Málaga se ha echado a la calle para vivir con intensidad uno de los días más señalados en el calendario cuaresmal de la ciudad. Pese a que ya han sido varias (se pueden contar por medias decenas) las corporaciones que han puesto un pie a la calle en forma de víspera o traslado, lo cierto es que pocos momentos aglutinan a más cofrades como el Domingo de Pasión. Hasta nueve cofradías son protagonistas de un modo u otro durante la jornada de hoy.
La actividad de la mañana del domingo, ha estado centrada en la feligresía de san Felipe Neri y el barrio del Molinillo. Desde esta iglesia salía, a las 10 de la mañana, la Archicofradía de la Sangre. El crucificado fue portado, como marca la tradición, por el pregonero de la Semana Santa. Javier González de Lara llevó sobre sus hombros al Santísimo Cristo de la Sangre, titular de su hermandad, junto a otros hermanos mayores y autoridades cofrades y civiles. Un ejemplo de que las cosas vuelven a su sitio es el cameo forzado de políticos en los cortejos procesionales. Nada nuevo.
Escoltado por una escuadra de la banda de Bomberos, el Señor avanzó por la plazuela del Santísimo Cristo de la Sangre, Parras y Cruz del Molinillo hasta llegar a la capilla de la Piedad. La hermandad del Viernes Santo se estrenaba en esta primera mitad del día, después de haber cambiado la hora de su traslado a la mañana, y ambas hermandades protagonizaron uno de los momentos del domingo: el grupo escultórico de Palma Burgo se encontró con el Cristo del mismo autor. Minutos después llegaría la Virgen de Consolación y Lágrimas, ataviada por Francisco M. Navarro con sus tradicionales colores malvas. La banda de música de la Paz fue la encargada de poner las notas musicales, actuando al gran nivel al que acostumbran e interpretando piezas clásicas como Pasan los campanilleros o Malacitana, dedicada a la titular mariana.
Una vez que finalizó el cruce, la Archicofradía continuó su caminar por Alderete, San Bartolomé, Cruz del Molinillo, Ollerías, Carretería y Dos Aceras, antes de llegar a la casa hermandad. Por su parte, la Piedad esperó a que el camino estuviera despejado para comenzar su traslado. A los sones de la banda de música de Zamarrilla, discurrió por las calles del barrio (Cruz del Molinillo, Alderete, San Bartolomé, duque de Rivas, Ollerías, Los Cristos, Plaza de Los Cristos, Ermitaño, Huerto de Monjas, Ollerías, Cruz del Molinillo y Alderete), antes de encerrarse en su casa hermandad.
Traslados de la tarde
Ya por la tarde es el turno de los Gitanos. Media hora antes de la hora prevista, calle Calderón de la Barca era un clamor. Decenas de personas se congregaban en los alrededores de la iglesia de San Juan para contemplar el traslado de los Gitanos.
La hermandad del Lunes Santo se encuentra temporalmente en esta parroquia debido a las obras de las Mártires, por lo que la mayor novedad de esta procesión fue el cambio de itinerario. Como acostumbra la corporación, tanto el Señor de la Columna como María de la O fueron llevados en unas sencillas andas, antecedidas por una comitiva de bastones. Su propia banda acompañó musicalmente.
A las 18:00 volvían a abrirse las puertas de San Juan. Los titulares de las cofradías Fusionadas salían de su sede canónica para recorrer las calles del centro histórico antes de encerrarse en su casa hermandad. Desde este nuevo edificio saldrán Azotes y Columna, Exaltación, Mayor Dolores y Ánimas de Ciegos, aunque la entronización del crucificado tendrá lugar durante la Semana Santa. En esta ocasión, el cortejo no continuó al frente como suele ocurrir el día de la procesión, sino que giraron hacia la izquierda buscando calle San Juan.
