Pese a sus cortos 16 años, es madurez y majestuosidad frente al piano. Se llama Marcos Castilla y es la gran revelación en el mundo de la música clásica malagueña en los últimos años. Empezó tocando el xilófono de juguete con apenas cinco años y ahora el mismísimo Antonio Banderas y el Teatro del Soho CaixaBank han apostado por él para que acompañe los días 15 y 16 de julio a la Larios Pop del Soho, la Orquesta Sinfónica del Soho que deja a cualquiera sin palabras cuando la escucha en riguroso directo. Tocarán el concierto para piano nº21 en do mayor, K.467, de Wolfgang Amadeus Mozart en el Teatro del Soho CaixaBank. Según el joven artista, será un concierto que gustará a todo el mundo. Hablamos con él para conocer más sobre su relación con la música.
Enamoraste en su día a Antonio Banderas; es un apasionado de todo lo que haces. Este 15 y 16 de julio tocarás con la Larios Pop del Soho. ¿Cómo llevas esa oportunidad?
Es alucinante. Aún no me creo que vaya a tocar con la Orquesta Sinfónica del Soho en el Teatro de Antonio Banderas Es como que, oye, que voy a tocar con la orquesta sinfónica de Chófer y con Antonio Banderas. En el Teatro de Antonio Banderas. Guau. Para mí es algo impresionante. Estoy nervioso. Pero yo lo voy a hacer lo mejor posible. Estoy estudiando muchísimas horas al día. De hecho, este concierto es mi prioridad y es en lo que me estoy centrando y en lo que voy a centrar hasta el mismo 16, que es el segundo pase del concierto.
Dices que estás preparándote mucho, estás trabajando mucho en esos dos conciertos. ¿Cuántas horas se le dedica? ¿Qué preparación tiene un concierto como ese?
Yo creo que hace falta mucho tiempo. Y no me refiero a cuánto tiempo le dedicas al día, que también. Hay que empezarlo mucho antes. Porque hay que llevarlo bastante aprendido. No vale con tener la partitura recordada y ya. Hay que tenerlo entero. Las 63 páginas. Bueno, incluyendo la orquesta y la parte del piano. Pero sí, es verdad que yo lo empecé a estudiar en Navidad. En cuanto me llamaron del teatro empecé a estudiar.
¿Cómo definirías lo que se va a encontrar el malagueño que vaya a veros?
Es que hay que tener en cuenta que la orquesta es impresionante. Yo la he escuchado en varios conciertos de bandas sonoras, de marchas de Semana Santa… Y es que he flipado. Ver la orquesta de cerca te acaba dejando alucinado. De verdad, es que el hecho de que yo vaya a compartir escenario con ellos me deja sin palabras. Yo animo a todos los malagueños a que vengan porque quiero dejar claro que no se trata de un concierto que está destinado a los amantes de la música clásica, sino que es un concierto para todos, pese a ser de Mozart.
No es cuestión de valorar si es más simple o más complejo, pero sí que es cierto que es un concierto muy bonito que todo el mundo puede entender.
16 años, estás en pleno verano. ¿Da una tregua el piano para salir con tus amigos?
Yo creo que siempre, si nos organizamos bien, puede haber tiempo para todo. Pero el hecho de que sea verano no significa, al menos pienso yo, que dejemos el piano de lado. De hecho, ahora en verano es cuando más estoy estudiando. Porque con los estudios y todo, hay que también centrarse en los exámenes, las asignaturas...
En invierno hay menos tiempo físico porque estoy en clase en vez de estudiar piano. Tengo que reconocer que estos meses le he dedicado al piano muchísimo tiempo. Demasiado… Bueno, ¿qué digo? Nunca es demasiado. Y ahora más todavía. Le dedico muchas horas al día, tanto por la mañana como por la tarde, pero siempre encuentro un ratillo que pueda echar con mis amigos, eso sí, sin bajar la mirada de lo importante.
¿Qué plan te gusta hacer con ellos, por ejemplo? Más allá del piano.
