Málaga Clásica cumple diez años con un programa que se desarrollará in Crescendo. El Festival Internacional de Música de Cámara que dirigen los violinistas Jesús Reina y Anna Margrethe Nilsen desde su creación en 2013 celebra su aniversario con siete conciertos en los que el tamaño de las formaciones irá aumentando progresivamente, desde un instrumento solo hasta 10, para mostrar toda la riqueza y diversidad de las partituras ideadas para el pequeño formato.
La edición 2022 del encuentro camerístico se celebrará del 6 al 12 de junio, con seis primeras actuaciones en el Teatro Echegaray en las que se escucharán obras de Beethoven, Dvorak, Bach, Cassadó, Borodin, Schumann y Ditoux y una clausura en el Cervantes en la que una gran agrupación sinfónica, la Franz Schubert Filharmonia, interpretará obras de Bruch y Mendelssohn.
En la rueda de prensa de este miércoles han estado presentes el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre; el gerente de Málaga Procultura, Juan Antonio Vigar; el responsable territorial en Andalucía, Ceuta y Melilla de Fundación la Caixa, Juan Carlos Barroso, y el director comercial de Caixabank en Andalucía Oriental Sur, Gerardo Cuartero.
Junto a estas actuaciones principales, Málaga Clásica continúa con una de sus señas de identidad, las sesiones abiertas al público de Talentos, apartado didáctico organizado en colaboración con la Academia Internacional Galamian que brinda a los jóvenes instrumentistas la oportunidad de tocar y de compartir experiencias con músicos invitados de prestigio internacional. Los días 6, 7 y 8 habrá clases magistrales a primera hora de la tarde y posteriores conciertos de entrada libre hasta completar aforo en la sede de la Academia Galamian (18:00).
El elenco de esta décima edición está formado, como es habitual, por prestigiosos músicos provenientes de todos los rincones del globo. El público y los jóvenes músicos escogidos para las clases magistrales y los conciertos de Talentos podrán escuchar y recibir formación de profesores de la Academia Galamian y destacados solistas en su instrumento. Junto a sus dos directores artísticos, Jesús Reina y Anna Margrethe Nilsen, intervendrán en los programas los violinistas Alissa Margulis (Alemania), Alexander Sitkovetsky (Rusia) y María del Mar Jurado Jiménez.
Los violas Rumen Cvetkov (Bulgaria), Tomoko Akasaka (Japón) y Razvan Popovici (Rumanía); los violonchelistas Gabriel Ureña, Adolfo Gutiérrez y Natalia Margulis (Alemania); la contrabajista Uxía Martínez Botana; los pianistas Antonio Ortiz y Josu de Solaun; el tenor Nils Nilsen (Noruega); el flautista Juan Antonio López Cabezuelos; el oboe José Antonio Gonzaga; el clarinetista Juan Crisóstomo Subiela Durá; el trompa Alexander Moustachiev (Bulgaria), y el fagot Antonio Lozano completan la nómina de solistas.
En la clausura participará la Franz Schubert Filharmonia, agrupación dirigida por Tomàs Grau que despliega sus temporadas de abono en Barcelona, Tarragona, Lleida y Sant Cugat y que desde el año 2009 es la orquesta residente del Vendrell, ciudad natal del gran maestro Pau Casals.
El concierto de apertura del X Málaga Clásica, Crescendo, se denomina Anacrusa, término que denomina a la nota o notas que preceden al primer tiempo fuerte de una frase musical (6 de junio a las 20:00 en el Teatro Echegaray). Así, en la anacrusa de este festival se encuentran los elementos que van a formar parte de su totalidad: tanto el intimismo de obras a dúo, que ponen el acento sobre la melodía de la voz, como sendas obras representativas del repertorio de música de cámara, la Grosse fuge de Beethoven y el Quinteto para piano nº 2 de Dvorak.
Uno, dos y tres. Crescendo, es el nombre del segundo concierto (7 de junio, Echegaray). La velada comenzará con un solo instrumento, el violín de Reina en el Adagio de la Sonata nº 1 in Sol menor de Bach, para pasar a la icónica Sonata nº 3 de Brahms para violín y piano, desarrollarse en la segunda parte con las misteriosas canciones de Poulenc, Fauré y Hahn y finalizar con el Trío para violín, chelo y piano de Cassadó.
El programa Cuatro. Equilibrio está dedicado al cuarteto de cuerda, la formación considerada como la más equilibrada en la música de cámara por su riqueza de rango, diversidad sonora y unidad a través del timbre instrumental (8 de junio, Echegaray). En la sesión se interpretarán el Cuarteto de cuerda nº 2 de Borodin, una obra llena de afecto amoroso que el compositor dedicó a su esposa Ekaterina Protopova, y el Cuarteto con piano en Mi bemol mayor de Schumann, en el que el compositor concibe momentos de gran intimidad y delicadeza.
Agregar instrumentos a los ensembles da lugar a que los compositores cambien brillantemente la textura, además de dar más densidad a la armonía. Cuando el piano se une a un cuarteto, como el renombrado Quinteto de piano en fa menor de Brahms, el piano y las cuerdas se enfrentan a veces como fuerzas musicales distintas, pero al mismo tiempo se unen y alcanzan un poder y una flexibilidad enorme. El concierto Cinco y seis.
Diversión (9 de junio, Echegaray) permitirá comprobar esa unidad, así como escuchar un sexteto, formato que tal vez deje a cada instrumento un poco aliviado ya que ahora hay más instrumentos compartiendo la carga de trabajo. El romántico Souvenir de Florence de Tchaikovsky servirá como el perfecto ejemplo.
Lo que es más simple en ensembles más pequeños es mucho más complejo en un septeto en términos de entrelazar exitosamente las líneas instrumentales. El programa Siete y ocho. Simbiosis (10 de junio, Teatro Echegaray) comenzará con la combinación de vientos y cuerdas del Septeto en Mi bemol mayor de Beethoven, obra de espíritu ligero cuya popularidad molestó al compositor de Bonn, que hubiera preferido que sus obras más serias recibieran ese tipo de atención. La sesión concluirá con el Octeto de cuerda en Mi bemol mayor de Mendelssohn, una de las obras más interpretadas y apreciadas del repertorio de la música de cámara.
Nueve y diez. Virtuosismo (11 de junio, Teatro Echegaray) comenzará con el Noneto en Fa mayor de Louis Spohr, obra tan popular que su instrumentación, consistente en la combinación de un quinteto de viento (flauta, oboe, clarinete, trompa y fagot) y un cuarteto de cuerda (violín, viola, violonchelo, contrabajo), se convirtió en el estándar para otros compositores que deseaban escribir para esta formación. Con la simple adición del segundo violín al grupo obtenemos un deceto, como es el caso del Dixtuor en Re mayor del compositor francés Theodore Dubois.
El X Málaga Clásica se cerrará el domingo 12 de junio en el Teatro Cervantes con Fortísimo, un concierto de clausura en el que la Franz Schubert Filharmonia, con Tomàs Grau en el atril, interpretará dos obras de repertorio de Bruch y Mendelssohn. Jesús Reina será el solista en la primera, el Concierto para violín nº 1 en Sol menor de Max Bruch, una pieza dedicada a y estrenada por Joseph Joachim que es especialmente amada por sus melodías desgarradoras y carácter enérgico.
El Festival acabará con la Sinfonía n° 4 de Mendelssohn, titulada La Italiana, una obra de alegre frescura que evoca imágenes e impresiones del país mediterráneo, también en forma de música folclórica, caso del último movimiento, un saltarello napolitano rápido.