La Escuela Superior de Arte Dramático de Málaga ha vuelto a ser testigo del inicio de un nuevo Concurso Oficial de Agrupaciones de Canto del Carnaval de Málaga. Un año más, los carnavaleros han acudido a su teatro para volver a reencontrarse con las coplas y con colegas que siempre tienen algo que contar durante el mes de febrero.
El azar del sorteo del pasado mes de diciembre quiso que la primera preliminar estuviera cargada de platos fuertes. Del principal de Plastilina, la Comparsa de Alhaurín, al postre de El Cautivo, la Comparsa de Maxi y Juani, pasando por otras agrupaciones como El nombre de Moma, Los desencantados, Los castizos, Entre Algodones o el cuarteto Este cuarteto está divino.
La Banda del Patio
Así, los que tuvieron el honor de iniciar la jornada fueron los pequeños 'malotes' integrantes de La Banda del Patio. Esta murga infantil liderada por Alberto Salas cantó de categoría todo su repertorio de principio a fin. Especialmente destacable fue el pasodoble en el que piden a sus padres que dejen de protegerlos tanto y opten por tratarles igual que sus padres los trataban a ellos. Una reivindicación contra la sobreprotección. "Que solo tengo una infancia, yo necesito tutela y no tanta vigilancia: y volveremos a jugar en la calle, y volveremos llenos de churretes... y dejemos apagadas las tablets, ¡ponte ya dos coloretes!", cantaban
Especialmente emocionante fue también el pasodoble a Paqui Prieto, la pregonera del Carnaval de Málaga 2023 y patrona del barco del carnaval infantil, que no fue el único de la noche. "Te lo mereces y estoy orgullosa, voy a pregón y aquí te prometo, que todo el carnaval está de fiesta por ti Paqui Prieto", le dedicaron.
Un detalle bonito en el popurrí es que los chavales cantaran cuartetas con esa música con la que bailan en casa los TikToks. Se escucharon cuartetas bajo los sones de Sebastián Yatra o de la mismísima Ana Mena, concretamente con su tema Las 12. De 12 estuvieron ellos.
Plastilina
En febrero de 2018, Dede Cortés anunciaba que se marchaba permanentemente del Carnaval de Málaga. Finalmente, ha decidido rectificar y este 27 de enero de 2023 se escribía un nuevo capítulo en su historial carnavalesco gracias a Plastilina y a su Comparsa de Alhaurín.
La pirotecnia de una presentación de lo más original anunciaba su vuelta. "Vuelvo porque eres verdad, vida, principio y final. Y regresar contigo valdrá la pena, valdrá la pena, valdrá la pena". Con estas palabras cerraban la presentación para dar paso a dos pasodobles que junto a los de la Comparsa de Maxi y Juani fueron los mejores de la noche. En el primero, el autor compara el Carnaval de Málaga con un taller de artesanía en el que con amor y cariño nacen "canciones repletas de verdades canallas". El segundo, reivindicativo, para pedir más inversión en la lucha contra el cáncer, dedicado a la influencer Elena Huelva, que falleció el pasado 3 de enero.
Cuplés de comparsa en preliminares, especialmente simpático el segundo, en el que remataron diciendo que con tanta adicción a los vapers últimamente los bares huelen como el Pull and Bear. La locura del repertorio, sin duda el popurrí y no tanto por las cuartetas, que de por sí son maravillosas, sino por esos engarces. El primero, de lo mejor de la noche.
Y qué decir del estribillo. Me declaro siempre a favor del estribillo romántico y ninguno me hará cambiar de opinión. "Yo quisiera pintar tus besos, tallar tus sueños, soñar tu vida. Darle forma al acorde perfecto, la rima y el verso de la alegría. Yo quisiera otra vez dibujar otro carnaval en cualquier esquina, pero quiéreme niña otra vez que mi corazón no es de plastilina", cantaron.
En definitiva, buena vuelta de la comparsa de Alhaurín de siempre, pero con un punto extra positivo en cuanto a puesta en escena, con incluso pirotecnia. En cuanto al tipo, ya sabemos que en este periódico somos fans de póster de José Flores de Artemplo, que siempre hace un trabajo brutal y lleno de color, esta vez conjuntamente con El costureo y las manos de Curri y Rubén Vallejo que han sido quienes se encargaron de la customización del disfraz.
En el nombre de Moma
Y del color de Alhaurín al color de En el nombre de Moma. La comparsa que mejor sonó de la primera preliminar. Esta comparsa encarna a Moma, la creadora del carnaval, que vive a la sombra pasando desapercibida hasta darse cuenta de lo que Málaga está haciendo con su obra. Ahí renance, para defender su vida, su carnaval. Desde el dossier del grupo señalan que "Moma es bipolar, como las máscaras que la caracterizan, igual ríe a carcajadas que llora dramáticamente. Siempre contagia al que mira y tiene la elegancia de comparsista, el descaro y la picardía de la murga, la sutileza de los dioses y la fidelidad del carnavalero".
