Después de una intensa jornada laboral de lunes, no había mejor plan para el carnavalero que disfrutar de una nueva sesión de preliminares del COAC del Carnaval de Málaga, la cuarta de esta edición. El menú de esta noche lo ponían: El nieto de Momo, el romancero infantil de Álvaro Díaz dirigido por la pregonera Paqui PrietoDuermevelala comparsa de las niñas callejeras; Los Malapipa, del Susi; Y ahora capasao!!, del cuarteto de los Pepes; Déjame que te cuente, la segunda comparsa juvenil de este COAC; La malagueña, comparsa mayoritariamente formada por mujeres y con autoría en letra y música de Pino; y la comparsa de Rute, que este año es No me pises que llevo chanclas.

El romancero de Álvaro Díaz, El nieto de Momo

Álvaro y Jesús. E.E

A las ocho de la tarde se producía un momento histórico para la fiesta. Llegaba al COAC un romancero infantil a cargo de alguien que dará mucho que hablar en el futuro, Álvaro Díaz. A sus ocho años, lejos de asustarse al plantarse delante del respetable a recitar sus versos y a cantar junto a su hermano Jesús a la guitarra, el chaval se comió el escenario. Su personaje era el nieto de Momo, el mismísimo Dios del Carnaval, y fue narrando todo lo que le hace vivir su abuelo.

La mismísima Paqui Prieto está detrás de las letras. Álvaro le dijo a Paqui en su día que quería volver a ser pregonero y esta tuvo que explicarle que eso no podía ser, que solo se podía ser pregonero una vez. Es por ello por lo que le propuso traer de vuelta una modalidad extinta en Málaga, el romancero. Con una guasa y una profesionalidad tremendas Díaz afrontó que se le había olvidado una de las letras entre risas ganándose la ovación de todo el público, que sabe que muy pronto será la estrella de la murga o el cuarteto malagueño con la gracia que le caracteriza. Un crack que ya destacó por su sentimiento y sus poses en la murga infantil de Paqui Prieto hace unos días llegando incluso a tocar la melódica, esa especie de piano diminuto que se toca soplando.

Duermevela

Duermevela. E.E

Las mujeres vienen fuertes este año defendiendo a hierro su repertorio. La comparsa de las niñas callejeras llenaron de color el escenario --chupito, comparsa colorida--, todo lo contrario respecto al año anterior, cuando fueron Líbranos del mal con un tipo muy oscuro, de juezas.

La comparsa sonó de dulce, especialmente destacables las intervenciones por arriba de una de las chicas más jóvenes del grupo, Marta, en la primera fila, que tiene una voz, como me ha dicho mi compañero Toni Vertedor, de princesa Disney. Se comió el escenario y eso que solo es su primer año. Brava.

Más allá del tipo colorido, estas hadas que se cuelan en nuestras cabezas para descansar bien cada noche, trajeron un repertorio emocionante en cuanto a popurrís. En el segundo pidieron que demos más besos a nuestras madres antes de que sea tarde y en el primero engañaron al espectador haciéndole creer que iban a hablar de la inseguridad de sus hijas al volver solas a casa, pero finalmente remataron con que vieron desde el balcón como su hija venía acompañada. Era su padre y venía a dejársela como la custodia compartida aplica. "Aquí te dejo a la niña, tengo que marcharme. Un beso y hasta mañana, porque me toca esperarla ahora a mí, asomado a mi ventana", cantaron. Bonita idea.

Pese a ser una comparsa, especialmente divertido estuvo el primer cuplé, donde comentaron precisamente que a sus hijas los cuplés de comparsa la dejaban frita. Sin embargo, un día, tras ponerle los cascos vieron que se quedaron dormidas en un segundo. "Me puse a escuchar y era mi repertorio del año pasado. Me llevé una desilusión porque a los cuplés ni había llegado", remataron con guasa.

Buena actuación de estos personajes fantásticos. El popurrí quizá algo lineal, pero se agradeció el momento más flamenco con dos de las integrantes a dúo. Buen trabajo, carnavaleras.

Los malapipa

Los malapipa. E.E

Susi volvía después de un año sabático y tras la pandemia. La última vez que salió fue en 2020 y todavía se está quitando pintura azul de aquellos genios de la lámpara mágica. Le ha dado tanto coraje no poder quitársela con facilidad que hasta su personaje ha venido cabreado. Este año son los malapipa, unos barrenderos de Limasa --vestidos por Artemplo, chupito-- que son todo lo contrario a Mr. Wonderful. Se lo pasan bien en Parcemasa. 

