla con total coherencia narrativamente no es muy interesante.

Algunos compañeros me han hablado de usted como el Gene Hackman del cine español. ¿Qué opina?

Eso es un súper piropo. Gene Hackman es uno de mis actores favoritos. Me encanta todo lo que ha hecho. Es un tipo de actor que ha encarnado papeles de bueno con un punto retorcido y papeles de malos míticos. 

Usted conoció al etarra Ibon Etxezarreta, uno de los asesinos de Juan Mari Jáuregui, para preparar tu personaje en Maixabel. ¿El nacionalismo es algo terrible sea cual sea el contexto?

El nacionalismo no es algo terrible. Lo terrible es el individuo. El nacionalismo tiene partes delicadas. Tener un sentimiento nacional como el de los ucranianos por defender su patria no tiene nada de malo. Ellos están intentando defenderse de un invasor y ahí hay un sentimiento nacionalista, de preservación de lo tuyo. Otra cosa es el nacionalismo ortodoxo e inamovible en el que no aceptas absolutamente nada que venga fuera, y nada que pueda contaminar lo tuyo. Luego hay nacionalismos que son aceptados. El nacionalismo de Isabel Díaz Ayuso está súper aceptado porque a todo el mundo le parece normal que uno sea nacionalismo madrileño. Y yo creo que esta señora aunque ella no lo sepa es prácticamente independentista porque se comporta igual que la gente a la que ella pone a parir.

La libertad es tomarse es una caña.

Eso dice mucho de la ideología de esta señora, en la que le parece magnífico no encontrarse con su expareja. Son cosas absurdas.

Tiene una banda de versiones de rock. ¿Qué lugar ocupa la música en su vida actualmente?

Hace mucho tiempo que no estamos girando. Empezamos con el proyecto de Di Elas en 2008. Estuvimos unos cuantos años muy activos. Desde que me mudé a Madrid y que tuve niños está más complicado el rock and roll. No descarto volver en cualquier momento. 

El Festival de Cine de Málaga inaugura su 25 edición con la película Código emperador. ¿Le ha dado muchas alegrías este festival?

Estamos muy contentos e ilusionados. Tenemos muchas ganas porque se entrena este viernes en el Festival de Málaga y en salas, una cosa que sí es bastante insólita. No suele pasar tanto. Vamos a tener la suerte de poner la película ante un público de 3.000 personas y al mismo tiempo el público podrá verla en salas. Creemos que Málaga es un muy buen lugar para arrancar con Código emperador. Es una película donde hemos puesto muchas esperanzas. El Festival de Málaga es al fin y al cabo una celebración de la industria y tenemos mucha películas en la recámara que sacar.

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