Qué bonita forma de reivindicar la fiesta del Carnaval el de estas mujeres, que celebraron sobre las tablas incluso el cumpleaños de una de sus integrantes. Con otro precioso tipo y cientos de colores en escena, ellas también quisieron dedicar un pasodoble a una emocionada Paqui Prieto, que estaba en el patio de butacas y solicitaron al Ayuntamiento que mirara a nuestros barrios en lugar de centrarse tanto en la Expo 2027. "Y vean, que esa ciudad moderna que ha avanzado, esa que nos venden a diario, muere de pena, muere de pena, pero en sus barrios", remataron
Cuplés en la línea de comparsas, dedicado el primero a las niñas que se escaquean del ensayo y después suben stories y el segundo de 'pelito' dedicado a la vecina Carmeluchi. Buena y completa actuación donde se nota el trabajo de este grupo, que se ha acompañado a la perfección de autores como Guti, Iván Baca -también guitarra-, Tomás García, Antonio Lara, Horacio Calvillo y Mayte González. Honestamente, espero que no tengan que repartirse los derechos, que lo mismo caben a un céntimo por cabeza. Fuera de coñas, enhorabuena a todas, digno pase.
Los Desencantados
Unos príncipes Disney venidos a menos aconsejan a un esbelto caballero que aún guarda su belleza. "No te cases", le repiten con guasa en varias ocasiones. La murga de San Andrés, capitaneada por Padilla, sigue siendo fiel a sus orígenes, a su barrio del alma que nunca dejan atrás. "Y los portales se perfumaban de ‘eau’ de puchero con su pringá y las vecinas doblan la esquina en delantal y en un teléfono hablaba ‘toa’ la vecindad. Yo soy del barrio que suena a flamenco de cuna, a cubilete y a dado golpeando un cristal, barrio al que nunca ha tratado muy bien la fortuna, donde las instituciones no quieren mirar", cantaron en un pasodoble que caló bien en el público del teatro -más allá de que cuando canta San Andrés se nota de por sí-.
Primer cuplé con crítica a los banqueros que solo trabajan hasta las once de la mañana y un segundo también de 'pelito' sobre una prima solterona que más allá de que no veía, no tenía un hombre que la quisiera. Lo más simpático del repertorio, que es algo lineal, el popurrí, repleto de sonidos Disney con una letra muy bien llevada al tipo. La cuarteta sobre la lista de la compra de productos para diferentes personajes, brillante. "Comida pa' perros que están tos' hambrunos... al carajo los perros, ¡que son 101!". En resumen, poca vergüenza y cachondeo de principio a fin, marca de la casa de este grupo, que ya viene al concurso, después de tantos años, con hermanos, hijos e incluso sobrinos. "Algún año tendremos que presentarnos como coro", confiesan en su ficha.
El cuarteto está divino
Si hay un carnavalero valiente y que se merece el aplauso -al menos- de todos los que estáis leyendo esto, ese es Alberto Salas. Un tipo incansable que pese a tener ya moretones por el cuerpo de tanto maltrato a la modalidad del cuarteto, ahí sigue en el ring. Este año, él representa a Sansón en un cuarteto en el que podemos ver a Moisés y a Noé. ¿O era sié? Con "la gracia de Dios", los tres personajes van hablando sobre la vida de Moisés y cómo fueron entrando los animales al Arca de Noé en la parodia.
En el tema libre, se atreven a traer de vuelta al concurso a un romancero acuartetado, pero no terminó de cuajar en el público la idea, que en principio era buena. Pese a ello, Salas y los suyos sin duda convencieron mucho más que el año pasado causando bastantes carcajadas en el público malagueño gracias siempre a su majestuosa improvisación.
Buenísima la referencia al nuevo carnaval cuando iban en el arca de Noé. Ahora que todos nos llevamos bien, "la noche de los cuchillos va a ser la noche de los abrazos largos", expresaron. Qué mérito tienen los que se enfrentan a esta modalidad. Por si fuera poco, Salas amenazó al jurado con que si pasan a semifinales se harán un "Zumaquero y un Dede", llevando un cuarteto distinto con otros personajes, "pero cantando malamente". Habrá que esperar a la decisión del excelentísimo, pero todo apunta a que sí podremos disfrutar de esa segunda versión si no hay impedimento.
Los castizos
Desde Vélez-Málaga, la Comparsa de los Quintana llegó para demostrarnos que el carnaval tiene sus raíces en el flamenco. "Párate a escuchar en la Calle Libertad la copla de este castizo, gitano, profano del carnaval. Que cuando llega febrero maquilla de nuevo sus viejos mofletes pa' disimular", cantaron en una presentación que se vio manchada por un fallo en la iluminación que despistó tanto al público como a los propios componentes, que vieron como el escenario se apagaba a la par que el patio de butacas se encendía.
