En mi breve carrera periodística, nunca antes había acudido a una entrevista sin saber el nombre de la persona con la que me iba a sentar a tomar un café. Con ese detalle, aparentemente tan simple, se pueden hacer una idea de lo divertido que ha sido juntar estas letras. El protagonista de esta pieza ha causado sensación en redes sociales durante una atípica Semana Santa en Málaga, pero, hasta ahora, nadie sabía absolutamente nada de él. Ni su nombre, ni su profesión... Solo su cuenta de X, antiguo Twitter, desde la que comparte vídeos cofrades imitando al actor malagueño Antonio Banderas, @cofradebanderas.
Antes de la cita, el tuitero solo me había especificado en un escueto mensaje que vestía un polo de color gris oscuro junto a un chaleco azul marino, y que se encontraba en la terraza de una cafetería del centro de la ciudad. Poco más. Nos concedía su primera entrevista, pero solo si no mostrábamos su cara y su nombre. Cree que su magia en redes se perdería si acaba siendo descubierto. Sin duda, mi sensación antes de realizar la entrevista debe ser similar a la de las chicas que quedan con algún muchacho de Tinder en un bar, sentimientos aparte. Igual se presenta a la cita Raúl, de 21 años, que Eustaquio, de 44. Igual es majísimo... o igual es un 'malaje', como se les suele llamar, en malagueño, a las personas con poco sentido del humor.
Acercándome a la terraza, detecto que mi entrevistado parece muy buena gente. Se levanta para recibirme con una sonrisa. Además, es bien puntual. Habíamos quedado a las once de la mañana y se ha adelantado unos minutos. Es malagueño, se ha pedido un café al estilo local. Para todos aquellos que sientan curiosidad sobre su aspecto, solo se puede adelantar que es moreno de ojos marrones. Vamos, igual que Antonio Banderas y otros tantos miles de malagueños.
Como no quiere desvelar su nombre real, en este artículo le llamaremos Joaquín. Joaquín es un fiel devoto del Cristo de los Milagros, titular cristífero de la hermandad de Zamarrilla. Asegura que siente una "especial conexión" con esta imagen que tanto le emociona cada Jueves Santo, aunque no se considera "totalmente practicante", sostiene, "como el 90% de los cofrades de Málaga". Pese a ello, se reconoce en ese perfil de persona que en agosto ve redifusiones de Semana Santa a las tantas y que en el coche se pone marchas en bucle antes que cualquier disco pop.
En cuanto a la Semana Santa que ha vivido, reconoce haber sentido "mucha tristeza". En primer lugar, porque no ha salido el "joyero de Málaga", la reina de San Juan, la Virgen de Lágrimas y Favores, la sagrada titular de su alter ego, Antonio Banderas. "El pobre Antonio no salió, no", apunta entre risas.
Ya en un tono más serio, cree que ha sido una Semana Santa muy difícil con el tema de las suspensiones por las inclemencias meteorológicas. Muchos cofrades lo han pasado francamente mal. "La gente me ha dado mucha caña con que en 2011 fue la peor Semana Santa que se recuerda antes de 2024. Me sentí hasta culpable. En 2011, Antonio dio el pregón y llovió un montón y en esta he aparecido yo imitándolo. ¡Qué culpa tendré yo si esto se preveía desde hace dos semanas!", cuenta, llevándose las manos a la cabeza.
Si tiene que quedarse con una estampa de esta Semana Santa, se queda con el Señor de la Agonía de la mano de la Banda de Cornetas y Tambores de la Esperanza. "Eso es cine, pero cine del bueno, daba igual el lugar donde lo vieras", opina. También disfrutó de los Gitanos y de la Cena. En cuanto al momento más difícil, asegura que cuando vio al Prendimiento por calle Ollerías. "Aquello fue una locura nada más empezar. Se veía venir lo que iba a pasar. No he querido hacer leña del árbol caído y solo hice una broma en un vídeo con Antonio Delgado, el meteorólogo, y que la hermandad no entendió el significado de la palabra remitir, pero poco más", explica.
Las imitaciones que Joaquín hace de Antonio Banderas vienen desde hace bastantes años en el ámbito familiar. "Hasta 2011, yo he visto prácticamente todos los pregones. Me gustó mucho el de Carlos Ismael Álvarez, cuando yo era un niño. Me gustó también el del historiador Pepe Jiménez Guerrero... Pero cuando yo me senté a ver el de Antonio Banderas, me atrapó. A mí me cambió mi forma de ver la Semana Santa cuando él dice que lo que le pide el cuerpo es hablar de la gente. Es que pienso igual que él. ¿Qué sería la Semana Santa de la gente? Todo lo demás es secundario", cuenta el pregonero 2.0.
Desde entonces, cuando llega la Semana Santa de Málaga, solo se pone el pregón de Banderas, no ve otro. "Yo he sido Pablito pidiéndole a su padre el tambor. Cuando salí de nazareno en la Pollinica, yo era Gregorio en cierto momento... Yo vi la saeta de Vaquerito... Me envolvió tanto, que yo no he vuelto a ver un pregón de Semana Santa, ninguno me parece suficiente, me decepcionan. Que no es por ellos, es que el de Antonio Banderas me parece demasiado y llegué incluso a aprendérmelo de memoria", dice.
