Les pongo en situación. Marzo de 2023. Antoñito Molina está de promoción en el Centro de Málaga. Lleva abrigo y mochila a la espalda. Prácticamente nadie le para por la calle, solo va a llegarse al Corte Inglés a saludar a una fan porque se lo ha prometido. Está a punto de sacar Suéltate el pelo, el tema que dedica a su madre y con el que aún no sabe que va a dar el bum en la música que hasta ahora no había dado. 

Tras una entrevista promocional con EL ESPAÑOL de Málaga, Antoñito se interesa por el Teatro Cervantes de Málaga. "¿Y ahí cuánta gente cabe?", le pregunta a su representante. "Algo más de mil", le responde. "Pues habrá que llenarlo pronto, ¿no? Yo quiero cantar ahí", siguió Molina. 

Un año y medio después, dicho y hecho. Otro sueño en la maleta del líder del Club de los soñadores. Eran las 19.05 horas de este domingo, 29 de septiembre, cuando Antoñito Molina salía lleno de energía al escenario del Teatro Cervantes. El pregonero del Carnaval de Cádiz de 2025 en el templo de las coplas malagueñas por febrero. La simbiosis era perfecta.

Como no podía ser de otra manera, Molina arrancó con La Aventura, el tema que da nombre a su tour, aunque esta parada en Málaga estuviera enmarcada en el ciclo S!ngulares del Teatro Cervantes. "Oye, recuerda, que estamos vivos", cantó en este tema el artista, captando la atención del público en apenas unos segundos. Su legión respondió con palmas y jaleos como "¡Qué bien te ha hecho tu madre, hijo!".

"No pienso permitirme normalizar estar hoy aquí. La suerte que tengo y que tenemos de estar hoy en el Teatro Cervantes de Málaga", dijo emocionado el artista, agradeciendo a sus seguidores haber estado con él en pueblos como Manilva, Ojén o Fuengirola y en salas como la París 15, además de en un concierto tan especial como el de La Malagueta el pasado verano --también lleno hasta la bandera--.

"Tengo clarísimo, eso lo sabe mi padre, mi madre y Cádiz entera, que si no llega a ser por Málaga, yo no estoy aquí esta noche", pronunció con decisión el gaditano, que siempre ha tenido el apoyo de la provincia desde sus inicios aunque sea ahora, como él mismo dice, cuando le va bien en la música.

Antoñito Molina tocando la trompeta. Daniel Pérez. Teatro Cervantes.

Tras un rato charlando con su público, llegó el turno de temas como Te comes por dentro Hubo un tiempo, clásicos del artista que transmiten una positividad absolutamente desbordante. Es difícil explicar la energía que se vivió durante todo el concierto. Hubo tiempo para la felicidad explosiva, pero también para la emoción más pura y verdadera, especialmente con el tema Ya no más, una canción sobre la que el artista confesó que pasó mucho tiempo sin cantar por lo mucho que significa para él y los recuerdos que le trae. Cuando se vio fuerte, volvió a retomarla, pero sufrió otro bajón que le impedía añadirla a la lista de temas de sus conciertos.

"Hoy en la prueba de sonido he decidido que quería cantarla en el Cervantes", dijo a su público Molina, que contó que una de las mejores cosas que le ha ocurrido en la vida es salir de un sitio donde no debía estar más tiempo, una de esas relaciones tóxicas a las que aunque tratemos de sacar siempre el lado positivo, restan más que suman. 

Y de un tema emotivo, a otro de los más especiales, Suéltate el pelo, una canción que llenó el patio de butacas de videollamadas entre hijas y madres diciéndose te quiero. "Yo sé que algún día tampoco podré cantar esta canción, pero nunca habrá una más importante que esta, porque sé que a cada sitio que voy ella [su madre] se lleva un gran aplauso", expresó.

El club de los soñadores llenó el Cervantes de luces de colores gracias a sus fans, que siempre le preparan alguna sorpresa en esta canción y Yo soy pa ti llevó al artista a sentarse en el piano y a gran parte del público a llorar de la emoción. Sin duda, aunque goza de una banda espectacular, los momentos más mágicos de cada uno de sus conciertos se viven a piano o guitarra y voz. 

Después de este tema, un banco apareció en mitad del escenario. Es una réplica exacta a uno de los cuatro que se encuentran en la plaza que hay detrás de la casa de los padres de Antoñito Molina en la localidad gaditana de Rota. Un banco que le ha visto crecer y compartir sueños con sus amigos. "Yo me recuerdo contando que quería tener mi chirigota en el Falla. También tenía otro amigo que quería ser mecánico y nos contaba que su sueño era pintar coches... Cuando veo este banco me acuerdo de mis padres y de mis amigos y de ese niño que cada día me despierta para seguir luchando por la música", contó. 

Me estoy volviendo loco Ya no me muero por nadie antecedieron a El hombre de la carpeta, un tema donde define a su padre con mucha gracia para declararle el amor que le tiene: "El hombre de la carpeta / Es mi mejor amigo / Y ni siquiera lo sabe / Compartimos la misma mujer / Él la tiene de novia / Y yo la tengo de madre"

Antoñito Molina, en el concierto. Daniel Pérez. Teatro Cervantes.

El próximo 18 de octubre el artista cumplirá otro sueño más: sacar un disco físico. La mayoría de canciones serán singles recopilados, pero habrá tres temas inéditos que ha adelantado en el Cervantes brevemente pidiendo a los asistentes que nadie grabara. Así, tras presentar los tres bajo las letras A, B y C, realizó una votación para conocer cuál era el que más convencía a la gente. 

Aunque la mayoría votó varias veces, parece que el público se inclinó más por la opción C, la más alegre y positiva de las tres y que tiene pinta de que entrará directa a su lista de hits. Algunos asistentes expresaron que la B tenía un ritmo muy especial mientras que la A, que se llama Trampolín, era la que gozaba de una mejor letra. Sin duda, de gustos está el barco lleno. 

Y como no podía ser de otra forma, en el templo de las coplas tenía que sonar carnaval en la voz de Molina. Una mujer entre el público pidió al artista que cantara una letrilla carnavalesca y él, que no teme a nada, decidió cantar Ella es una marioneta, de la comparsa Los Esclavos. "La canto porque me lo habéis pedido, porque no me la sé bien", respondió Antoñito Molina, que recibió olés por toneladas por parte de los malagueños.

Antoñito Molina, entre el público. Daniel Pérez. Teatro Cervantes.

Tras casi dos horas de concierto, llegaba el momento de despedirse, aunque aún no habían sonado algunos de sus últimos sencillosPor si mañana, Mi escondite Laberinto, que fueron coreados por un Cervantes en pie (y dando saltos).

Sobre todo cuando el cantante decidió bajar al patio de butacas para saludar de cerca a sus seguidores, que le entregaron decenas de regalos, sobre todo dibujos y pancartas, que el artista recogió con cariño antes de marcharse del escenario saltando con Baila Morena de fondo. Su humildad sigue siendo, por encima incluso de su voz, su mejor virtud.

El niño de la mochila, hijo del hombre de la carpeta, sigue cumpliendo sueños. Esta noche, en Málaga, uno más. Que siga la racha y que siga la magia en ese club de los soñadores.