Berta Miró, la artesana de Cádiz que convierte en oro todo lo que toca en el Carnaval de Málaga
Nacida en Barcelona, se mudó a la Tacita de Plata hace 20 años y recientemente ha entrado en contacto con la fiesta en la ciudad
7 agosto, 2021 08:20Noticias relacionadas
Berta Miró nació y creció en Barcelona. Cuando trabajaba en la hostelería y como en una película, conoció a un gaditano que la acabó trayendo hacia el sur. Iban a la Tacita de Plata cada febrero, por carnavales y veraneaban bastante por allí.
Finalmente, el cambio que dio la ciudad catalana, que para Miró no era el lugar idílico para que crecieran sus dos pequeños, hizo que se mudaran a Cádiz, donde descubriría la que iba a ser la pasión de su vida: la sombrerería.
Comenzó trabajando en la sombrerería nupcial. Hacía tiaras y tocados para novias y daba cursos de sombrerería básica en algunos establecimientos de la ciudad, entre ellos, la tienda de abalorios de una de sus amigas, que conocía a David Catalán.
"¡Berta! Los Catalán buscan a alguien que le haga los sombreros este año. Les he dicho que tú podías hacérselos, que tú sabes hacer todo". Esa frase marcaría un antes y un después para Berta en el 2014, que acabó aceptando la propuesta sin estar del todo convencida ante el gran reto.
"Ahora veo ese sombrero y digo 'madre mía', ¡cómo ha cambiado la cosa!", dice entre risas. El primer grupo que hizo fue 'El patio de las malvas'. Estuvo dos años más al lado del grupo de Paco Catalán.
Cuando parecía que iba a hacer un descanso algo más largo, porque Paco Catalán también paró, y decidió dejar el carnaval a un lado, recibe una nueva llamada en 2018. Al otro lado del teléfono estaba Sara Romero, una de las maquilladoras más conocidas del Carnaval de Cádiz.
La petición era urgente. Quedaban tres días para el arranque del COAC y el grupo de Juan Carlos Aragón no estaba convencido con el tipo de 'Los mafiosos'. "Decían que lo veían muy soso y acabé customizándole el tipo a dia y medio de la actuación. Fue una experiencia un tanto especial en la que dormimos muy poco", dice entre risas.
En 2019, se encargó de nuevo de la comparsa de Juan Carlos, 'La Gaditanissima', uno de sus mayores retos y uno de sus mejores resultados gracias al maravilloso tándem que formó con María Vernal, una de las mejores modistas del Carnaval de Cádiz, que se encargó de la ropa. Consiguieron la aguja de oro, el premio al mejor disfraz que se otorga a un grupo cada año.
Fue este mismo año cuando comenzara a trabajar en Málaga. Su primera murga, 'La venganza se sirve fría'. Unos gambrinus, de lo más especiales a los que les hizo la peluca y el sombrero. Fueron primer premio.
En 2020, fue una comparsa la que reclamó sus servicios. 'El Cantón de Málaga' en concreto. Su trabajo, un sofisticado sombrero morado que incluía incluso una luz verde en su interior y que estaban tan personalizados que en cada uno de ellos llevaban un número diferente, perteneciente al portal de cada uno.
"Me dijeron que podía hacer lo que quisiera y así hice. Me encanta que los grupos dejen brotar mi imaginación", dice. El cantón de Málaga también fue primero. "Es curioso, pero las dos veces que he trabajado en Málaga, han acabado ganando. ¡Les doy suerte", cuenta entre risas. Así, en Cádiz, todos los grupos con los que ha trabajado siempre han mejorado de posición respecto al año anterior. Es un talismán.
Casualidades que reinventan
En mayo de 2019, fallece Juan Carlos Aragón. Tras ello, llega el Carnaval de Cádiz 2020 y realiza el sombrero de 'Oh, Capitán my capitán!', de Tino Tovar, y el de 'La Eterna Banda del Capitán Veneno'. Y después, el confinamiento.
Este encadenamiento de fatídicas casualidades hace que Berta comience a recibir pedidos de seguidores de Juan Carlos que querían réplicas de los sombreros de sus últimas comparsas. "No puedo decirte cuantísimos habré podido hacer. Estoy acabando ya los últimos pedidos, que los hicieron en enero, porque estoy totalmente agotada por una lesión que tuve en el hombro y tengo que prepararme para el próximo carnaval", cuenta.
Si no llega a ser por estos pedidos, Berta no sabe qué hubiera hecho todos estos meses ya que el carnaval, ahora mismo, es su principal fuente de financiación, aunque reconoce que echa mucho en falta el nerviosismo de febrero, ya que hacer continuamente el mismo modelo de sombrero le resulta demasiado monótono y se considera muy creativa.
De cara a 2022, Miró ya tiene algún que otro grupo apalabrado, pero no sabe qué va a pasar con el carnaval del año que viene. En el caso de no celebrarse, se cumplirían dos años sin concurso, lo que sería un auténtico varapalo para toda la industria del carnaval.