Hablar de éxito en la natación es hablar de ella con solo 25 años. Su nombre ha ocupado numerosas líneas en los medios de comunicación en los últimos años. Ya es una constante en los puestos más altos de las competiciones nacionales, aunque se ha dejado ver más allá de la frontera. Y ahora que ha decidido dar un salto en su carrera, la ciudad de Málaga e Inacua la han acogido para llevarla en volandas hacia los logros que están por venir. Su nombre es Paloma de Bordóns y ya brilla en su nuevo equipo.
Nació en Pontevedra, aunque durante casi toda su vida ha estado en Cádiz por motivos laborales de su padre. Se hizo grande en el Club Natación Bahía de Cádiz, pero todo eso ha quedado atrás. Su presente más exitoso lo está construyendo en la Costa del Sol, tarde según ella misma confiesa porque "venir a Málaga es una de las decisiones más importantes que he tomado en mi vida. De hecho, si pudiera volver años atrás, lo habría hecho mucho antes". Y ahora que lo ha hecho ha sido todo un terremoto.
Solo lleva cuatro meses en Inacua, aunque suficientes para confirmar todo lo que puede traerle al equipo. Consiguió en el LXV Campeonato de España Absoluto de Invierno P25 Astralpool de Palma de Mallorca tres medallas (con récord de Andalucía en los 50 espalda), fueron campeonas en Primera División de la Copa Andalucía de clubes y ahora han ascendido a la Primera División femenina de la Copa de España gracias a la victoria en la categoría inferior. Un final de 2021 brillante que comenzó siendo "el peor año" de su vida y que ha terminado siendo "el mejor".
Reconoce que no ha sido un año fácil. Los cambios nunca lo son. La temporada anterior la define como complicada. "Estuve unos meses sin poder entrenar y cuando me vine en septiembre a Málaga no sabía si me iba a dar tiempo a recuperar mi estado físico". Y lo ha hecho. Los últimos logros de Inacua, de los que ella forma parte, lo demuestran. 3 de las 11 victorias que consiguió el club malacitano en la última copa nacional fueron suyas.
Pero las recompensas conllevan muchos sacrificios a las espaldas y ella misma lo sabe bien. Uno de los cambios que más ha sentido Paloma de Bordóns en su llegada a Málaga ha sido la rutina de entrenamiento en horas, intensidad y el volumen en metros. "Doblamos sesión cuatro veces a la semana. Entrenamos por la mañana de 6 a 8, más o menos, y luego por la tarde de 15:15 a 19 por norma general. Muchas veces entrenamos también sábados y domingo".
Y uno de sus retos, que con mucho trabajo espera conseguir, son los Juegos Olímpicos de 2024. Ha reconocido en multitud de ocasiones que la pandemia, meses antes de competir por la mínima para Tokio, frustró muchas de sus aspiraciones al encontrarse en el mejor momento de su carrera. Sin embargo, ¿París es una utopía o una realidad? "Me lo he propuesto como principal objetivo y real con mis entrenadores. Quedan tres años, las mínimas no están fáciles, pero sí son asequibles. Lo intentaremos. El haberme venido a Málaga y el cambio de entrenamiento me van a hacer mejorar mucho".
Con los antecedentes de su carrera y con el futuro tan ilusionante que le espera no siente ningún tipo de presión. "Estoy ahora mismo en un club en el que me siento muy arropada y esa presión que pueda existir se va. Es uno de los mejores de España. Lo que más me han enseñado es a estar unidos. Si alguien tiene un bache, está el resto del equipo para animar. Es una gran familia y me han acogido muy bien desde el primer momento. No puedo estar más feliz".
Solo lleva cuatro meses y habla de su nuevo equipo con la felicidad de quien lleva toda la vida en él. Pero en lo que sí que lleva toda la vida es en los puestos más altos de la natación nacional. El tiempo la ha traído a la Costa del Sol y solo la constancia y el trabajo la llevarán hacia lo más alto. Por el momento, su único deseo es permanecer en la que ahora es su casa: "Mi idea es quedarme aquí e incluso terminar mi carrera deportiva en Málaga". Todo lo que venga después lo tendrá merecido.