"Ya no me sé todo, ¿eh?", aclara, ante mi cara de sorpresa. Identifica en su mente las partes principales, pero no puede recitarlo al pie de la letra. Desde aquellos tiempos, junto a su hermano, se ha pasado las Semanas Santas bromeando con la entonación de Banderas aquella noche. "El año pasado lancé algunos vídeos editando mi voz por encima del vídeo del pregón. Cuadrarlo todo tenía mucho trabajo y me daba la sensación que a nadie le importaba ni tuvo mucha repercusión. Tampoco lo hacía yo para eso, la verdad, lo hacía para reírme con mi hermano y ya, pero había que dedicarle su tiempo", asevera.
Sin embargo, en la Cuaresma de este año, Joaquín estaba pasando la tarde en la terraza del Hotel Larios junto a su pareja cuando le vino a la cabeza la idea de hacer algún vídeo imitando al actor, pero haciendo crítica de Málaga. "Como los veinte que hago al año para mi familia, pero enfocando, yo que sé, a la Equitativa, a Pandora... Después vinieron las consignas de San Juan, Bankinter...", explica.
Algunos de esos vídeos no estaban siendo grabados para publicarlos en Internet, sino para un grupo de WhatsApp. En ese grupo hicieron mucha gracia y fue cuando algunas personas de su entorno le incitaron a subirlos. "Y así fue como la gente se fue sumando y el tema de los vídeos fue teniendo más eco. Los vídeos a pie de calle han llegado más al personal y encima para mí son más fáciles. No tengo que editar nada. Digo mi pamplina y me voy. Alguno lo he preparado más, pero casi todos son improvisados", comenta Joaquín.
Precisamente los vídeos menos preparados, los que cree que no van a tener éxito, son los que más funcionan. "El vídeo en la puerta de Zamarrilla y el que dedico al hermano mayor de la Paloma creo que son los que más reacciones han tenido", dice. Este malagueño, victoriano de adopción, se ha recorrido las calles de la ciudad grabando para las redes sociales. En sus vídeos se ven algunas calles como Molina Lario, Martínez Maldonado o la Victoria. "A la Victoria solo me une que estudié en Los Olivos... Y de ahí también mi vínculo con el Amor y la Caridad... Pero poco más puedo desvelar", dice, jugando al despiste.
"Hay quien está convencido de quien soy, pero ya te digo yo que nadie lo sabe. Tengo un entorno muy poco cofrade y los que lo son ni se imaginan que soy yo, soy muy discreto", suelta, con media sonrisa, recordando que hubo quien en sus inicios en TikTok --se pasó a X porque le denunciaron la cuenta por suplantación de identidad-- creía que el que hablaba en sus vídeos era el Banderas real.
"Eso demuestra el nivelito de esa red social", espeta a carcajadas, confesando que le vino bien aquel bloqueo, pues está disfrutando mucho más de Twitter, donde cree que se reúne el público más cofrade:"Yo veía notificaciones que aparecían en mi móvil y flipaba, porque eran de gente como Dani Pérez, el candidato socialista, Paloma Saborido, directores de bandas... Me di cuenta de que esto estaba llegando a Málaga y a la Semana Santa de verdad, pero sigo diciendo que siempre lo hice por divertirme. Me lo paso pipa y esto no tiene ninguna ambición más".
Pese a su tono siempre humorístico, guarda un gran respeto a la Semana Santa de Málaga y a sus imágenes. "Si el público se fija, nunca grabo a las imágenes ni a las procesiones. No haría un vídeo 'pamplina' de algo que verdaderamente amo, soy el primer amante de la Semana Santa y no haría lo que no me gustaría que me hicieran a mí", afirma.
Tiene algo en común con su queridísimo Antonio Banderas, más allá de que a los dos les sale estupendamente la entonación del entrañable personaje principal de la película El gato con botas. Desde el total anonimato, pero sin necesidad de llevar gafas de sol y gorra, ha podido ver esta Semana Santa a seguidores hablando de su cuenta o incluso recitando a su estilo en algunas bullas. "A una señora la pillé enseñándole un vídeo a otra. Te juro que estuve a punto de decirle un 'Málaga' como Banderas, pero me resistí; a otros chavales también los vi también imitándome", cuenta riendo.
"Yo no creo que haga una buena imitación de Antonio. Hay quien dice que soy Antonio Gala mezclado con el gato con botas, pero a la gente le ha hecho gracia, yo creo que soy una versión macarrilla. Antonio en el pregón cuando suelta pegotes, reforzaba más su acento, pues a mí me pasa igual", reconoce.
Joaquín cree que el propio actor no le ha seguido la broma por la perspectiva que tienen sus vídeos. Si simplemente lo imitara, cree que ya hubiera compartido alguno de ellos en redes. "Al final, yo con el tema del turismo desbordado le pego al Ayuntamiento de Málaga. También con la identidad. Tú vas por ciudades como Cádiz, e incluso Sevilla, y ves algo de esencia e identidad de ambas. En Málaga no tanto, a lo mejor porque somos conocedores de lo que teníamos antes. Yo noto que estamos perdiendo esa idiosincrasia. La identidad de Málaga es la globalización", lamenta.
Cuando le pregunto por el futuro, responde que no tiene "ni idea" de qué hará con la cuenta ahora que ha pasado la Semana Santa. Como los buenos influencers, cree que va a optar por dejarlo en manos de su público. "No sé si pregonaré en las playas malagueñas. La gente decidirá si quieren que siga soltando pamplinas todos los meses. Si no, pues a mi casa a cortar queso, ellos deciden. Lo que está claro es que volveré para la Semana Santa, eso seguro; esto a mí me da la vida", zanja.