El Santísimo Cristo de los Milagros estará presente en El verbo encarnado, la exposición en la Catedral de Málaga con motivo del Centenario de la Agrupación de Cofradías. El Crucificado Titular de la Corporación será el elegido para participar en la veneración tras la imposibilidad de que fuera María Santísima de la Amargura, tal y como estaba previsto.
La Agrupación de Cofradías y la Hermandad de Zamarrilla han acordado que el Santísimo Cristo de los Milagros participe en la muestra homenaje, que tendrá lugar próximamente en la Catedral de la ciudad.
Tras una primera propuesta, en la que se invitaba a que María Santísima de la Amargura estuviera presente en el anteriormente mencionado encuentro devocional, la corporación anunciaba la imposibilidad de la mencionada participación.
El motivo es que la Sagrada Imagen tiene previsto un proceso de restauración por parte del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico en los próximos meses, encontrándose la Imagen en él durante el mes de septiembre.
Este hecho condicionaba plenamente la posibilidad planteada inicialmente por la Agrupación, lo que ha implicado una serie de encuentros en busca de una solución con el objetivo de que la hermandad estuviera representada en los actos previstos con motivo del Centenario.
Como consecuencia de ello será el Santísimo Cristo de los Milagros quien represente a la misma en el encuentro devocional a celebrar en la Catedral de Málaga, por contar igualmente la venerada Imagen con una gran devoción en la histórica ermita de calle Mármoles.
Historia
El Santísimo Cristo de los Milagros representa un Cristo yacente en la cruz. La creación de esta imagen tiene su leyenda particular. En el Acta de Constitución de la Hermandad del Santísimo Cristo de los Milagros y María Santísima de la Amargura se especifica que la comisión organizadora de la corporación ya por aquellas fechas, había realizado una serie de gestiones relacionadas con "el encargo hecho al escultor don Francisco Palma García de una escultura representativa de Cristo muerto en la cruz, en talla de madera y tamaño natural".
Al sobrevenir la muerte de Palma García en diciembre de aquel año, el proyecto fue transferido a su hijo Francisco Palma Burgos. Este presenta un Crucificado muerto con mínima laxitud en su morfología corporal, que le imprime un contenido aire mayestático. El acusado y tirante alineamiento de las extremidades con los travesaños de la cruz es subrayado también por las palmas de las manos, plenamente extendidas en actitud de acogida hacia el espectador.
El modelado del tórax es la zona escultórica la inexperiencia y limitaciones del joven Palma, al tratar de recrear, mediante la excesiva conformación de la caja torácica, el abultamiento del pecho ocasionado por los esfuerzos respiratorios, previos al momento de expiración.
La cabeza del Cristo de los Milagros, es el elemento que mejor permite apreciar las pautas estilísticas por las que iba a discurrir el estilo individualista de Francisco Palma, caracterizado por un gran dominio de la técnica y una profunda función religiosa.