Cofrades a la calle. Del Domingo de Ramos al de Resurrección volverán a ser nuestras, desde este fin de semana previo, con los traslados, vamos tomando el pulso. Calles que ansían nazarenos, porque algunas ya tuvieron su dosis de tronos aun siendo fuera de temporada y que desean no tener que seguir soportando esa capa de barro. Eso sí, calles, como la de Carretería, que casi va a terminarse cuando la palmera cruce el dintel de calle Parras y otras, que si están ocupadas por mesas y sillas de bares y restaurantes serán quitadas para dejar paso a una procesión, las mínimas, pues desde Vía Pública, siempre mirando por el bien de unos pocos ciudadanos, insta a que se transite por donde menos se moleste. Que lejos parece quedar esa colaboración empresarial con las cofradías de esos años mágicos de la Agrupación en la que hasta colaboraban económicamente, pues no hace falta recordar que en estas fechas la inmensa mayoría de estos negocios hacen sus mejores números.
Antes que alguna plataforma televisiva y un G7 cofrade venda los derechos televisivos y con la colaboración de un Ayuntamiento al que sólo le importe las barras y las estrellas (Galicia, supongo) nos hagan recluirnos en un tronódromo a las afueras de la ciudad, voy a proponer algunas zonas y calles que quizás algunas hermandades puedan llevar a cabo el año próximo, o seguir solamente en mi imaginación.
Quienes tienen un enorme potencial callejero ante si son las tres hermandades radicadas en San Pablo y Zamarrilla, tan sólo deben anteponer hacer barrio a recorrer Carretería. Ollerías, puente de Armiñan y cada año hacer un itinerario por la parte norte de la Trinidad, esa que tan solo es frecuentada por el traslado del Cautivo el Sábado de Pasión. Calle Sevilla, Don Juan de Austria y varias calles más que permiten moverse casi a placer.
Otra alternativa, que necesitaría de la colaboración municipal, sería la sustitución del puente de la Trinidad por otro un poco más ancho y sin cubierta superior. Esto daría mucho juego a las hermandades radicadas en el Perchel, incluso hasta algunas de la Trinidad o Nueva Esperanza. Las que vienen del Carmen puede llegar hasta la trasera de Santo Domingo y cruzando el nuevo puente, alcanzar calle Cisneros. Las que vienen de la Trinidad pueden meterse en el Perchel norte y salir a este mismo sitio. Una obra que sin duda serviría para sacarle más partido a esta zona de la ciudad.
Por Capuchinos, siempre serían algunos metros más, pero por ejemplo permitiría pasar por el CAU, para ello tendría que ir en dirección hacia María Auxiliadora, o tras dejar atrás la plaza de Capuchinos bajar la rampa.
Entre el Molinillo y San Felipe hay una serie de calles que pueden ser utilizadas por hermandades de esa zona. La Piedad podría buscar una calle alternativa para la ida o la vuelta, para tronos más grandes tenemos la cuesta de calle Postigos.
Alguna como el Descendimiento este mismo año recorre a la salida parte del barrio y Expiración sigue el trazado de la magna, por Vendeja.
Mientras esto llega, toca volver a reconocerse en las calles, algunas de las cuales parecen mudar de piel a velocidad de vértigo.
Un último ruego, un sueño, algo que debería ser obligación: Toda cofradía que por dimensiones pueda entrar en Catedral, debería hacerlo. Y son unas cuantas. Quizás antes que cualquier otro cambio en el itinerario deberíamos plantearnos esto.
En siete días, será Domingo de Ramos. Nos vemos en las calles.