Pues cuando quedamos, cantamos y tocamos el piano (Risas).
Tienes un grupo entonces muy musical…
Sí, sí es verdad. Tengo varios grupos de amigos. Está el del conservatorio, el del colegio... Pero es que a todos les gusta la música. Entonces, al final terminamos cantando bulerías, reguetón... No sé.
Tus amigos te llaman Mr. Spotify, lo dijiste en una entrevista anterior
Uy, es verdad. Es verdad. Eso me lo puso un amigo mío que es inglés, que me estuvo pidiendo canciones de artistas como Sting. Claro, me encantan los 70, los 80... Me encantan todos, entonces le doy a todo. Cuando me lo dijo me partí de risa, porque reconozco que es un apodo chulo.
¿Pero es porque al final eres capaz de tocar cualquier cosa que te echen? Más allá de que te guste oír muchos géneros.
Pues si no conozco la canción, puedo escucharla y la puedo sacar de oído. Hombre, si me ponen a ver un concierto de Chaikovski, es más complicado. Te lo puedo reducir, pero...
¿Es más fácil sacar eso o Despechá de Rosalía?
Bueno, la de Despechá me la sé, de hecho, la subí a mi perfil de Instagram. A mí me encanta. Pero porque la escucho yo también, porque a mí me encanta la música moderna también. Me gusta todo. No escucho solo música clásica.
Tuviste el primer acercamiento con la música con apenas cinco años. Fuiste muy precoz. ¿Cómo empieza esa relación?
Pues empecé con un xilófono. Los Reyes me trajeron un xilófono de pequeño. Y me acuerdo que no me separaba del xilófono. Un xilófono de 7 teclas de colores. De hecho, lo conservo en mi cuarto. Y siempre que lo miro me acuerdo de todos los ratos que he echado de chico con mis padres. Muchas veces se ponían ellos conmigo a experimentar y tal… Y yo creo que a raíz de ahí todo fue rodando.
Y ahora miras hacia atrás, ¿y qué piensas? Porque con solo 16 años has conseguido muchísimo. Tierra de Talento, ahora este concierto… ¿Te parece que todo va muy rápido?
Yo creo que estoy súper agradecido por todo lo que está pasando. A ver, yo creo que siempre que uno mira para atrás se da cuenta de que todas las horas que ha echado han merecido la pena. Muchas veces, bueno, la mayoría de veces, cuando mis amigos estaban por las tardes jugando al fútbol, por ejemplo, en la calle, pues estaba yo en el conservatorio. Que al conservatorio suelo ir por las tardes para poder ir por la mañana a clase.
Al final yo soy el que se pasa la tarde allí metido estudiado, pero al final merece la pena y lo agradezco, aunque sea duro, ha merecido la pena. Al final es lo que me gusta, lo que lo hace menos duro, pero sí que es cierto que no es fácil. Hay que saber organizarse muy bien. Es fundamental.
Oye, ¿y el cambio de ese xilófono al piano? O sea, ¿tus padres perciben que eres un máquina y deciden hacerte crecer en la música?
Después del xilófono me regalaron un teclado chico que fue aumentando de tamaño. Del chico al acústico que tengo en casa ahora con el que paso muchas horas.
Hay gente que dice que es muy importante que la familia siempre te apoye, sobre todo cuando haces una carrera artística como es la tuya. ¿Cómo ha sido esa relación con tus padres desde el principio que empezaste?
Pues la verdad es que me han ayudado muchísimo y yo creo que es de lo más importante. Hay muchos padres a los que cuando le dices que te quieres dedicar a la música te lo niegan. Otros, que conozco algunos casos, obligan a sus hijos a estudiar lo mismo que estudiaron ellos. No ha sido mi caso. Ellos han hecho que esté aquí hoy y me han dicho en cada decisión que “palante”. Si te gusta esto y encima lo puedes convertir en tu profesión, vas a ser más feliz que haciendo algo que no te guste, eso es así.