Presentación made in Susi, llena de pegotes para presentar el tipo. Increíble pasodoble leñazo a Teresa Porras, por sus declaraciones sobre Málaga y la suciedad, muy al tipo y bajo su atenta mirada en el forillo, donde la han retratado haciendo la peseta, o la peineta, como escribió en el titular del momento mi compañero Sebastián Sánchez. "Si una rata como usted me tacha de cerdo, permítame que le diga, usted mancha nuestra tierra. Señora Teresa Porras, para hablar de los malagueños te lavas la boca, te lavas la boca", espetaron.

Buena tanda de cuplés, uno de ellos se lo dedican a su hijo, que lleva tantas clases de conducir dadas que “si mi hijo suma lo que ha gastado en la autoescuela, quitaría el hambre de to’ los niños de África”. Lo mejor de todo el repertorio, el estribillo, que creo que es uno de los pocos que ha coreado la ESAD: "Una esquina oliendo a meao, un campero tirao, un mojón pisao, un chicle pegao, un montón de latas y botellas vacías... el estribillo es una porquería". Popurrí también marca de la casa, lleno de diversión de principio a fin. Estos barrenderos firmaron una actuación redonda, aunque hay que reconocer que alguna mascada de letra hubo. ¡Sería el cabreo que tenían, que no dejó concentrarse a estos malapipa! Buenísima vuelta del Susi.

Y ahora capasao!!

Pepón.

Y antes del descanso le tocó el turno al Cuarteto de los Pepes. El año pasado debutaron en el COAC de Málaga y causaron sensación con su espontaneidad y gracia, especialmente la de Pepón, que cada vez que pisaba el escenario la liaba muy fuerte. 

El año pasado eran La Banda Fongirola, unos ladrones de bancos que valían para todo, menos para robar un banco. Este año plantean una operación desde el espacio para salvar al mundo de una nueva pandemia, la del gaditavirus, que provoca que todo el mundo lleve bufandita al cuello, gorrita de paño y critique mucho. En la nave, dos soldados, uno japonés y otro americano; el propio capitán, y su sobrino, un boyscout que no sabe ni abrir una tienda de campaña y que es el 'mejor' fichaje que podía haber hecho el capitán, nótese la ironía.

Defendieron bien la parodia, mejor en la segunda parte, pero cuplés flojitos, algo mejor el que dedicaron a Carlos III, que según ellos tiene tantas orejas que cuando hagan sus monedas van a tener que hacerlas en el tamaño de una pizza familiar para que estas quepan. Ya saben que en esta casa somos muy de estos cuarteteros cordobeses y, reconociendo el trabajazo que han hecho y lo difícil que es esta modalidad, me convencieron bastante más el año pasado --y no porque me trajeran un táper de salmorejo--. Como consejo, --como si yo fuese alguien para darlos acaso, pero por si sirve de algo--, si el público muere con Pepón, ¡no tardéis tanto en sacarlo a escena! 

Gracias de nuevo, por cierto, por volver al concurso pese al cuarto premio del año pasado. Tenéis el cielo ganado. 

La malagueña

Una de las malagueñas. E.E

Comparsa de nueva creación, pero con autorazo detrás: José Antonio Pino, quien también estuvo en escena con su guitarra en mano y unos pantalones naranjas divinos. Más allá de la broma, sorpresa grande con este grupo cuya puesta en escena resultó bastante agradable. Una vez más, signo de que con poco presupuesto se pueden hacer cosas dignas y chulas. En esta ocasión, el grupo, compuesto mayoritariamente por mujeres vestidas de la época --recordaron a los tiempos de Amar en tiempos revueltos-- se planta a actuar delante de una cámara de cine como las buenas artistas.

