Se presentaron al Concurso Oficial de Agrupaciones de Canto del Carnaval de Málaga por vivir la experiencia. Por pasar un buen rato con los amigos, haciendo lo que más les gusta y comer algo rico. "Jamás en la vida pensamos que íbamos a llegar tan lejos, hasta la Gran Final, ni a la semifinal, vamos, tuvimos que ponernos a estudiar y a hacer cuplés a última hora porque no nos quedaba otra", dice Pepón Cobos, que interpretó a un divertidísimo ladrón que sacaba grandes carcajadas al Cervantes con sus pegotes.
Pese a que son nuevos en el Carnaval de Málaga, en el de Córdoba ya tienen algo más de recorrido. Cobos, conocido en su tierra como el Pepón hijo, por ser hijo del Pepón, otro cuartetero, explica que en Córdoba el carnaval también se sustenta gracias a cinco o seis familias que velan año tras año por él. "Todos somos parte de familias de la fiesta. Desde el año 1983 que empezó el concurso, están los Salazar, los Bernardi, los Cabezones, los Lara, los Moraga... El caso es que van teniendo hijos y nietos y estos se van añadiendo a la fiesta, como nosotros", detalla.
En su grupo todos se conocen desde pequeños. "Un día a mí se me fue la olla y dije: "Venga, vamos a sacar un cuarteto". Esto fue en el año 2019. Yo había sacado dos cuartetos antes. Nos unimos y uno escribía, otro repasaba las letras... y, así, poco a poco, ha surgido lo que habéis visto este carnaval", dice entre risas.
El cuarteto en sí trata sobre dos ladrones que acuden a un banco a robar por encargo del señor Fongirola, mote tras el que se ocultaba el señor Al-Thani. Entre idas y venidas, a lo largo de las tres fases del concurso, se descubre, cuando acaban en la cárcel, que lo que les habían pedido que robaran era un maletín repleto de secretos del Málaga CF. Cuando se descubre que habían sido engañados por Al-Thani, ellos acaban siendo libres y el señor Fongirola entre rejas.
En la vida real, como es evidente, no se dedican a atracar bancos. En su caso, Pepón, se dedica al sector de la construcción, es pladulista. El otro ladrón, Pepe, es conductor de ambulancias. Rafa, que hace de Al-Thani, es estudiante de Trabajo Social, al igual que el policía, Antonio Lara, que en su caso estudia Arte Dramático.
Por su parte, los banqueros, Víctor, el empleado, es enfermero en Quirónsalud de Córdoba y, por su parte, Bernardino, padre de Rafa, regenta un concesionario y es repartidor de dulces. "Como ves, no tiene nada que ver la realidad con la ficción", bromea Pepe.
Cuando salieron de su primer pase empezaron a ver que "habían caído de pie". El público malagueño les acogió con los brazos abiertos a través de comentarios positivos en redes sociales. Se abrieron hasta una cuenta de Twitter que no tenían para dar las gracias. "Cuando nosotros salimos ya de la semifinal y vimos la que habíamos liado fue cuando nos replanteamos que quizás pasábamos a la final. Y así fue", dice.
En Córdoba, su tierra, se hicieron con el primer puesto en su modalidad con el mismo cuarteto, pero adaptado a su provincia. Aquí fueron 'La Banda Fongirola' y en Córdoba 'La Banda Cañete de las Torres'. "Es lo mínimo que podíamos hacer por Málaga, no podíamos decir, por ejemplo, por aquí pasa el río Guadalquivir. Tenemos que decir Guadalmedina, por decir algo. Si no está muy feo. Encima, después de todo lo que nos han dado, no es para menos", expresa el director del cuarteto.
Pepe Cobos es un amante de la improvisación en el escenario y quizás por eso haya causado sensación en esta edición del Carnaval de Málaga. "Ni el gatillo y la pistola pintadas con espray ni el dulce ni todas las cosas que solté sobre la puerta estaban en el guion. Eso me lo invento siempre sobre la marcha, ni lo pienso. A veces no se las esperan ni ellos mismos, pero así nos reímos más", confiesa.
Sin ir más lejos, en la final, el equipo de EL ESPAÑOL de Málaga fue sorprendido con un tupper de salmorejo, que prometieron unos días antes. Consiguieron integrar en plena actuación la entrega del detalle, que por cierto, estaba fabuloso. "Tuvimos a mi madre haciendo salmorejo todo el día para los que nos pidieron", dice entre risas.
En el día a día Pepón no es especialmente chistoso. "De hecho soy muy serio. Mis compañeros de trabajo cuando me ven me dicen que ojalá fuese así de gracioso con ellos", matiza. Sobre esto, recalca la dificultad que tiene dar el paso de sacar un cuarteto, "el patito feo de las modalidades carnavalescas". "Yo a todo el que dice que algo es malo o no le invito a que se ponga a hacer uno, a ver qué piensa", espeta.
Después de enamorarse totalmente del Teatro Cervantes, estuvieron el pasado domingo cantando en Málaga y disfrutando del ambiente del centro. Les da igual que dejaran los tres primeros puestos desiertos más allá de no entenderlo del todo. "El año que viene volveremos, aún no han salido las inscripciones, pero ya os decimos que estamos inscritos. Málaga nos ha dado muchísimo y ha sido ese el premio", dicen.