La Archicofradía de la Esperanza de Málaga ha dado a conocer los dos diseños del que será el futuro manto de la Virgen. El cabildo de hermanos tendrá que decidir entre los dos proyectos presentados, el de Fernando Prini y el de Javier Sánchez de los Reyes, estando previsto que este asunto se trate durante la próxima asamblea.
La hermandad, a través de su página web, ha explicado que entre los grandes retos de esta mayordomía se encuentra la ejecución de un nuevo manto procesional para la Virgen de la Esperanza: "Pieza que dialogue con el actual conjunto procesional y la estética de la Venerada Imagen".
El actual manto, estrenado a comienzos de los años 50, no llega a alcanzar la calidad artística del perdido en el 31; fue realizado en hilos de oro entrefino, se encuentra sin finalizar, quedando sin ejecutar algunas piezas contempladas en el diseño y, además, actualmente presenta signos del desgaste natural que los años han sumado a la pieza: "En pro de una mejora en el conjunto procesional de la Virgen y en la calidad artística del mismo esta Archicofradía ha encargado sendos diseños a los artistas Fernando Prini Betés y Javier Sánchez de los Reyes", detallan.
Diseño de Fernando Prini
Según explica la hermandad, el dibujo que presenta Fernando Prini Betés sigue la composición a candelieri, tradicional en numerosas piezas bordadas en el contexto de las hermandades y cofradías de la ciudad. Este “nervio” central permite construir toda la ágil composición en torno a él. La decoración planteada para el mismo consiste en toda una elaborada red de roleos y hojas de acanto que se extienden por los laterales de la pieza sin perder la guía de este candelieri central del que parten.
Fernando Prini apuesta por mantener las personalísimas “cés”, individualizando el propio motivo decorativo y repitiéndolo en numerosas ocasiones a lo largo del dibujo: las de mayor tamaño se sitúan en la parte central baja de la pieza, como lo hacían en el desaparecido manto de las Adoratrices y como hoy día, en cierto modo, mantiene el manto de procesión. La inspiración para el artista se encuentra en la pieza de las Adoratrices.
Además, como recurrente motivo decorativo, aparecen los conocidos ángeles que brotan del bordado o delfines, figuras antropomorfas que finalizan los roleos y que confieren gran personalidad al conjunto. La utilización de figuras antropomorfas como elementos decorativos parte ya desde el siglo XVI, cuando el manierismo popularizó la utilización de soportes (columnas o pilares) híbridos con figuras humanas e incluso con las de animales, creando verdaderas y fantasiosas hibridaciones que han sido fuente para el arte del bordado. En la parte más cercana a la imagen de la Virgen de la Esperanza, circundándola, en el diseño se armonizan ocho cabezas de querubines alados.
Fernando Prini dispone en su dibujo una novedosa cenefa, que enmarca el bordado central a modo de arco polilobulado y permite crear una composición a modo de guirnalda con azucenas intercaladas. Entre “guirnalda” y “guirnalda” el bordado se extiende con pequeñas partes de decoración vegetal y cabezas de querubines.
Diseño de Javier Sánchez de los Reyes
El dibujo que presenta Javier Sánchez de los Reyes destaca por seguir la tradicional disposición a candelieri que nos remite directamente a las composiciones popularizadas durante el siglo XVI, a raíz del descubrimiento de la Domus Aurea de Nerón y los frescos que decoraban sus paredes y techos. Estas decoraciones a candelieri han viajado a través de toda la historia del arte, adaptándose a los gustos, las formas y las distintas épocas, siendo incluso motivo recurrente para la composición de las piezas bordadas que engrosan el patrimonio cofrade de nuestra ciudad y de Andalucía.
Esta composición consiste en un nervio central que dispone el conjunto del bordado en dos zonas completamente simétricas y que, además, permite situar en el mismo todo un complejo conjunto de alusiones a la Virgen como jarrones rebosantes de flores y conexos entre sí, al estilo de los maravillosos grutescos renacentistas.
"No podemos obviar la singular relevancia de las flores para la iconografía y simbología mariana, en la que ensalzan la Inmaculada Concepción de la Virgen; “hortus conclusus” (Ct 4,12) o “Jardín cerrado” que hace referencia a la perpetuidad Inmaculada de la Virgen María. En el diseño encontramos azucenas, azahar, romero en flor, rosas y otras tantas y distintas especies", exponen.
Por la especial simbología y relación de las azucenas con la Virgen de la Esperanza, Sánchez de los Reyes les da un lugar privilegiado y visible en este eje central rememorando directamente el día de la Coronación Canónica en 1988.
Continuando con esta parte central de la composición, destaca el principal motivo que engarza esta pieza con la Virgen de la Esperanza; el ancla. Sobre esta, además, se encuentra el Sol que la Virgen luce en su vientre durante los cultos celebrados en su honor el mes de diciembre y que fue diseñado por Eloy Téllez. Este sol, siguiendo la iconografía de la Expectación del Parto o de la Buena Esperanza, alude al mismo Jesús – que María concibió en su vientre – por ello las letras que él vemos, JHS.