Las obras más importantes del Museo Picasso en Málaga elegidas por su director
El director de la pinacoteca, José Lebrero, ha seleccionado para EL ESPAÑOL de Málaga las cuatro obras de Pablo Ruiz Picasso que considera imprescindibles de la Colección del Museo Picasso Málaga.
6 diciembre, 2022 05:00Noticias relacionadas
El Museo Picasso de Málaga es una parada obligatoria para cualquier malagueño o visitante que venga a disfrutar unos días a la capital malagueña. En su colección permanente hay 233 obras realizadas por Pablo Ruiz Picasso a lo largo de ocho décadas, lo que permite conocer a la perfección toda la trayectoria del artista malagueño.
Pinturas, esculturas, grabados y cerámicas se despliegan a través de las diversas salas haciendo que el espectador se sumerja en el laberinto creativo del autor. Cualquiera de esas obras es una obra de arte: un Picasso. EL ESPAÑOL de Málaga ha querido ir un poco más allá y ha puesto al director de la pinacoteca, José Lebrero, en un pequeño aprieto: elegir las mejores obras del museo, aquellas que sean imprescindibles. Y esta ha sido su selección.
Hombre sentado
"En Aviñón, Picasso contrató a un modelo con la intención de emplearlo en varias composiciones. El más elaborado de los estudios es este dibujo al carboncillo de un hombre sentado. El hombre, alto y musculoso, posa desnudo y sentado en una silla, pero ésta no se ve, por lo que las piernas del modelo son su único soporte. El uso de sombreados y líneas gruesas sirve para definir el espacio por detrás de la figura y acentuar partes del cuerpo. La máquina destructora del cubismo funciona a todo gas", expone Lebrero.
Pablo Picasso (1881-1973)
Hombre sentado
Aviñón, verano 1914
Carboncillo sobre papel
32,5 x 24,5 cm
Museo Picasso Málaga. Adquisición 2010
© Succession Pablo Picasso, VEGAP, Madrid,
2022
Busto de mujer con los brazos cruzados detrás de la cabeza
"En este retrato, cuando lo feo acaba con lo bello, ya han desaparecido los elementos definitorios de Dora, como son las cejas y las uñas; tan solo se mantiene el pelo corto engominado y, sobre todo, el singular movimiento anárquico de sus brazos. En este caso, los brazos cruzados detrás de la cabeza, lejos de mostrar reposo, evocan el estado de alteración que, según diversos testimonios, presentaba de forma habitual la retratada. Entre estos testimonios se cuenta el de Brassaï, quien llegaría a afirmar que Dora era «proclive a borrascas y estallidos». Picasso no obviaría dicho rasgo de su carácter, sino que lo llevaría al extremo en los retratos de su pareja que caracterizarían el período 1939-1940. A pesar de hallarse en período de guerra, Picasso raramente mostrará la violencia explícitamente; lo hará, en cambio, a partir de las deformaciones del rostro de su modelo", indica el director de la pinacoteca.
Pablo Picasso (1881-1973)
Busto de mujer con los brazos cruzados
detrás de la cabeza
Royan, 7 noviembre 1939
Óleo sobre lienzo
81 x 65 cm
Museo Picasso Málaga. Donación de
Christine Ruiz-Picasso © Succession Pablo Picasso, VEGAP, Madrid,
2022
Insecto
"En el sur de Francia, Picasso se siente fascinado por la tradición local de la cerámica. Como los artistas de la contemporánea Escuela de Altamira, remontó la mirada hasta los pintores rupestres prehistóricos que usaban tierra, huesos y fuego para crear arte. Realiza un conjunto de pinturas que recrean las casas y los paisajes que rodearon sus últimos trabajos. El pintor hace estallar la historia convencional de la cerámica europea. El malagueño afirma que «la cerámica funciona como el grabado. La cocción es la tirada. En ese preciso momento te das cuenta de lo que has hecho. Cuando recibes la prueba ya no eres el que hizo el grabado. Has cambiado. Te ves obligado a retomar la obra. Sin embargo, la cerámica ya no tiene vuelta atrás».
Pablo Picasso (1881-1973)
Insecto
Vallauris, 1951
Arcilla blanca cocida, torneada, elementos
aplicados; incisa, pintada con engobes y óxidos y
vidriada
42 x 35 x 26 cm
Museo Picasso Málaga. Donación de
Bernard Ruiz-Picasso
© Succession Pablo Picasso, VEGAP, Madrid,
2022
Mosquetero con espada
"Este sorprendente retrato, se presentó en la última exposición autorizada por Picasso, celebrada en el Palais des Papes de Aviñón. Como comisario de la muestra, se encargó de seleccionar los dos centenares de piezas, que limitó tan solo a la producción del período 1970-1972. Picasso murió en abril de 1973 y en mayo de ese año se inauguró la exposición, en la que vemos a un artista que se mueve en unos márgenes de libertad —compositiva, cromática, temática— quizás como en ningún otro momento de su carrera artística. Fue esta misma libertad la que desconcertaría a algunos de sus críticos ante esa producción postrera. La última etapa de su obra es hoy en día la más apreciada por los artistas contemporáneos".
Pablo Picasso (1881-1973)
Mosquetero con espada
Vauvenargues o Mougins, 28 enero 1972
Óleo sobre lienzo
116 x 89 cm
Museo Picasso Málaga. Donación de
Bernard Ruiz-Picasso
© Succession Pablo Picasso, VEGAP, Madrid,
2022