La nostalgia se hizo presente cuando desde el interior del templo se escucharon los compases de la marcha Mayor Dolor de Perfecto Artola, mientras las andas de la Virgen y San Juan se mecían dentro de la iglesia. Una estampa de la que no se podrá disfrutar el próximo Miércoles Santo.
Cuando la Virgen se disponía a cruzar el dintel del portón, los servicios sanitarios tuvieron que actuar para atender a una persona que se encontraba indispuesta en uno de los restaurantes de la zona. La ambulancia tan solo tuvo que adentrarse unos metros y el discurrir de la procesión no se vio afectado.
Pollinica y Huerto
A las 18:00 también, desde la iglesia de San Agustín, salían los tres titulares de la Pollinica. Y es que además de Jesús en su entrada en Jerusalén y la Virgen del Amparo (ambos en un mismo trono), completaba el cortejo San Juan, que era portado por los jóvenes de la hermandad. El Cristo fue ataviado siguiendo la usanza hebrea, con túnica y talit en tonos ocres y beis, y el acompañamiento musical corrió a cargo de la agrupación musical de San Lorenzo Mártir.
A las 18:30, desde San Julián, partían los titulares de la Archicofradía del Huerto. Cada uno en unos andas independientes, antecedidos por hermanos con velas, y sin más acompañamiento musical que unas capillas musicales, la hermandad del Domingo de Ramos volvió a presentar uno de los traslados más sobrios e intimistas de la jornada. La procesión buscó el recogimiento de la estrechez del Centro antes de llegar a su casa hermandad, en el barrio de El Perchel.
Humildad y Paciencia y el Prendimiento
Sin embargo, la vida cofrade que desprendía la ciudad no se concentraba únicamente en el casco histórico. Los barrios también cuentan con un importante apego a las hermandades de Málaga, y esto quedó comprobado en la Cruz de Humilladero y Capuchinos. A las 19:00, tras la celebración de la misa, salieron de la iglesia de San Vicente de Paúl los titulares de Humildad y Paciencia. El Señor, que previsiblemente será la última Semana Santa en la que salga (la talla de Ruiz Montes será bendecida este año), fue portado sobre unas sencillas andas exornadas con claveles y corcho natural. La imagen, desprovista de potencias, antecedió a la Virgen de los Dolores y Esperanza, ataviada al estilo carmelita. La banda de música de Cruz de Humilladero interpretó una cruceta en la que primaron piezas clásicas como Cristo de la Expiración o Los Terceros.
Desde la parroquia de la Divina Pastora salían los titulares del Prendimiento. La hermandad había cambiado su tradicional visita a las Hermanas Hospitalarias debido a "las circunstancias ocasionadas" por la pandemia. En su lugar, la corporación optó por un itinerario de casi cuatro horas de duración que recorrió las principales calles del barrio (Plaza Capuchinos, Carrera de Capuchinos, Dos Aceras, Alta, Parra, Cruz del Molinillo, Capuchinos, Plaza de Capuchinos, Alameda Capuchinos, Miguel Bueno Lara, San Millán) antes de llegar a la casa hermandad, poco antes de las 22:00.
El público llenó las calles por las que transitaron Nuestro Padre Jesús del Prendimiento y la Virgen del Gran Perdón, que fueron portados por las mujeres de trono de la cofradía. Las andas se mecieron a los sones de la banda de música de Nuestra Señora de la Soledad, de Mena, que acompaña cada Domingo de Ramos al trono de la titular mariana.
Las Penas
El contrapunto a la jornada procesionista estuvo presente en el oratorio de Santa María Reina. La cofradía de las Penas llevó a cabo la entronización del Cristo de la Agonía, uno de los momentos de mayor recogimiento que tiene lugar cada Domingo de Pasión. A las 19:30, el crucificado de Francisco Buiza se alzaba en el interior del templo, bajo el cielo de Berzosa, para ser situado en el trono en el que partirá hacia la Catedral el próximo Martes Santo.