En el acto de presentación, celebrado este jueves en la plaza de la Libertad, Puche ha explicado que para realizar esta obra, se sumergió profundamente en el espíritu del Carnaval malagueño, analizando meticulosamente su himno mientras lo reproducía una y otra vez. Este proceso le permitió plasmar los elementos clave de la fiesta en el cartel, siendo "la música y el tipo" los grandes protagonistas, según sus propias palabras.

El centro de la composición está dominado por una caja amarilla que simboliza el sol, en referencia al verso del himno que describe a Málaga como "la niña del Sol". Puche ha querido representar el antifaz a través de las manos, sugiriendo que un tipo puede estar literalmente "en nuestras propias manos". Las pieles que aparecen en el cartel lucen rombos de colores, en alusión al arlequín, figura icónica del Carnaval.

Otro elemento que destaca en la obra es el número tres, al que Puche considera un símbolo fundamental de la fiesta. Este número está presente en el ritmo característico del Carnaval, el compás 3x4, y también en las sílabas de palabras como MÁ-LA-GA y CAR-NA-VAL. Por eso ha incluido la representación en el cartel, además, de tres grupos: hombres, mujeres y niños, cuyas manos aparecen en el cartel.

Además, el artista ha escondido pequeños detalles en su obra, algunos de los cuales podrían pasar desapercibidos si uno no se fija bien. Entre ellos, tres tatuajes: un escudo del Málaga en el niño, una cara sonriente y un boquerón en los adultos, recordando el emblemático entierro del boquerón al final del Carnaval.

"Soy consciente de que el cartel no solo anuncia la fiesta, sino que también se convierte en un símbolo que representa a todos los artistas del Carnaval, a quienes lo hacen posible y al público que lo vive. En cada detalle he intentado capturar la magia, la emoción y la identidad del Carnaval de Málaga, reflejando el carácter único de sus gentes y su pasión por una celebración tan especial", explicó Puche, encantado de poner su granito a la fiesta del invierno cálido.