Diego Meléndez se enamoró de la música con apenas 17 años. “Siempre me gustó, siempre fue una parte de mí, pero nunca me había planteado que pudiera ser el centro de mi vida”, explica ahora, más de una década después, mientras se prepara para volver a tocar en la Málaga que lo vio nacer y de la que se marchó hace 11 años para ganarse la vida como artista.
Fue un compañero del instituto, guitarrista, quien lo llevó a lanzarse a las primeras sesiones de micro abierto del ZZPub y entre canciones en los bares y en las calles de la capital, se dio cuenta de que quería dedicarse a ello.
Por entonces, la música en vivo contaba con bastantes prohibiciones y, buscando “un cambio de aire”, se cruzó Zaragoza en su camino. “Parecía un poco predestinado. Un amigo se casaba con una maña y es la ciudad de la banda de mi vida, Héroes del Silencio. Los grupos que seguía siempre venían de allí y me embarqué a conocer esos comienzos, a las calles de las que venía mi inspiración”, cuenta a EL ESPAÑOL de Málaga.
Lo que más le costó fue adaptarse al clima. Por lo demás, se lanzó de nuevo a tocar en las calles de una nueva ciudad bajo el cierzo y pronto encontró la primera oportunidad para montar su propio micro abierto. “En un mes organizamos el primero y desde entonces hemos trabajado en más de 60 locales de la ciudad. Fue todo muy rodado, me sentí acogido en todo momento”, asegura.
Ahora, puede decir que se gana la vida con la música y, aunque tampoco ha sido fácil, considera que “hay un poco de lloriqueo generalizado” en la profesión, que en el sector hay muchas opciones y que “si lo tienes claro, si quieres dedicarte 100% a esto, se puede”. “Hay quien vale para ser profesor, otros para ser cantantes, músicos de estudio o showman. Hay muchas posibilidades y todo el mundo puede”, apunta.
Él lo demuestra volviendo 11 años después a Málaga con un disco bajo el brazo. Este viernes, presenta en la sala The Hall de la capital ‘La Revancha del Insomnio’, un primer álbum compuesto por canciones que su hermano Guillermo compuso hace más de 15 en la capital, antes de mudarse como él a Aragón.
“Estamos devolviendo estas canciones a la ciudad donde nacieron, volvemos a las calles que las inspiraron y eso me hace mucha ilusión”, afirma.
Junto a él estará su banda, Diario Fantasma, con Daniel Martínez a la guitarra, el violín y los coros; Ángel Herrera a la batería y la percusión; David Colás con la guitarra eléctrica y Jaime Zuasti ante el bajo y los coros.
Después vendrán un par de conciertos más antes de empezar la temporada de verano, la cocción a fuego lento de su siguiente disco y la segunda gira en México, donde se marchó solo el verano pasado y organizó 12 conciertos en ocho ciudades. “Básicamente, trabajar, trabajar, trabajar”.