La serie de Netflix 'Machos Alfa' rodará en Málaga parte de su próxima temporada: estas son las localizaciones

A Málaga le siguen lloviendo rodajes de series y películas. Es una realidad que la provincia es una de las favoritas por las productoras para grabar sus proyectos. Si ya Netflix confió en ella para rodar uno de sus últimos éxitos, la adaptación de la novela del malagueño Javier Castillo, La chica de nieve, ahora vuelve a apostar por la Costa del Sol para otro proyecto, la segunda temporada de Machos alfa, una de sus series de moda.

Producida por Contubernio Films ('La que se avecina', 'El pueblo'), esta segunda temporada de Machos alfa estará compuesta por 10 episodios y se rodará en Madrid, Málaga, Cádiz e Ibiza. Concretamente en Málaga y Cádiz estarán desde el martes 16 de mayo al viernes 19 después de haber rodado en Ibiza, donde la grabación causó gran expectación.

El martes 16 está previsto que rueden en el Centro de Málaga y en chiringuitos de Pedregalejo. El miércoles, el equipo se trasladará a Marbella para rodar en un beach club. El jueves 18, rodarán en Tarifa por la tarde y el viernes 19 por la noche, harán lo propio en una mansión de Marbella.

La Agencia Smart Audiovisual ha puesto en marcha la búsqueda de figurantes para el rodaje de Machos alfa. Han especificado que necesitan a hombres y mujeres a partir de 18 años con perfil cool, elegante o moderno. En caso de estar interesado puedes rellenar este formulario.

La comedia, creada por los hermanos Caballero, está protagonizada por Fernando Gil ('La cinta de Álex', 'Dos años y un día'), María Hervas ('La Guarida', 'La que se avecina'), Raúl Tejón ('Alma', 'Sin límites'), Kira Miró ('La que se avecina', 'Servir y proteger'), Gorka Otxoa ('Fe de etarras', 'Eres tú'), Paula Gallego ('Cuéntame'), Fele Martínez ('Tesis', 'La mala educación') y Raquel Guerrero ('Reyes de la noche', 'The Countryside').

Cabe recordar que la trama de Machos alfa trata de cuatro amigos de mediana edad que tienen una gran crisis de masculinidad. En ella, tratan de acostumbrarse a su nueva realidad: una sociedad más igualitaria y con nuevas reglas que les hacen caer en el patetismo mientras tratan de encontrar su identidad.