Su mirada azul, tan necesaria para la película que protagoniza, está brillante y no solo por los focos del set de entrevistas. Hay ilusión. Hay esa magia que solo dan las primeras veces. El malagueño Carlos Scholz se enfrenta a su primer Festival de Málaga como protagonista de un gran proyecto, Awareness, donde ha estado acompañado de actores de la talla de Óscar Jaenada, Pedro Alonso o María Pedraza.
"No me veía para nada estrenándome como protagonista en una película como esta, de ciencia ficción, y me hace mucha ilusión porque desde muy pequeño siempre me ha gustado la acción y los poderes. Ha sido un sueño que he podido cumplir relativamente pronto", declara con una sonrisa Scholz, un actor que ha visto cómo su carrera ha crecido rápidamente en apenas unos años. De tener solo pequeños papeles en series como Toyboy o Feria, ahora ha trabajado para el director Daniel Benmayor interpretando a Ian, un adolescente rebelde capaz de proyectar ilusiones visuales en la mente de los demás. Tras perder el control de sus poderes en público, una agencia secreta comienza a perseguirle y en su huida, el joven descubre que son muchos más los que padecen su misma situación y que toda su vida ha sido una absoluta mentira.
La película se estrenará muy pronto en Prime Video, una plataforma que ha abrazado el proyecto desde el momento que recibió el guion. La película ha sido presentada este jueves en la sección no competitiva Málaga Premiere del Festival de Cine en Español. El cineasta tenía ganas de hacer una película con un "concepto universal" como el tema de los poderes mentales en España. "La historia de Ian es una historia donde va descubriendo su identidad, fácil de comprender en cualquier sitio. ¿Por qué en España no íbamos a poder hacer este tipo de cosas? Con el apoyo de Prime Video, la garantía de los productores y arriesgándonos en un género que no es común en España, tuvimos la suerte de sacar este proyecto hacia delante", explica el realizador.
Por su parte, la actriz María Pedraza ha agradecido los años en los que estudió danza para hacer frente a todas las escenas de acción que tiene en la película. "Es una faceta oculta mía que ha sido muy positiva para este rodaje. Yo me lo he pasado increíble, ojalá pudiera hacer más acción próximamente", declara la joven, quien afirma que cuando vio la película después de la fase de postproducción sintió que se trataba de "una película totalmente diferente" a la que había rodado por todos los efectos especiales añadidos. "Vemos la peli como un puzle. Se va grabando por partes que son las piezas y cuando las ves juntas alucinas, porque hasta que no ves la peli montada no ves lo que has hecho realmente aunque la tengas súper machacada", continúa Scholz.
De hecho, junto al director, recuerdan durante la entrevista y entre risas lo bien que se lo pasaron rodando una escena en el interior de un vehículo al que le faltaba una rueda. "Muchas veces cuando rodamos escenas de coche ya no sales al exterior porque es más complicado, entonces te vas a un plató LED, coges el coche y proyectas los fondos y metes a los actores dentro. Les expliqué que estaban huyendo, que no tienen neumáticos en la parte trasera y que tenían que ficcionarlo todo dentro de un coche parado. Imagina a María Pedraza, Carlos Scholz y Pedro Alonso metidos en ese coche partiéndose de risa. Hubo un momento en el que tuve que decir que cuando se les quitara la tontería nos avisaran y apretábamos el botón de la cámara", cuenta el director. "Me acuerdo que Dani nos dijo: '¡Que esto no es Cruz y Raya!'", espeta Carlos entre risas. Los tres desean que Awareness tenga una segunda parte.
La juventud se unió a la experiencia
La juventud de María y Carlos, por cierto, se equilibra en la película con la experiencia de Óscar Jaenada y Pedro Alonso, quienes también son parte fundamental de la trama. Ambos se encontraron en este rodaje después de trabajar en el pasado juntos, lo que resultó ser una gran alegría para ambos. “Es algo épico y emocionante. Las cuestiones por las que a veces uno no sobrevive en esta profesión son bastante complicadas y no todo depende del talento. Es una industria que a veces es muy dura y en ocasiones descarnada. Encontrarme de nuevo en un set de rodaje a gente como Óscar es como decir “Seguimos aquí”, es algo para celebrar después de treinta años caminando”, expresa Pedro Alonso, mientras mira con admiración a su compañero Óscar Jaenada, quien indica, además, que “los caminos” de ambos han sido “interesantísimos”.
"El cine que a nosotros nos educó ya no se puede hacer"
Sobre los chavales con los que han compartido la película, ambos reconocen que vienen “preparadísimos”. “Es totalmente diferente a lo que vivimos nosotros. En nuestro caso, hemos aprendido mucho en el alambre mientras la industria iba creciendo, pero de repente ellos vienen así ya desde sus casas”, plantea Alonso, que lamenta que ellos lo tengan más complicado que Óscar y él cuando tenían su edad.
“El cine que a nosotros nos educó ya no se puede hacer y estos chavales ya no pueden tener esa experiencia tan libre de aprender como nosotros lo hicimos. El cine está muy atado hoy en día y es muy difícil”, opina Jaenada. Así, hace un apunte curioso respecto a los sueños de los jóvenes hoy en día: “Me tiro a la piscina y digo que el espíritu que teníamos Pedro o yo en nuestra época era totalmente diferente a los de ahora. Los sueños de los chavales han cambiado y son totalmente distintos. No todos los niños quieren ser futbolistas como cuando yo era joven. Ahora quieren ser, qué sé yo, astronautas; o si escogen la mala opción, influencers. Todo se modula, todo tiene movimiento y es cambiante”.
Sobre esto, Alonso añade que la industria cinematográfica actual tiene cosas maravillosas, pero también la califica de “trituradora de carne”. “Es una metáfora del mundo que vivimos, todo se está moviendo a una velocidad extrema y no es sencillo para nadie, no solo para los actores”, sostiene.
En cuanto al cambio que han experimentado los rodajes respecto a cuando empezaron, ambos se muestran sorprendidos. Pedro Alonso recuerda que cuando él empezó “le dabas una patada a un bastidor y tirabas el plató entero y no podías apoyarte prácticamente en ningún lado”. Sin embargo, ahora llega a algunos sets de rodaje de España y reconoce que se queda fascinado. “Nos estamos acostumbrando a volar en términos de músculo, producción y factura a otro nivel. En ciencia ficción, por ejemplo, competimos sin prejuicios y estamos encontrando nuestra naturaleza en términos relativos en lo que antes era patrimonio de los anglosajones. Estamos caminando hacia lo desconocido y es algo excitante”, expresa Alonso, que también mira el lado negativo: “Cuando uno trabaja en proyectos con tanto aparato técnico, hay un peligro: que eso te entierre y pierdas la conexión emocional con tu personaje. Para eso hace falta un capitán que te guíe y un actor que sepa reivindicar su espacio, como ha sido el caso de Awareness”.
"Cuando uno trabaja en proyectos con tanto aparato técnico, hay un peligro: que eso te entierre y pierdas la conexión emocional con tu personaje"
Óscar Jaenada utiliza una metáfora que hace entender muy bien el discurso de Alonso: “En Estados Unidos van con un Fórmula 1 y nosotros vamos con un 600. Es una película muy complicada de hacer, pero el hecho de quedarnos cerca de ellos para mí es una victoria. Es un género en el que hace falta mucho dinero. Sin dinero no hay ni ciencia ni ficción. Eso es lo bueno de esta peli, que ha mirado de frente a las proyecciones norteamericanas”.
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