Este año te han dado la beca de la Fundación Málaga, que eso ayuda muchísimo. ¿Qué supone para ti esta beca?
Pues para mí, como he dicho, estoy súper agradecido tanto a la Fundación Málaga como a Tierra de Talento y al Teatro del Soho CaixaBank por la gran oportunidad que me han dado dejándome un huequecito para tocar con ellos de alguna u otra forma.
Esta beca para mí es mucho, pues es una gran oportunidad para poder seguir aquí estudiando en la Academia Galamian de Jesús Reina. Y, hombre, es una gran ayuda y no precisamente en lo económico, que también, sino que abre muchas puertas. Gracias a ella puedo conocer a jóvenes músicos, que a muchos de ellos los conozco y son buenísimos. Poder escucharlos, saber de cada uno de ellos… Me parece importantísimo. Al igual que conocer a autoridades. Eso también es necesario.
En este concierto la gente te va a conocer más musicalmente porque se va a ver lo bien que tocas. Pero también sé que estás iniciándote en la composición, ¿no?
Pues a mí me gusta mucho componer obras de piano. Muchas veces uno se sienta al piano y empiezan a surgir cosas. Siempre tengo ahí el móvil para poder grabarlas porque es frustrante cuando uno a lo mejor toca algo y dice “¡ay, qué chulo!”. Pero luego te das cuenta de que no lo has grabado. Y hay que intentar repetirlo, pero... Pero después ya no sale. Pero eso sí, me gusta mucho componer. Bandas sonoras también, sobre todo. Me flipan.
¡No me digas! ¿Te gustaría componer bandas de películas?
Sería un sueño.
Antonio tiene muchos contactos y hace muchas pelis...
(Risas) Es que me gusta todo lo que tenga que ver con la música. Una persona a la que admiro mucho también es a Arturo. Me impone mucho, tiene una pedazo de orquesta y es impresionante dirigiendo a la orquesta.
¿Cómo fue para ti conocer a Banderas?
Estaba nervioso. Lo conocí durante la presentación de la programación de la temporada. Estuve tocando con él y estuvimos charlando juntos en el piano. Él es un apasionado del jazz y yo también. Yo a Antonio le admiro muchísimo y es un ídolo para mí. Y en el momento que se planta delante de ti… Yo me quedé sin palabras.
¿Qué objetivos tienes para el futuro? El año que viene tienes la Selectividad
Sí, me queda segundo de Bachillerato y selectividad. Y también terminar Sexto de Piano Profesional, la equivalencia de Segundo de Bachillerato en el Conservatorio.
Mi prioridad ahora mismo es el concierto a corto plazo. Tengo muchísimas ganas de que llegue, y cuando termine me voy a Escocia a un curso. Me parece que sería una gran oportunidad poder quedarme estudiando allí después de terminar segundo de Bachillerato… Pero después del concierto me centraré en pruebas para entrar a algún Grado Superior. Me gustaría fuera, Inglaterra, Estados Unidos… Donde se pueda si es que se pudiese. Que las universidades de aquí también están muy bien, ¿eh?
Pero a mí me gustaría conocer otras culturas, más métodos de enseñanza y tal… Y eso se consigue yendo a estudiar fuera. Vamos, que si puedo. Yo voy con todo a la música.
¿Entenderías la vida sin música?
Yo creo que la música es la forma más libre de expresión, de sentimiento. Y yo creo que sin música... como dijo Nietzsche, sin música la vida sería un error. Yo creo que es súper importante porque si nos imaginamos una vida sin música, todo en silencio...
Sería un rollo, ¿no?
Sería todo gris. Y la música son colores.
¿Tienes un artista favorito?
Me encantan John Williams y Halstead.
Y si te concedieran ahora un deseo... ¿Qué sueño cumplirías?
Que la gente pueda disfrutar con la música y yo pueda acercarles la música. Sea tocando el piano, sea pudiendo tocar con una orquesta o componiendo o lo que sea. Todo lo relacionado con la música, yo de cabeza.