Málaga, de magna: las dieciséis cofradías dejan sin palabras en una jornada redonda
Los dieciséis tronos pudieron recorrer las calles de la ciudad dejando una estampa histórica en las retinas de todos los cofrades.
31 octubre, 2021 08:39Noticias relacionadas
Málaga ha cumplido. Y de diez. Ha sido una magna 'magnífica', como decían unos jóvenes volviendo a casa en el metro. 14 horas de procesiones ligadas a la emoción, el sentimiento y la alegría de gritar: "Hemos vuelto".
Málaga ha dado el puñetazo en la mesa en el ámbito cofrade con la celebración de la procesión magna ‘Camino de la Gloria’, uno de los puntos más álgidos del centenario de la Agrupación de Cofradías de Semana Santa (1921-2021).
Dieciséis tronos fueron los que surcaron las calles del centro. El primero que lo hizo, Rescate. La última, Expiración. Todos pasaron por un recorrido oficial que gustó (y mucho) a la mayoría de los cofrades por lo accesible que era el centro anoche, y por ganar calle Larios.
De hecho, otra cosa destacable de este recorrido, que comenzaba en la Alameda, proseguía por plaza de la Marina, el Paseo del Parque y bordeaba el Ayuntamiento para discurrir por la Travesía Pintor Nogales y Postigo de los Abades, es que permitía que el público pudiera ver a las Sagradas Imágenes desde la Alameda. Habitualmente suele haber tribunas y paneles que lo complican.
La mañana comenzaba con miradas al cielo. Parecía la mañana de Reyes en determinados hogares malagueños, pero nadie ponía la mano en el fuego porque las nubes se quedaran el Las Pedrizas.
Las sillas comenzaban a colocarse en el recorrido oficial en un vaivén de turistas, cofrades y curiosos, a los que se les intuía a través de la humareda que adelantaba el puesto de castañas. Unas horas más tarde, la humareda la causaría el incienso de cada cortejo.
Sobre la una de la tarde, las inmediaciones de calle Parras comenzaban a abarrotarse de gente. Una alfombra de palmas cubría la entrada de la casa hermandad de Pollinica. El ambiente era de Domingo de Ramos y el sol pegaba fuerte.
Sin embargo, la primera que abriría la jornada sería Rescate, desde calle Agua. La Victoria se engalanaba y los ojos de María Santísima de Gracia admiraban a su hijo, Nuestro Padre Jesús del Rescate, que a las 13.30 horas iniciaba su rumbo hacia el recorrido oficial sobre los hombros de sus portadores.
Tras él, llegaba el turno de teñir de lila Dos Aceras. Los hombres de trono de Consolación y Lágrimas emprendían su camino de gloria con una dificilísima maniobra para realizar su salida procesional. Era la primera vez que esta Virgen recorría las calles de Málaga tras su restauración, de Naranjo Beltrán, hace un año.
Así, algo curioso de muchas cofradías, como El Rico, es que intentaron retomar una imagen del pasado con motivo de la celebración del centenario. Por ello, El Rico lució una cruz lisa, fue sin potencias y con corona plateada. Además, llevaba cuatro ángeles cedidos por Misericordia a sus pies. No se veía algo así desde el 1931.
Con Sentencia destacamos la espectacular interpretación de marchas que hicieron todas las bandas que estuvieron tocando en los dieciséis cortejos. Sin ellas, las cofradías en la calle no lucirían igual. Así, todos los cofrades coincidieron en que la Agrupación Musical Virgen de los Reyes dejaba con la boca abierta y aportaba al paso del Señor mucha elegancia y poder.
Con Fusionadas también se vivió otro momento histórico, puesto que al fin, tras lo más difícil de la pandemia, consiguieron estrenar su casa hermandad, situada en el Pasillo de Santa Isabel. Además, el Cristo de la Exaltación recorrió las calles de Málaga junto a la Virgen del Mayor Dolor y San Juan Evangelista. Entre sus varales estuvo Juanma Moreno, presidente de la Junta de Andalucía, concretamente en el puesto A-12. "Echaba mucho de menos portar a mi Cristo, lo llevo desde hace 28 años A ello se suma que el presidente de la Junta fue hombre de trono.
Del Cristo de la Esperanza en su Gran Amor, más allá de destacar su solemnidad, hay que recordar esta salida que es, probablemente, una de las más espectaculares de Málaga por su gran dificultad. Los hombres de trono salen de rodillas, con sus capillos morados, en una maniobra donde no puede fallar nada porque el trono cabe milimétricamente por la puerta de San Pablo. Una imagen que nos hacía imaginarnos en un Domingo de Ramos muy particular.
Y otra salida histórica, ya que estamos, fue la de la Cena desde Santo Domingo por la rehabilitación de los Santos Mártires. Los hombres de trono optaron por el blanco, algo que chocaba porque sus túnicas habitualmente suelen ser de color rojo sangre. "Esto debe de pesar mucho", decía un niño a su padre cuando el Señor de la Cena cruzaba Félix Sáenz. Y no le faltaba razón, porque es un trono de Cristo que llama la atención por su tamaño para tener a todos los apóstoles dentro del grupo escultórico. El Señor iba estrenando cáliz.
La Esperanza fue ella misma durante todo el recorrido. Su salida fue alegría, con el sonido de los campanilleros, cuando aún quedaban algunos rayos de sol que le iluminaban la cara. El ambiente olía a romero. Si hay un momento que disfrutaron los cofrades esa fue su vuelta a la Basílica por El Perchel, pasada la una de la madrugada. Un espectáculo.
Y en Mena una pequeña representación de gastadores de la Legión estuvo presente. Sonó el 'Novio de la muere' y el Señor no llevaba corona de espinas. El entorno de Santo Domingo, durante la madrugada, aportaba la sensación de que fuera Jueves Santo cuando muchos esperaban el encierro de este Cristo.
El Sepulcro salió de día, algo poco habitual. Quizás fue la imagen que más contraste generó tras cofradías alegres. Lo mismo le pasó al Descendimiento, al que chocaba ver rodeado de luces de Navidad y alguna que otra careta de Halloween. Además, hubo un curioso cruce entre Descendimiento y Resucitado que llamó muchísimo la atención al público.
Dolores de San Juan fue un joyero por las calles de Málaga. No cabía un alfiler a su paso por Calderón de la Barca. Y con motivo. Una de las grandes joyas de San Juan realizó una excelente salida procesional que muchos serán incapaces de olvidar.
Y, por último, Dolores Coronada, de Expiración, que pisó la plaza de San Pedro pasadas las ocho de la tarde, como siempre, acompañada de la Guardia Civil y con la sobriedad que la caracteriza. De vuelta le cayó alguna gota en un leve chispeo que se produjo, pero pudo realizar su encierro con normalidad. Fue el punto final a una jornada histórica e inolvidable para toda la ciudad.