De La Luz, de Puerta Blanca o de Miraflores. De Churriana, de Dos Hermanas o de Teatinos. Daba igual de donde vinieran, que en El Barrio de José Luis Figuereo todos se sentían como en casa. Bajo el ala de un sombrero vive el personaje que Selu interpreta cada vez que se sube al escenario y que se cruza entre lo misterioso e interesante y la pillería y los juegos de un niño. El Barrio ha vuelto a subirse a las tablas en Málaga después del susto que dio a sus seguidores en noviembre de 2021. "Me voy a la ausencia, al recuerdo, no al retiro", les indicó en aquel post que puso el panorama de la música patas arriba. No era más que un 'hasta luego' para despedir su gira El danzar de las mariposas, aunque para muchos sonó como un adiós.
El lugar para volver a poner el motor en marcha con su gira Atemporal no podía ser otro que su Málaga, una tierra que, para él, junto a Huelva y su Cádiz natal es "luz" absoluta. "Yo siempre he venido aquí... tanto tiempo hace que vine que recuerdo que el Tivoli aún vendía animales. Un gorila y un poni me compré", declaró el cantante entre risas.
Ya este viernes ofreció a los malagueños un recital brillantísimo en el Auditorio Cortijo de Torres, pero es tanto el cariño que esta tierra de bohemios y soñadores tiene a Figuereo, que tuvo que abrir otra fecha y hacer doblete. Casi 10.000 almas estuvieron escuchando sus temas anoche, algo menos que la primera jornada, que sí colgó el cartel de sold out.
"Ayer fue una actuación estelar y hoy no pienso dejarla pasar...", apuntó con decisión el cantautor gaditano, que sabía que la noche prometía. Cuando está a punto de cumplir tres décadas en la música, El Barrio ha cumplido cantando en Málaga 53 años. A medianoche, cuando ya era 4 de junio, su ejército de barrieros le cantaron Cumpleaños feliz con la ayuda de su equipo. No quiso faltar a la cita su familia --pudimos ver a sus niñas en el escenario al final del concierto--, a la que le dedicó en un momento de la noche el hermoso tema Curandero. "Gracias por venir a los míos. Dedico esta canción a mis hijas, a mis padres y a mis tíos, que han querido acompañarme hoy", expresó.
Gran parte del tracklist del gaditano se centró en sus dos últimos álbumes, El danzar de las mariposas y Atemporal, pero la realidad es que los temas que hicieron vibrar más al público fueron aquellos que trasladan a otros lugares, concretamente a momentos especiales de la vida de cada uno: Agua fresca, La fuente del deseo o Me voy al mundo; así como los himnos barrieros: Buena, bonita y barata, Pa' Madrid u Orgullo.
Cuando quedaban pocos minutos para cumplir las dos horas de concierto, la grada rogó simultáneamente que cantara Orgullo, más conocida por todos como Los barrieros. "Ahora voy, ahora voy, chiquillos, que tengo un temita más que hacer", bromeó el artista ante la impaciencia del público para escuchar SU TEMA, en mayúsculas, mientras sonaban los primeros acordes de El licenciao.
Casi llegando al final de la noche, no dudó El Barrio en parar unos segundos el concierto para comprobar que todo iba bien entre la multitud después de que varios asistentes llamaran su atención alertando de la indisposición de uno de los presentes en la pista. "Para, para, para", les dijo a sus músicos. Al percatarse que los sanitarios ya se hacían cargo del afectado, prosiguió con su particular fiesta. Los sombreros y las copas siguieron balanceándose al son de su música por la pista y la grada. Había que celebrar la vida y disfrutar, especialmente, de la posibilidad de bailar entre la multitud, pues el último concierto que ofreció el artista en la ciudad estuvo marcado por las normas Covid.
Y es que si de alguien es el Barrio, es de la gente. De la gente de La Luz, de Puerta Blanca o de Miraflores. De Churriana, de Dos Hermanas o de Teatinos. De cualquier vecino malagueño. Del niño subido en los hombros de un familiar gritándole a Selu que había viajado desde Algeciras para verle. Del grupo de amigas que desde la grada trataban de indicarle que estaban de despedida de soltera y que, como no tenían dinero para que tocara en la boda de una de ellas, se conformaban con que les dedicara un tema. De la seguidora de la primera fila que lleva el rostro de Selu tatuado en su espalda. De la kelly que no quería perderse una noche barriera, aunque mañana tuviera que madrugar para dar el callo en la planta del hotel donde trabaja y le dolieran las piernas.
El Barrio son las historias que hay en los vecinos de las calles de sus conciertos. Los de la gente corriente y sencilla. Y sin ese vínculo, sin ese compromiso inquebrantable, no seguiría cumpliendo años sobre los escenarios con esa guasa que tanto le caracteriza. Feliz cumpleaños, don José Luis Figuereo.