La música, un verdadero caramelo como acostumbra Pino. Bonito pasodoble el primero, también a la custodia compartida, pero esta vez desde el punto de vista de la hija, que le pide a su madre que rompa 'el contrato' que tiene con su padre donde solo le dejan pasar con él tres días y con ella quince. "Si es mi vida así, no la quiero", cantaron. En el segundo, Pino opina que a los carnavaleros punteros solo les importan los premios y no tender la mano a otros grupos que los necesitan para crecer. Para ello habla de "artistas que solo cambian de agrupaciones si se aseguran la final por pantalones". Así, criticó que en las finales siempre están los mismos. Cuplés de comparsa dieron paso a un popurrí brutal donde destacó una cuarteta a Pepa Flores enfocada, precisamente, a "aquel que la explotó" borrándole el nombre de Marisol. Muy acertada. Buena actuación de estos jilguerillos malagueños.

Déjame que te cuente

Déjame que te cuente. E.E

Siempre es un gusto ver a los de Javi y Pauli. Qué evolución está dando este grupo juvenil, que cada año se sube a las tablas para poner más calidad sobre ellas. ¡Y este año concursan en su categoría por primera vez en la historia! Qué gusto da escuchar a la cantera. Bonita actuación la de estos contadores de historias que nos reblandecieron el corazón a todos con sus pasodobles a los hermanos, que nunca fallan, y a sus amigos carnavaleros de su comparsa. "Volvemos siempre loquitos por cantar, que mi comparsa no puede faltar, esta es mi vida, este es mi carnaval", defendieron.

Suenan divinamente, Pauli es una crack haciendo música y ojalá pronto se anime también con las letras. El popurrí fue también una delicia, puesto que sonaron muy dulces en algunas partes, pero también algo más cañeros en otras, como en el final, cuando se despidieron de todos pidiendo que el carnaval siguiera siempre de la mano de la juventud. Qué necesario. Ojalá los mayores de la murga infantil de Paqui Prieto y Alberto Salas vayan siguiendo los pasos de grupos como este y se animen a montar juveniles --con la ayuda de adultos que se ofrezcan a ello, importante--.

No me pises que llevo chanclas

Unos guiris con mucho cachondeo. E.E

Murgón. Ya está. Solo con la puesta en escena y la manera de meterse en el tipo se hicieron con el público estos guiris cuando eran las once y media de la noche de un lunes. En la presentación ya calas al personaje a la perfección, el clásico extranjero en la terraza de un hotel cutre con sus amigos y que amenaza con tirarse a la piscina desde el balcón.

La murga de Rute es malagocordobesa. Sé que no existe este gentilicio, pero yo lo invento para ellos. Desde hace bastantes años, este grupo hace suyo este concurso trayendo propuestas que suman siempre y que han llegado a colarse en la final como el año pasado con El tiempo entre costuras. Son competitivos, traen calidad, por ello, pero también mucho buen rollo.

Y ojo, lo más reseñable de este grupo es que cada año te los cruzarás en alguna esquina malagueña. No vienen únicamente a por los premios, vienen por la fiesta, para liarla en cualquier parte. Precisamente por ahí van los tiros de uno de sus pasodobles, que consiguió levantar a todo el teatro. "No vibré de niño viendo a Pepe León, pero siento su pasión viendo a los leones. Tampoco vi al PTL en sus elecciones, pero disfruté a Pariente junto a Tomás. Descubrí este Carnaval, no lo recibí de herencia cuando pequeño, pero te juro por Momo que, si los tengo, mis niños aprenderán las coplas de esta ciudad como cualquier otro malagueño". Pasodoblón.

Cuplés simpáticos, especialmente el segundo, picantón, pusieron el lazo a la actuación con el estribillo, donde parece que estos guiris echan por la boca hasta el menú de su primera comunión: "Si sigues molestando a la poli voy a llamar. Tú llama a quién tú quieras, que yo voy a llamar a Juan. ¡¡¡Juaaaaaaaaargh!!! Que yo ya he llamao' a Juan". El popurrí, ruteño, con muchísimas cuartetas y música marchosa. "Hoy me he levantado dando un salto mortal... ¡Qué no! Sale mi avión desde el airport de Luton...", comenzaban. Se despidieron diciendo thank you al público.

Actuación redonda que levantó al público la de esta murga, que goza de un gran sentido del humor. Cantan todo el repertorio con acento inglés, lo cual hace más difícil su actuación. Se les entendió bien en casi todo el repertorio, pero si tenemos que pedir algo es que trabajen aún más en esa vocalización para poner la guinda al pastel. Como dije ayer, gracias a los grupos que vienen de fuera pese a cantar en horarios complicados. Gracias a vuestras propuestas nos nutrimos todos.