A Carmen Machi le llegó el guion de Tratamos demasiado bien a las mujeres hace ocho años. Estaba trabajando en Buenos Aires y, mientras estaba descansando en la cama, por el cambio horario, recibió un correo de Clara Bilbao, la directora del filme, a la que entonces conocía por haber coincidido con ella en su faceta de figurinista.
"Me dijo que leyera el guion y al final del correo me comentaba que la iba a dirigir ella. Me quedé alucinada. Lo leí en muy poco tiempo y me pareció magnífico. El guion es brutal. Admiro muchísimo a Miguel Barros, el guionista, y me parecía una cosa increíble. Eso sí, me hice muchas preguntas: ¿Cómo se iba a rodar? ¿Cómo se iba a contar? Y, al parecer, Clara lo tenía muy claro, valga la redundancia", expresa la actriz en una entrevista a EL ESPAÑOL de Málaga.
Este domingo, la película se ha presentado en la 27 edición del Festival de Málaga, en el marco de la sección oficial de largometrajes. Se estrenará en cines este 15 de marzo, ocho años después de aquel correo, explica Machi, pero han existido "intentonas" de hacerla antes. "Pero es muy complicado levantar una peli, además muy particular. No todo el mundo quería, pero finalmente hubo coproducciones y recibimos la ayuda de Prime Video y Televisión Española. Y luego pues se ha financiado y se ha conseguido hacer. Estamos muy contentos", explica.
En el filme interpreta a Remedios Buendía, un personaje que considera "inexplicable", pero que ha trabajado desde el mismo lugar que trabaja el resto, con una "fe ciega" en la dirección, en este caso en Clara Bilbao, y con un equipazo de maquillaje, peluquería y vestuario que asegura que le ha dado el 95% al personaje. "Es fundamental decirlo, siempre como te ves por fuera empiezas a entender al personaje por dentro. Necesitas estar toda armada de esta mujer para entender todo lo que le pasa y todo lo que revoluciona", detalla.
En la película, Machi, vestida de novia y como metáfora de la guerra, del demonio, defiende su patria y lucha por ello por encima de todos. Se data en el otoño de 1945, cuando un grupo de maquis a la fuga tiene la mala idea de tomar la estafeta donde se encuentra Remedios vestida de blanco. Enfurecida, demuestra hasta donde puede llegar defendiendo los valores que ella considera adecuados.
Su extensa carrera lleva a pensar que a Carmen Machi le quedan pocos papeles por interpretar en el cine, algo con lo que ella discrepa. "Seguro que habrá miles que existan por ahí pululando", dice. De todos los que ha encarnado, asegura que se ha enriquecido muchísimo, los haya interpretado "mejor o peor". Eso sí, no acepta cualquier papel. Cada papel que hace es una decisión propia, porque si no, confiesa, se aburre. "Si dos personajes se parecen mucho, se acaban pareciendo a la misma persona que los hace. A mí me interesa el relato de sus vidas, tienen que tener cosas muy diferentes que contar, que los tonos sean muy distintos... Vamos, que no se parezcan en nada", dice.
Fiel amante de Valle-Inclán y su obra, que ha interpretado en alguna que otra ocasión, ve en esta película rasgos del autor. Machi reconoce que el tono en cualquier filme es complicado, pero que en Tratamos demasiado bien a las mujeres puede llegar a ser "esperpéntico". "El hecho de llevar la realidad a un punto muy exagerado que no sabes muy bien ni dónde colocar es muy valleinclanesco. Yo soy muy fan de Valle y sé un poco lo que quiero decir. No sé si alguien más estará de acuerdo, pero yo sé lo que quiero decir", señala entre risas.
Es una película muy feminista. Respecto a su título, Tratamos bien a las mujeres, Machi cree que no va a malinterpretarse por la sociedad general aún en los tiempos de crispación que vivimos. "Creo que todo es poliédrico. Si tu pensamiento está colocado en un lugar, solo vas a ver eso. Esta película es absolutamente feminista y lucha contra los paternalismos precisamente", sostiene.
Machi cree que lo que hay que reivindicar es, precisamente, que "las mujeres somos capaces de hacer las cosas solas". "Está muy bien que estemos acompañadas entre nosotras, pero solas también las podemos hacer. No hace falta que hagamos empatía para solucionar las cosas. Y en este caso este es el ejemplo de esta peli. Remedios es una mujer que cree que todos los que le rodean son ineptos y que ella es la única que puede solucionar lo que no sabe hacer esa pandilla", explica.
Además, hace hincapié en que es una película dirigida por una mujer, pero con un guion escrito por un hombre. Para ella, el mensaje que ha querido transmitir Bilbao es que las mujeres no quieren que se las vea como una "cosa frágil": "En este momento estamos en un momento muy así, está claro que la mujer tiene que confiar mucho en sí misma y si no basta con salir a codazos de un sitio, pues se sale a puñetazos, metafóricamente hablando".
No predica con los que recalcan a cada rato el porcentaje de películas dirigidas por mujeres que salen al mercado. "Llevo trabajando con mujeres directoras mucho tiempo y yo lo que creo que por fortuna se está normalizando, que es lo que tiene que pasar. Si siempre le damos importancia a eso, parece que es excepcional. Hay mucho paternalismo hacia las mujeres, a mí eso me irrita profundamente", critica.
Machi prefiere poner el foco en una generación que, en sus propias palabras, viene apretando "muy fuerte y en el mejor de los sentidos" que está dejando claro esta idea y normalizando la situación. "El papel de la mujer ahora es igual de importante. No por ser mujer las cosas las tienes que hacer mejor, para nada", zanja.