Ojeando Festival ha sido durante 14 ediciones uno de los refugios inexpugnables del indie en Andalucía. Desde su primer cartel allá por 2008, el festival celebrado en el pintoresco pueblo de Ojén ha sido pionero trayendo a los mejores grupos del género y adelantándose a las tendencias sabiendo ver a sus futuras estrellas. Versiones primigenias de Supersubmarina, Izal, Miss Caffeina o Zahara son solo algunos de los nombres que pasaron por los primeros Ojeando. 16 años después, con dos de sus últimas ediciones con una asistencia más discreta, el mítico festival abandona el barco del indie y hace una apuesta total por el flamenquito.

Su nueva edición trae como cabezas de cartel a La Plazuela, Queralt Lahoz, Ciervoss y Killmiya, reduciendo su programación del ‘Escenario Patio’ a un solo día, el 13 de julio. Mientras que en su edición 2023 pagabas un precio de entrada de 25 euros y podías ver once conciertos divididos en dos días, Ojeando 2024 mantiene el mismo precio y ofrece tan solo cuatro. Por otro lado, grandes nombres del flamenco pop como Salistre, Javi Medina, Alameda o La Flaka, se podrán disfrutar de forma gratuita en el ‘Escenario Plaza’.

Otra de las grandes perdidas del festival en su nueva edición en el mítico ‘’Concurso de Talentos Ojeando’’, una batalla de bandas que apostaba por las promesas emergentes andaluzas. Este no solo permitía hacerse un hueco en el cartel a los 4 grupos premiados del concurso, sino que les respaldaba con una dotación económica muy significativa. Ganarlo representaba un corte de calidad que pocas veces fallaba. Prueba de ello han sido artistas como Nadie Patín, García Picasso o Mar Louise; bandas que salieron de aquí y que hoy gozan carreras consolidadas.

Desde el Ayuntamiento de Ojén no han querido responder a preguntas de EL ESPAÑOL de Málaga sobre este cambio drástico en la programación y funcionamiento del festival. Sin embargo, fuentes de la organización que ha podido conocer este periódico han manifestado su descontento por la perdida de la esencia del ciclo. Parte de esto se debe al elevado precio de los cachés de los artistas indie, ‘’que se han subido a precios prohibitivos’’, y a la bajada de asistentes en los últimos años post pandemia.

Noticias relacionadas