Precisamente en esa misma idea marcha el primer pasodoble, donde recordaron al Caracol, al Chano o a La Perla. En el segundo se acordaron de los mayores, "la generación que dio su vida por nuestras vidas" y que poco a poco se va. Las ideas de los dos pasodobles fueron buenas, pero las voces no acompañaron del todo a este grupo, que en 2022 fue quinto premio en el COAC de Almería.
Los cuplés, en la línea de las comparsas anteriores, de comparsa y sin mucho que destacar, dieron pie a un popurrí muy flamenco, donde incluso se cambió la disposición del grupo creando en la penumbra algo así como un tablao flamenco improvisado. Durante el popurrí también hubo una mascada que lamentaron sus componentes. Tras seguir hacia delante como los buenos artistas, terminaron el repertorio. "Pero to' se cura con una copita de vino, unas palmas al son del compás, en la madrugá. Entonces a la luz del alba, borrachos y sedientos de sol. Sin que penitas me guíen, que mi carreta ya eche andar". Se vieron cosas bonitas en este grupo, que seguro que sigue trabajando para sorprender al público malagueño.
Entre algodones
Si hay una murga simpática y llena de buena gente esa es la de los Malagüitas, dirigida por Pedro Ramírez. En 2020 se colaron en la final, donde obtuvieron un quinto puesto con un personaje en el que todos los malagueños nos veíamos identificados por h o por b. Sin embargo, lástima lo que les ha ocurrido este año con el tipo, que no terminó de cuajar en un público que les dejó solos en la actuación y en un ambiente frío -no solo por la temperatura gélida que hacía en el auditorio de la ESAD-.
En Entre Algodones, los murguistas se convierten en unos africanos que explotan a malagueños que trabajan entre algodones en África. Con un vídeo introductorio explicando la situación, trataron de hacerse con el público sin éxito. El tipo y la puesta en escena estaba currada, con cientos de detalles, pero quizá ese exceso de originalidad les pasó factura. Pese a ello, hay que reconocer que la idea no estaba mal del todo como crítica, por aquello de ver cómo sería el mundo al revés.
De lo mejor del repertorio es el estribillo, donde sacan un algodón y se lo pasan por la cara, manchándolo de negro. "Mi algodón es el mejor, mi algodón es la caña, mi algodón no engaña", cantaron.
En los cuplés se acordaron de Hady, el rey Baltasar sin maquillar de la Cabalgata de Málaga y de cómo un coíno utiliza su algodón para plantar lentejas en un yogur como todos hacíamos de pequeños. Bonita la cuarteta de despedida donde declaran "que aquí nadie es más que nadie, que esto no va de blanco o negro, ninguna vida pisoteá. Y si este mundo tiene que explotar, que me pille cantando por carnaval". Con eso último, precisamente, es con lo que deben quedarse. Seguid cantando siempre y gracias por vuestro curro y alegría.
El Cautivo
Y la noche la cerró la comparsa de Maxi y Juani, que despertó con su potencia a todo aquel que al filo de la una de la mañana quisiera pegar alguna cabezada después de una intensa jornada laboral -llama la atención que el teatro, pese a la fama del grupo, estuviera bastante vacío-. Vinieron con toda la artillería desde el minuto uno. Aunque por el nombre muchos imaginaban a estos comparsistas con túnicas blancas, no ha sido más que un juego de palabras que sí usan en la presentación, donde escuchamos una campana de trono y dos cornetas de la banda Nuestro Padre Jesús Cautivo.
El Cautivo es, según explica la comparsa, un personaje que nace basándose en el malagueño. El malagueño que vive cautivo de su ciudad, de sus costumbres y de las diferentes etapas de la vida. "Cautivos, pero refugiados en la fe de un malagueño que disfruta de un día en una azotea de su barrio con sus amigos, la guitarra... un malagueño creador de fe y una persona que se queda con todo lo bueno que le brinda esta ciudad".
En este sentido, Maxi llevó la presentación a un llamamiento a la fe para después hablar de la depresión, una enfermedad que tiene cautiva desde el más absoluto silencio a más parte de la población de la que creemos. "Unos lo llaman pena y muchos depresión, otros dicen que es presión, pero no hay nombre ni apellidos al vivir el sinvivir de semáforos en gris que encuentras por el camino", así relata Maxi el dolor que es vivir con depresión en el que fue el mejor pasodoble de la noche.
En el segundo, Maxi cedió la pluma a uno de sus grandes amigos, Jesus Gutiérrez, que habla de algo que creíamos que iba a ser el tema estrella en preliminares en materia de pasodobles, la nueva situación de la Fundación, pero en esta primera jornada al menos no lo fue. Como acostumbra Guti, no dejó un títere con cabeza: "Y se acabó, al fin se acabó ser vuestro payaso, vuestro bufón, que las coplas estallen. Se acabó la injusticia y que mi gente se calle, aunque esto no ha acabado haya que se haya votado y os echemos a la calle". Potentísimo pase de una comparsa de tipo abstracto que parece que va a dar que hablar a lo largo del concurso.